IM MÉDICO #62

59 Al cruzar el ecuador de 2023, la farmacia hospitalaria (FH) hace balance y se prepara para asumir retos tan importantes como la nueva legislación farmacéutica europea, una revolución tecnológica imparable y los contratiempos que podría plantear una Unión Europea en recesión económica. Tras una pandemia que ha dejado de ser considerada un problema global de salud, los hospitales y sus servicios de farmacia deben sobreponerse sin embargo todavía a los problemas económicos, epidemiológicos y políticos que se arrastran en este siglo. Por lo que sus profesionales deben demostrar hasta qué punto han ganado en flexibilidad y en qué gran medida pueden contribuir a la nueva forma de hacer medicina. Actores de la medicina personalizada Como recordaba la Asociación Europea de Farmacéuticos Hospitalarios (EAPH) en su último congreso, los ministros de sanidad y salud de la UE definen la medicina personalizada como la adopción de estrategias terapéuticas para cada paciente y momento, según la caracterización individual fenotípica y genotípica y la información por perfiles moleculares, imagen médica y estilos de vida, además de tender a personalizar la prevención y conocer anticipadamente la predisposición para desarrollar enfermedades. Al contar con las nuevas tecnologías y ómicas que aportan información genética con detección de riesgo de desarrollar patologías o sufrir efectos adversos con las terapias disponibles. Información que los farmacéuticos hospitalarios deben poner en el contexto de las combinaciones posibles y las preferencias de los pacientes de manera coordinada con los médicos y así ensanchar ese concepto de atención personalizada desde la práctica diaria. Situación deseable a la que se puede oponer la deficiente información que se hizo del riesgo de desarrollar casos de tromboembolismo tras la administración de la vacuna para la Covid-19 de la compañía AstraZeneca y que desembocó en miedo a la prevención. Lo que hizo patente la necesidad de optar por estrategias de comunicación para dar la información de manera que sea comprensible en su contexto concreto. Función para la que los farmacéuticos hospitalarios están especialmente preparados en todo lo que respecta a terapias. Giro farmacéutico continental A la espera de su forma definitiva, la próxima regulación farmacéutica que prepara la Comisión Europea, hasta el 17 de agosto en periodo de comentarios o alegaciones, suscita el apoyo inicial de los farmacéuticos hospitalarios de la UE, y menos simpatías en las compañías farmacéuticas. En esencia, tal reforma plantea que los medicamentos sean más asequibles, accesibles e innovadores de lo que son ahora y así contribuir a una ciudadanía comunitaria más sana y resiliente y con menos desigualdades sociales. Un esfuerzo que, según la Comisión Europea tarda ya más de dos décadas, ante agravios como que hay pacientes en el continente que reciben las últimas terapias en apenas cuatro meses de media, mientras que otros tienen que espera dos años o más, por el mismo medicamento. En un momento como el actual en el que, además, faltan fármacos básicos como antibióticos o analgésicos. De ahí que la UE apueste por una industria innovadora, competitiva y de calidad y que ayude a mantener la disponibilidad de medicamentos seguros, eficaces y de calidad. Y para que estos lleguen en igual tiempo y forma a los pacientes cuando los necesiten, con la misma fecha de entrada en el mercado para todos los Estados miembros. Por lo que el marco legal en preparación atenderá especialmente a los medicamentos huérfanos y pediátricos, además de permitir una entrada más ágil de los medicamentos biosimilares para bajar la factura farmacéutica y poder asegurar los tratamientos a un mayor número de pacientes. A la vez que se simplificarán los procedimientos de aprobación de nuevos fármacos sin renunciar a su seguridad. Con la necesidad de una directiva europea que recoja todos los requisitos de autorización, control, etiquetado y protección normativa, comercialización y otros procedimientos respecto a todos los medicamentos autorizados a nivel central y escala nacional, mediante normas de autorización en toda la UE. Desde el punto de vista de la EAHP, la legislación farmacéutica comunitaria en ciernes ofrece más luces que sombras por lo que vaya a suponer para mantener alta la seguridad y farmacovigilancia para el paciente en todo el territorio de la UE, reducir las resistencias

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