IM MÉDICO #52

GINECOLOGÍA Y FERTILIDAD im MÉDICO | 52 50 remuneradas) o que haya podido sufrir más cambios y necesidad de adaptación durante la pandemia (por ejemplo, trabajadoras y estudiantes a tiempo completo)”. Asimismo, “vemos que se ha indicado más afectación en participantes que perciben tener una peor salud general, aquellas con un diagnóstico ginecológicoprevio(síndromedeovariospoliquísticos) y las afectadas por el Covid persistente”. Pero, además, son problemas infradiagnosticados e infratratados. “Uno de los pilares del proyecto de ‘Equidad y Salud Menstrual en España’ es investigar sobre el acceso a los servicios sanitarios para la salud menstrual. A nivel general, vemos que existe una dificultad, en primer lugar, para conocer nuestro ciclo menstrual y menstruaciones, que implica que nos sea difícil identificar cuándo sufrimos alteraciones o es necesario consultar a una profesional”, señala Medina-Perucha. En segundo lugar, “vemos que la salud menstrual no está generalmente integrada en los servicios sanitarios, por lo que, como indican las participantes en nuestro estudio, hay múltiples barreras para consultar sobre la salud menstrual en los servicios sanitarios (por ejemplo, cuestiones como el dolormenstrual se normalizan y no se exploran en los servicios sanitarios, contribuyendo en algunos casos enel infradiagnósticoydiagnóstico tardíodealgunos problemas de salud como la endometriosis)”. Es por ello que consideran necesario que la menstruación y el ciclo menstrual sean considerados “como signos vitales de la salud de las mujeres y de las personas que menstrúan, y que la formación de profesionales del ámbito sanitario incluya la salud menstrual”. En el contexto de la pandemia, los datos obtenidos por los investigadores indican que solamente el 28,8%de las participantes que experimentó alteracionesmenstruales intentóbuscar ayuda a través de profesionales de la salud. “El 5,1%nopudo consultar al no haber citas disponibles, potencialmente por la saturación del sistema sanitario en el momento de consultar”, revela la doctora. “El uso de la sanidad pública (11,5%) y privada (9,5%) para consultar sobre alteracionesmenstruales fuesimilar, loquenos sugiere quemuchasmujeres ypersonasquemenstrúanoptan por lasanidadprivadaenmomentosenque lasanidad pública no responde a sus necesidades”, matiza. Pobreza menstrual en España En este sentido, en el informe las autoras hablan de la pobreza menstrual, es decir, “las dificultades económicas para comprar productos menstruales, para poder escoger los productos menstruales que preferimos o necesitamos utilizar, y que impliquen que tengamosquerenunciaralacompradeotrosproductos oserviciosparapodercomprarproductosmenstruales”. Incluir la perspectiva de género y el abordaje de la salud menstrual como signo vital de la salud de las mujeres y personas que menstrúan en la práctica asistencial Incluir la perspectiva de género en las políticas sanitarias Reducir la pobrezamenstrual, asegurando el acceso a los productos menstruales, sobre todo a través de que sean asequibles y disponibles Asegurar el acceso adecuado a espacios públicos para el manejo menstrual Abordar la inequidadmenstrual en toda suglobalidad, en especial en situaciones de crisis sociosanitarias Dar relevancia a la investigación social aplicada a la salud Considerar la brecha de género en la precariedad laboral y la feminización de la pobreza, y en especial su impacto en situaciones de crisis sociosanitarias Proporcionar recursos para “los cuidados” Prestar especial atención a grupos de población más vulnerables Incluir la perspectiva de género en la investigación en salud, incluidos los ensayos clínicos para vacuna Covid-19 y otros estudios con personas afectadas por Covid-19 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Fuente: Informe: Alteraciones menstruales durante la pandemia de la COVID-19 en España Elaboración: Departamento de Diseño: IM Médico RECOMENDACIONES DIRIGIDAS A AGENTES POLÍTICOS Y SANITARIOS

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