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Examinan en detalle la neuroprotección ofrecida por el gangliósido M1 en la ELA

La región pentasacárida de esta molécula es suficiente en la mediación de todos los efectos terapéuticos observados en un modelo de daño a las neuronas motoras. 

07/12/2023

Un equipo franco-italiano ha confirmado que el glucoesfingolípido natural conocido como gangliósido (G) M1 protege a las neuronas motoras de la toxicidad causada por el glutamato. La muerte de estas neuronas, rasgo característico de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), pudo ser prevenida in vitro mediante el pretratamiento con el GM1, ...

Un equipo franco-italiano ha confirmado que el glucoesfingolípido natural conocido como gangliósido (G) M1 protege a las neuronas motoras de la toxicidad causada por el glutamato. La muerte de estas neuronas, rasgo característico de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), pudo ser prevenida in vitro mediante el pretratamiento con el GM1, así como por una molécula derivada del mismo, la cual sólo contiene la región oligosacárida. Cualquiera de los dos compuestos suprimió, además, la agregación del enzima superóxido dismutasa y la localización anómala de la proteína TDP-43, alteraciones citológicas específicas de la enfermedad y reproducibles en neuronas sanas por acción del glutamato.

Elena Chiricozzi, científica de la Universidad de Milán y directora del estudio, afirma que estos efectos pudieron ser reproducidos en diferente medida en neuronas portadoras de una mutación asociada a la ELA y expuestas a glutamato. En estas células, tanto el GM1 como su región oligosacárida contrarrestaron la fragmentación de la red de neuritas, reduciendo además la producción de aniones superóxido en las mitocondrias, con la consiguiente preservación de estos orgánulos esenciales en la producción de energía. Chiricozzi señala que la actividad del GM1 distingue a este compuesto de otros gangliósidos y de la galactosa o del ácido siálico, los cuales carecen de función neuroprotectora en este modelo, a pesar de presentar características estructurales comunes con el GM1. La investigadora subraya el potencial terapéutico de la región pentasacárida del GM1, la cual penetra fácilmente a través de la barrera hematoencefálica y no requiere internalización celular. Este oligosacárido parece poseer las características necesarias para contrarrestar los aspectos multifactoriales de la neurodegeneración, concluye Chiricozzi.

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