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La bioimpedancia: una aproximación más exacta en la valoración nutricional pediátrica

La nutrición infantil es un campo donde la precisión y la innovación van de la mano. Hoy en día contamos con una herramienta adicional para incorporar a la práctica clínica: la bioimpedancia eléctrica (BIA), que emerge como una herramienta complementaria para el análisis exhaustivo de la composición corporal.

09/04/2024

Tradicionalmente, los profesionales de la salud hemos confiado en métodos como la anamnesis y la exploración física para evaluar el estado nutricional de nuestros pacientes. También la antropometría, con el peso y la talla, o de manera más específica los pliegues grasos y perímetros corporales. Todas estas técnicas son herramientas empleadas ...

Tradicionalmente, los profesionales de la salud hemos confiado en métodos como la anamnesis y la exploración física para evaluar el estado nutricional de nuestros pacientes. También la antropometría, con el peso y la talla, o de manera más específica los pliegues grasos y perímetros corporales.

Todas estas técnicas son herramientas empleadas en la consulta que nos aportan información sobre la situación nutricional del paciente, y de manera concreta sobre la composición corporal. Sin embargo, presentan ciertas limitaciones, como la variabilidad del interobservador y la incapacidad para discernir con suficiente precisión los compartimentos de agua corporal, grasa y masa magra, lo que dificulta captar la imagen completa de la composición corporal de un niño.

En este contexto, la bioimpedancia eléctrica (BIA) emerge como una herramienta innovadora. Se trata de un método de estimación de composición corporal que mide una propiedad física del cuerpo humano: su capacidad para conducir una corriente eléctrica. La BIA mide la variación que sufre una corriente eléctrica alterna de muy baja intensidad e imperceptible al pasar por el paciente, y mediante un modelo matemático, basado en la resistencia y la reactancia, estima los diferentes compartimentos corporales.

Frente a otros métodos más costosos y menos accesibles, la BIA destaca por su accesibilidad. Realmente, se trata de una técnica que supone un cambio paradigmático en nuestra práctica clínica. La BIA no solo complementa nuestras evaluaciones tradicionales, sino que también nos proporciona una ventana única al estado nutricional de los niños.

Y es que esta técnica va más allá de las mediciones tradicionales, permitiéndonos adentrarnos en la composición de los compartimentos corporales. Con ella, podemos detectar desequilibrios nutricionales no accesibles con los métodos convencionales. Esto representa un avance significativo, especialmente en casos de desnutrición relacionada con la enfermedad, donde una valoración precisa es crítica para la intervención terapéutica.

La agilidad, el bajo coste, la portabilidad y la precisión de la BIA la convierten en una herramienta valiosa para el seguimiento nutricional. A pesar de sus ventajas, su implementación aún enfrenta desafíos, principalmente debido a la falta de protocolos estandarizados y la posibilidad de interpretaciones erróneas de los datos que requieren que abordemos la BIA con cautela y rigor. Es imperativo que contemos con personal capacitado y procedimientos estandarizados para garantizar la fiabilidad de los resultados.

Mirando hacia el futuro, es esencial fomentar la colaboración entre la industria y los investigadores académicos para mejorar la validez de las mediciones de BIA en niños y adolescentes. Solo así podremos aprovechar plenamente el potencial de esta técnica y contribuir significativamente a la salud nutricional de la población infantil.

En este sentido, desde la Unidad de Nutrición Infantil del Hospital Universitario La Paz se ha realizado la jornada "Valoración morfofuncional en pediatría" junto con Nutricia, la división de Nutrición Especializada de Danone. Con la intención de mejorar la comprensión de la bioimpedancia y asegurar que los especialistas estén plenamente formados para implementar esta técnica, pediatras especialmente dedicados a Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, compartieron experiencias clínicas que resaltaban la bioimpedancia como una técnica esencial para la valoración nutricional de niños y adolescentes.

Este enfoque colaborativo y educativo es crucial para superar las barreras de la implementación y para aprovechar plenamente las ventajas de la bioimpedancia en la práctica clínica. Por eso, seguiremos trabajando en este tipo de iniciativas que subrayan la importancia de la formación continua y la adopción de métodos innovadores para mejorar la atención nutricional pediátrica.

En definitiva, la bioimpedancia representa una ventana hacia una comprensión más profunda de la nutrición infantil y un paso adelante hacia la excelencia en la atención pediátrica. Con su capacidad para proporcionar información detallada y cuantificable, se posiciona como una aliada invaluable en nuestra misión de nutrir y garantizar el bienestar y el desarrollo óptimo de la población infantil.

 Firmado por la Dra. Ana Moráis, pediatra de   la Unidad de Nutrición Infantil y   Enfermedades Metabólicas en el Hospital   Universitario La Paz (Madrid) y   coordinadora de la jornada "Valoración   morfofuncional en pediatría".

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