En 2022, su mercado a nivel mundial, de acuerdo con el informe Mercado global de rejuvenecimiento vaginal (2022-2027), alcanzó la cifra de los 7.290 millones de dólares y se espera que llegue a los 13.910 en 2027, con un crecimiento anual del 13,8%. La ginecología regenerativa y funcional es un campo emergente que emplea terapias innovadoras y personalizadas para tratar una variedad de condiciones ginecológicas. Busca restaurar la función normal y promover la regeneración de tejidos. Algunos de los motivos que la impulsan son la creciente demanda de procedimientos ginecológicos no invasivos, los cambios en los estilos de vida de las mujeres y la incidencia de trastornos del suelo pélvico, como la incontinencia urinaria y el prolapso de órganos pélvicos.

Jennifer Verhelle, Directora Global de Cumlaude Lab, subraya la importancia de un enfoque personalizado en el tratamiento de las pacientes, "considerando no sólo los síntomas sino también las causas subyacentes de las condiciones ginecológicas: factores hormonales, nutricionales, metabólicos y emocionales". Sostiene que es crucial fomentar la educación continua y la actualización en el campo de la ginecología regenerativa y funcional, "dado que es un área en rápida evolución". En ese sentido, "los profesionales deben estar al día de la última investigación, las tecnologías emergentes y los tratamientos basados en evidencia".

Propone informar sobre las terapias regenerativas, como la terapia con células madre, la terapia de plasma rico en plaquetas (PRP) y el uso de láseres y radiofrecuencia, que "pueden ofrecer nuevas opciones de tratamiento para condiciones difíciles de tratar como la incontinencia urinaria, el síndrome de dolor pélvico crónico y la atrofia vaginal". Verhelle hace hincapié en la necesidad de la prevención y del enfoque en el bienestar a largo plazo, englobando la nutrición, el ejercicio y la gestión del estrés, como componentes clave del cuidado ginecológico regenerativo y funcional. Además, destaca que hay que llevar a cabo una colaboración estrecha entre ginecólogos, endocrinólogos, nutricionistas, fisioterapeutas y otros especialistas para proporcionar una atención integral y cohesiva a las pacientes. Por supuesto, hay que "asegurar que las pacientes reciban una información clara y completa sobre los beneficios, riesgos y alternativas de las terapias regenerativas y funcionales, estableciendo expectativas realistas sobre los resultados del tratamiento".

Para seguir avanzando en el campo de la ginecología regenerativa y funcional, anima a la participación en la investigación clínica y el desarrollo de nuevas terapias, "contribuyendo así a la base de evidencia y mejorando los estándares de cuidado". Tampoco hay que olvidarse de la ética médica y la seguridad del paciente en la aplicación de nuevas tecnologías y tratamientos, "asegurando que las decisiones clínicas se tomen en el mejor interés de las pacientes".

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