Publicidad
Publicidad

Un excipiente farmacéutico común ofrece beneficio en un modelo de ictus isquémico

La triacetina oral contribuye al restablecimiento de la barrera hematoencefálica y favorece la recuperación a largo plazo.

22/12/2023

Científicos de diversos centros chinos han descubierto que la suplementación oral con gliceril-triacetato (triacetina) después de un infarto cerebral promueve la recuperación sensorimotora en un modelo animal. Los animales tratados exhibieron una mayor fuerza de asimiento con las patas delanteras, así como mayor sensibilidad en las palmas, efectos que se ...

Científicos de diversos centros chinos han descubierto que la suplementación oral con gliceril-triacetato (triacetina) después de un infarto cerebral promueve la recuperación sensorimotora en un modelo animal. Los animales tratados exhibieron una mayor fuerza de asimiento con las patas delanteras, así como mayor sensibilidad en las palmas, efectos que se asociaron a una disminución de la atrofia cerebral. Estas mejoras a largo plazo fueron precedidas por una reducción del exceso de permeabilidad en la barrera hematoencefálica en la periferia de la zona infartada.

Pengbo Zhang, investigador de la Universidad Xi´an Jiaotong y director del estudio, afirma que la triacetina indujo un incremento de la expresión de las proteínas que forman las uniones fuertes entre las células que forman esta barrera, lo que explicaría el restablecimiento de la función de aquélla. En el examen del tejido mediante espectrometría de masas los científicos hallaron que la suplementación promueve la lipogénesis en el área circundante al infarto, sin afectar los niveles de expresión de la sintasa de los ácidos grasos, principal enzima en la vía de producción de diversos lípidos. La lipogénesis, prosigue Zhang, es un proceso fundamental en el sistema nervioso, ya que, además de mantener la homeostasis cerebral, contribuye a la regeneración en situaciones de neurodegeneración. Así parecen confirmarlo estudios previos en los que los niveles de lípidos circulantes mostraron valor predictivo sobre el desenlace del ictus isquémico. El científico concluye indicando que el potencial clínico de la triacetina en el ictus está avalado por su bien establecido perfil de seguridad, sin signos de toxicidad incluso a dosis elevadas.

Publicidad
Publicidad
Nuestros Podcasts