IM MÉDICO #52

CONVERSANDO CON... im MÉDICO | 52 8 el concepto de medicamentos de alto riesgo); y en el desarrollo de herramientas de autoevaluación que permitan identificar proactivamente los puntos críticos de riesgo en los procesos y con esta información planificar mejor las prácticas seguras que interesa implementar porque tenganmayor impacto en la seguridad. Otrode sus cometidos es que los pacientes y sus familiares o cuidadores estén bien informados sobre los medicamentos que utilizan, conozcan cómo deben utilizarlos correctamente y se incorporen como miembros activos en su atención, ya que tienen un papel esencial en la detección y prevención de los errores de medicación. Con todo, “a lo largo de losmás de 20 años que se lleva trabajando en la prevención de errores de medicación en nuestro país, se ha avanzado en muchos aspectos, pero no cabe duda de que para seguir progresando se necesita invertir en seguridad del paciente. Invertir en infraestructuras, en formación, en recursos humanos y en recursos tecnológicos”. Numerosas prácticas seguras que se conoce que son efectivas para reducir los errores siguen sin implementarse año tras año, porque implican un coste inicial importante. En cierta manera, “es paradójico que en nuestro país se invierta en que los pacientes dispongan de unos tratamientos farmacológicos innovadores efectivos y seguros, y no se invierta en garantizar que estos medicamentos se utilicen correctamente, sin riesgos para los pacientes”. Otero considera que es necesario que se dé un paso adelante y se exija que los centros sanitarios se comprometan a evitar que sigan ocurriendo determinados errores que, aunque sean poco frecuentes, tienen consecuencias devastadoras para los pacientes, “que no es admisible que sucedan y que en la actualidad nunca deberíanocurrir, porque sepuedenevitar implementandoprácticas seguras simples efectivas”. Sostiene que es inadmisible que sigan ocurriendo errores por la administración de medicamentos a pacientes con alergias conocidas, errores por administración de quimioterapia a un paciente equivocado o por la administración por vía intravenosa de soluciones orales. Implantación de prácticas seguras Recientemente, han publicado el estudio sobre la implantación de prácticas seguras de utilización de medicamentos en los Servicios de Medicina Intensiva. Sus resultados han constatado que hay prácticas seguras de eficacia probada cuya implantación en los Servicios de Medicina Intensiva es muy baja o es insuficiente en nuestro país. Entre estas prácticas, según María José Otero, “destacan la incorporación de nuevas tecnologías, particularmente el código de barras en la administración, cuya incorporación es anecdótica, la disponibilidad de sistemas de prescripción electrónica integrados y de sistemas de soporte a la decisión clínica, y las bombas de infusión inteligentes”. Por otra parte, “es muy limitada la incorporación de farmacéuticos clínicos a los equipos multidisciplinares de intensivos, cuando la evidencia avala que con ello se reducen los eventos adversos por medicamentos y la mortalidad, e incluso se acaba de publicar el estudio PHARM-CRIT, que demuestra que dicha incorporación es costo-efectiva”. Y se ha objetivado que es preciso mejorar la formación de los profesionales en prácticas de seguridad y gestión de riesgos. En definitiva, “la información recabada resultará de utilidad para que la SEMICYUC y la SEFH prioricen las áreas en las que orientar sus esfuerzos para mejorar la seguridad del paciente crítico, que era el objetivo principal del estudio”. Explica que los pacientes con mayor riesgo son los que se encuentran en los extremos de edad (los pediátricos y los de edad avanzada), así como los pluripatológicos y polimedicados, y los críticos o aquellos que por su situación clínica reciben numerosos medicamentos y éstos son de alto riesgo (trasplantados, oncológicos, etcétera). El ISMP siempre ha propugnado que “la mejora de la seguridad de los medicamentos precisa un abordajemultimodal ymultidisciplinar, ya que el sistema de utilización de losmedicamentos esmuy complejo e intervienen múltiples agentes y profesionales”. Hay que actuar en cada uno de los procesos de la cadena y tienen que trabajar activamente todas laspartes implicadas. Esdecir; autoridades sanitarias, agencias reguladoras, industria farmacéutica, gestores, profesionales sanitarios, y pacientes y cuidadores. Como principales pilares, el ISMP recomienda que las organizaciones implementenuna cultura de seguridad justa y queproporcionen formación a los profesionales sanitarios sobre trabajo en equipo, prácticas seguras y prevención de errores demedicación. Del mismo modo, insiste en la necesidad de que se apliquen proactivamente prácticas seguras efectivas en todos los procesos de utilización de los medicamentos, de forma que sea difícil que se produzcan errores o que, si estos suceden, se puedan detectar y reducir al mínimo sus posibles consecuencias en los pacientes. En este sentido, el ISMP siempre ha trabajado en el desarrollo de prácticas seguras y de iniciativas para facilitar su implantación; en que se prioricen los esfuerzos en las prácticas que tienen mayor impacto en la seguridadde los pacientes (por ejemplo, introdujo “La mejora de la seguridad de los medicamentos precisa un abordaje multimodal y multidisciplinar”

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