IM MÉDICO #52

im MÉDICO | 52 51 Sufrirpobrezamenstrual, apunta, “puedesignificarnopoderacceder a productos menstruales, o tener dificultades económicas, sociales y emocionales para poder comprar productosmenstruales”. Aun así, sostiene, “para nosotras es esencial que no hablemos solamente de pobreza menstrual sino de ‘inequidad menstrual’, que se refiere a las diferencias sistemáticas y evitables en el acceso a los servicios sanitarios, la educación y conocimientomenstrual, a productos menstruales (pobreza menstrual) y espacios de manejo menstrual, el experimentar estigma y discriminación relacionado con lamenstruación, la falta de investigación en el ciclomenstrual y la menstruación, así como las barreras para la participación social, comunitaria, política y económica, basadas en tener un ciclo menstruar y menstruar”. Demomentono tienendatos sobre la relaciónentre la inequidad y la pobreza menstrual con las alteraciones menstruales, “pero es definitivamente algo a explorar en el marco de nuestro estudio”. Además, agrega la autora, “podemos pensar que la pandemia ha conllevado un aumento de las inequidades sociales y que, a su vez, estas han tenido un impacto negativo tanto en la salud menstrual como han aumentado las inequidades menstruales”. A su juicio, enmateria de saludmenstrual en España, haymucho trabajopor hacer, tantode investigadoras, comodeprofesionales del ámbito sanitario, educativo y político. “El eje de muchas de nuestras recomendaciones es la incorporación y aplicación de la perspectiva de género en la investigación, en la práctica sanitaria y educativa, y en el ámbito político”. Esto implica “la formación específica de profesionales, adaptar el sistema sanitario para incluir el abordaje de la salud menstrual, trabajar para reducir y eliminar la inequidad menstrual, por ejemplo, asegurando que haya espacios para un manejo de la menstruación saludable y que los productos menstruales sean accesibles a todas las mujeres y personas que menstrúan, entre otras acciones”, comenta. En línea con el trabajo de las investigadoras del IDIAP Jordi Gol, también “es necesario tener en cuenta las inequidades sociales en la salud menstrual, por ejemplo, a través de entender y atender la diversidad en la salud menstrual de diferentes colectivos”, concluyendo que “estamos en un momento en el que la concienciación social y política en relación a la salud y la equidad menstrual ha ido en aumento, aunque es necesario seguir investigando y apoyando las iniciativas sociales y políticas para la salud y la equidad menstrual de las mujeres y también de las personas que menstrúan”. Puede acceder desde cualquier dispositivo a IM Médico, a todas las noticias y a todas las publicaciones digitales gratis www.immedicohospitalario.es Recibe nuestra newsletter con todas las noticias y novedades del sector. Puede consultar la revista en formato digital y acceder a la hemeroteca de IM MÉDICO

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