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ONCOLOGÍA im MÉDICO | 39 46 “O NOS PONEMOS LAS PILAS, O ESPAÑA PERDERÁ EL TREN DE LA INNOVACIÓN EN CÁNCER” L a Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (Aseica) surgía en 1984 precisamente para promover la investigación del cáncer y la divulgación científica entre los profesionales dedicados a la oncología. En aquel entonces, como explica su presidente, Xosé Bustelo , “fue pionera de una idea que, hoy en día, es una realidad incuestionable: la necesidad de integrar de forma coordinada la investigación básica, clínica y traslacional del cáncer para poder trasladar, cuanto antes, los avances científicos a los pacientes”. En 1984, añade, además de tener un sistema científico mucho menos desarrollado que el actual, “esta idea apenas había calado y cada una de esas disciplinas trabajaba en comparti- mientos estancos” . No obstante, Bustelo considera “obvio” que, hoy día, “ todavía tenemos que avanzar bastante más en dicha integración”. Y, de hecho, la labor de Aseica en la actualidad se centra justamente en eso: formar a los investigadores básicos y clínicos en cáncer del futuro más inmediato “en esa filosofía de integración científica con el fin de alcanzar un conocimientomás holístico y traslacional de lo que es el cáncer y cómo combatirlo en la realidad clínica”. En el primer Informe sobre la Investigación e Innovación en Cáncer en España, que la asociación publicaba en 2018, se analizaban precisamente los éxitos y las áreas de mejora a tener en cuenta para favorecer el panorama de la investiga- ción. “Ese informe puso negro sobre blanco los aspectos positivos y negativos de la situación en la que nos encontramos” , dice Bustelo, que es vicedirector del Centro de Investigación del Cáncer (CIC) de Salamanca. XOSÉ BUSTELO, PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE INVESTIGACIÓN SOBRE EL CÁNCER (ASEICA) Ensayos clínicos Así, explica que, por un lado, el informe reflejó “el alto grado de competitividad internacional de los grupos españoles, tanto en lo que se refiere a la captación de fondos internacionales y ensayos clínicos” , además de que también reveló el aumento importante de los fondos destinados a investigación por parte del sector privado como asociaciones de pacientes y fundaciones científicas. Los aspectos negativos, matiza Bustelo, “estuvieron asociados a la falta de financiación crónica que el sistema ha sufrido por parte de fondos gubernamentales a lo largo de los últimos 15 años. Esto conlleva ‘comorbilidades’ muy notables, como es el envejecimiento general de los investigadores, la pérdida de personal científico y la falta notable de captación de talento” . El panorama es desolador en la inves- tigación oncológica: la financiación no solo es la misma que hace 17 años, sino que además se ha reducido sustancial- mente en los grupos más competitivos a nivel internacional.

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