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Biomarcadores del cerebro de mediana edad capaces de predecir la salud cognitiva en la vejez

La mediana edad marca un cambio en el envejecimiento del cerebro.

21/03/2024

El cerebro de mediana edad podría proporcionar una ventana a la salud cognitiva futura, escriben los investigadores en una revisión publicada en la revista ´Trends in Neurosciences´, publicada por Cell Press. "La mediana edad se asocia con factores de riesgo específicos y modificables para el riesgo futuro de demencia", escriben ...

El cerebro de mediana edad podría proporcionar una ventana a la salud cognitiva futura, escriben los investigadores en una revisión publicada en la revista ´Trends in Neurosciences´, publicada por Cell Press. "La mediana edad se asocia con factores de riesgo específicos y modificables para el riesgo futuro de demencia", escriben los autores, entre los que se encuentra la neurocientífica Yvonne Nolande de la University College Cork (Irlanda).

Para llegar a esta conclusión, el equipo revisó evidencia de estudios en humanos y animales que sugieren que la mediana edad (comúnmente considerada como el período entre los 40 y 60 o 65 años) marca un cambio en el envejecimiento del cerebro. Sostienen que se deberían dedicar más investigaciones a la mediana edad, un período de la vida que históricamente no ha sido suficientemente estudiado. No obstante, la detección del riesgo de deterioro cognitivo futuro podría ayudar al permitir que el tratamiento comience antes, cuando podría ser más eficaz. Según los investigadores, una mejor comprensión de los cambios cerebrales durante la mediana edad también podría ayudar a identificar nuevos objetivos para la terapia.

Durante la mediana edad, el cerebro sufre importantes cambios moleculares, celulares y estructurales, y muchos de estos cambios se han relacionado con el deterioro cognitivo, que también se ha demostrado que se acelera durante la mediana edad.

"Existe buena evidencia que sugiere que el cerebro humano experimenta cambios estructurales y funcionales no lineales durante la mediana edad que tienen implicaciones para el funcionamiento cognitivo, y la variación en estos procesos podría explicar las trayectorias individuales en el envejecimiento cognitivo", escriben los autores.

Estructuralmente, la mediana edad se asocia con cambios en el volumen de varias estructuras cerebrales, contracción del hipocampo (una estructura cerebral involucrada en la memoria y el aprendizaje) y disminución de la conectividad entre diferentes partes del cerebro.

"La cuarta y quinta décadas de la vida pueden ser un punto de inflexión en la organización de las redes cerebrales, caracterizadas por una eficiencia óptima, segregación del sistema y modularidad, seguidas de un deterioro acelerado de estas propiedades", escriben los autores.

La mediana edad también se asocia con cambios en la expresión genética, tanto dentro del cerebro como en otras partes del cuerpo. En el cerebro humano, los estudios muestran una mayor expresión de genes relacionados con el sistema inmunológico y una disminución de la expresión de genes sinápticos. Los autores también señalan evidencia que sugiere que los cambios en otras partes del cuerpo pueden predecir la salud y el funcionamiento del cerebro.

"Se entiende que los factores de la circulación sistémica (principalmente proteínas secretadas por diversos órganos) median el envejecimiento cerebral en términos de cognición, plasticidad, neurogénesis adulta y neuroinflamación", escriben los autores. "Algunos de los mayores picos de cambio a lo largo de toda la vida adulta ocurren durante la mediana edad, medidos en plasma, monocitos de sangre periférica y músculo".

Existe cierta evidencia de que el ejercicio podría ayudar a un envejecimiento cognitivo saludable, pero se necesita más investigación. "El estudio de la intersección de los procesos moleculares relacionados con el envejecimiento y el ejercicio podría revelar nuevos objetivos terapéuticos", escriben los autores.

Según los investigadores, también se necesitan más investigaciones para investigar las diferencias sexuales observadas en el envejecimiento cerebral, como es evidente en la mayor tasa de demencia en las mujeres. También señalan que será importante para futuros estudios diferenciar los procesos que causan el deterioro de la salud cerebral de los biomarcadores que reflejan mecanismos compensatorios.

"En última instancia, los científicos querrán encontrar nuevos objetivos terapéuticos para mitigar el envejecimiento cognitivo no saludable", escriben los autores. "Sostenemos que la aplicación de las tendencias recientes en la investigación sobre el envejecimiento a este período de la vida podría revelar nuevos biomarcadores y posibles intervenciones para combatir el deterioro cognitivo en una población mundial cada vez más anciana".

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