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Resonancia magnética, una vía rápida para la patología de rodilla

Por Jorge Salmerón Pintos, Especialista en Radiodiagnóstico en la Clínica CIVI.

14/12/2023

Las lesiones de rodilla son frecuentes, es fácil verlo en los medios de comunicación al finalizar cada jornada de las diferentes ligas deportivas que se celebran semanalmente. Pero también en la sala de espera de cualquier especialista de traumatología y por supuesto, en los centros y espacios de diagnóstico por ...

Las lesiones de rodilla son frecuentes, es fácil verlo en los medios de comunicación al finalizar cada jornada de las diferentes ligas deportivas que se celebran semanalmente. Pero también en la sala de espera de cualquier especialista de traumatología y por supuesto, en los centros y espacios de diagnóstico por imagen.

Los que trabajamos en los centros de diagnóstico vemos habitualmente en los estudios: las temidas roturas de ligamentos; rotura de meniscos lesiones de los cartílagos, luxaciones y tendinosis, entre otras lesiones. Es importante señalar que la mejor manera de detectarlas es a través de la resonancia magnética.

Hablamos de equipos capaces de diagnosticar lesiones intra y extraarticulares con alta especificidad y alta sensibilidad. Pruebas que son accesibles y normalmente de elección, tanto para los deportistas de élite como para los aficionados al deporte o usuarios en general. Aunque en los deportistas de élite la resonancia suele complementarse previamente con estudios ecográficos en el momento del percance en el estadio.

No obstante, hoy en día contamos con equipos de resonancia magnética, como los desarrollados por Fujifilm Healthcare. Son tan completos y nos aportan tanta información de las lesiones que se puede obviar la práctica de otras exploraciones complementarias: radiología, ecografía, tomografía computarizada, etc. Es decir, los equipos de resonancia son capaces de detectar lesiones del cartílago, de los meniscos, de los ligamentos, de los tendones, fracturas e incluso áreas de contusión (estas últimas pasan inadvertidas en los estudios radiológicos) con una solo una única prueba.

Apostar por la resonancia magnética en estos casos evitaría la demora en el diagnóstico, lo cual es especialmente interesante para aquellos pacientes que están sufriendo dolor y/o que tienen afectada la movilidad de la articulación. Lo mismo ocurre con aquellas personas que sufren derrame de líquido sinovial de repetición en las que la resonancia magnética puede ayudar a diagnosticar entidades como la sinivitis villonodular con gran facilidad.

Tampoco podemos olvidar su utilidad como prueba de control antes y después de la cirugía o tratamiento con factores o células madre de ciertas entidades patológicas de la rodilla.

También es una modalidad muy sensible y específica en la detección de enfermedades degenerativas como la artrosis, que terminan desembocando en el desgaste progresivo de huesos y cartílagos, o en la detección de tumores y de metástasis incipientes no detectables con estudios radiológicos convencionales.

Hablamos de una prueba segura y no invasiva que no emplea radiación y que a partir de campos magnéticos y ondas de radio potentes es capaz de adquirir imágenes de alta calidad, en este caso de la articulación así como de los músculos y tejidos blandos que la rodean.

Los equipos más estandarizados son los equipamientos cerrados con un diámetro (gantry) más o menos grande, aunque cada vez más nos encontramos con equipamientos abiertos que nos aportan imágenes claras y resolutivas. Estos últimos equipos son mucho más eficientes desde el punto de vista energético, y el diseño abierto proporciona una mayor comodidad para los pacientes claustrofóbicos y aquellos con sobrepeso u obesidad.

Permite un posicionamiento más flexible y una mejor comunicación durante el examen. Y es más amable para los niños, que pueden estar acompañados de sus padres o cuidadores durante la realización de la prueba con contacto visual. Este último detalle puede ser determinante para que la imagen no salga borrosa, ya que durante el tiempo que el paciente está en la camilla, normalmente un mínimo de entre 15 y 20 minutos, no debe moverse para que se puedan obtener imágenes óptimas.

En definitiva, la resonancia magnética es una vía rápida para la detección de patologías de rodilla, y aunque su accesibilidad es menor que la de radiografías y ecografías, no debe desecharse como primera opción diagnóstica cuando sea posible. Sobre todo porque nos permite un acceso a la patología ósea, intra y extraarticular, con un diagnóstico precoz y acto terapéutico más temprano.

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