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La tecnología no espera

La tecnología nos permite, entre muchos otros ejemplos, el ahorro de tiempo en desplazamientos, la agilidad en consultas que no requieren presencialidad, o una mejor gestión del absentismo, y todo esto se traduce en una mayor eficacia en la gestión de la consulta, y en una atención al paciente más óptima.

16/02/2024

Asociar el aumento del uso de la tecnología en el ámbito sanitario con el descenso de las listas de espera es una reflexión lógica. Según la segunda oleada del Barómetro Sanitario 2023 que realiza el Ministerio de Sanidad en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la media de ...

Asociar el aumento del uso de la tecnología en el ámbito sanitario con el descenso de las listas de espera es una reflexión lógica. Según la segunda oleada del Barómetro Sanitario 2023 que realiza el Ministerio de Sanidad en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la media de espera para ser atendido por un médico de atención primaria se sitúa en 8,57 días. Es la segunda mejor cifra registrada en los últimos dos años, por delante de la obtenida en noviembre de 2022 (8,54). Sin embargo, el balance tras la pandemia no es positivo. Los días para ser atendido por un médico de cabecera se han duplicado respecto a los archivados en las últimas dos décadas.

Para resolver el problema debemos incorporar avances tecnológicos al sistema. El no hacerlo puede desembocar en algo así como un statu quo presencial, símbolo de un retorno a un paraíso de oferta médica tradicional sin límites. Pero es algo insostenible hoy en día, y más aún en el futuro. Según datos extraídos del estudio Digital 2023: España, realizado por la consultora Kepios, a principios de 2023 un 94,9% de los españoles era usuario de Internet. En términos absolutos, más de 45 millones de personas navegan por la red en nuestro país. Y vamos in crescendo. Por tanto, dejar de lado la tecnología no es una opción.

 A veces nos cuesta recordar que la misión de los médicos en su labor diaria es dedicar su tiempo a atender pacientes y, por lo tanto, cualquier ahorro es más tiempo para ellos y para la sociedad. Los médicos salvan vidas, su tiempo es extremadamente valioso. Justamente, el Barómetro Sanitario hace una aproximación a la opinión y uso de nuevas formas de relación con el sistema sanitario. Cuando los pacientes son encuestados sobre las visitas médicas telefónicas afirman que es más cómoda para ellos (60%), y para los profesionales (71,3%), y que, en general, están satisfechos con este tipo de atención (80%). Con los datos en la mano, es lógico pensar que la tecnología impulsa todavía más la eficacia en la atención al paciente.

Porque, queramos o no, con el paso del tiempo, a medida que la tecnología vaya tomando forma, ahorre tiempo y mejore la experiencia del médico, será mala praxis no utilizarla. Pero para quien se lo cuestione: las herramientas digitales no rompen con el vínculo entre médico y paciente, sino que lo mejoran. Y lo vemos diariamente. Un ejemplo de ello, podría ser el sistema de telemedicina de la flota atunera española, que beneficia a 400 marineros y 12 barcos y ha abordado con éxito situaciones críticas en alta mar, como la asistir un infarto de miocardio a un tripulante, que fue evacuado y sobrevivió al episodio. Los pacientes siguen valorando aspectos tan importantes en la atención médica como son la empatía y la capacidad de estar cerca, así como el tiempo para explicar qué ocurre y ser acompañados en los procesos de detección y tratamiento. El cambio de paradigma es real. Por lo tanto, hay que incluir la tecnología en esta ecuación. Hace unos años el médico iba a visitar al paciente a su casa, y el futuro suena a inteligencia artificial, realidad virtual aumentada, telemedicina… La tecnología nos permite, entre muchos otros ejemplos, el ahorro de tiempo en desplazamientos, la agilidad en consultas que no requieren presencialidad, o una mejor gestión del absentismo, y todo esto se traduce en una mayor eficacia en la gestión de la consulta, y en una atención al paciente más óptima.

Volviendo al ejemplo anterior: una buena gestión de la sala de espera, ya sea de forma presencial o virtual mediante herramientas de contacto online, minimizaría cualquier malestar al darle al paciente el dominio sobre su tiempo. Bastaría, sencillamente, con avisar a los pacientes sobre las demoras, o bien enviarles un e-mail/SMS informándoles de las mismas. El paciente podría aprovechar así este tiempo para tomarse un café o encontrar un aparcamiento tranquilamente. Ante todo, soluciones, y tecnología, y, por encima de todo, mantener la coherencia.

Por Carlos Villaverde, CEO de Doctoralia España

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