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Congreso SEMI: Por qué cronicidad y multimorbilidad son la epidemia del siglo XXI

Expertos de Atención Primaria, Medicina Interna, pacientes y gestores sanitarios abordan una de las cuestiones que más preocupan hoy día a los sistemas de salud en nuestro país.

18/11/2023

El envejecimiento poblacional, una tendencia imparable sobre la que ya se ha advertido en el 44º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), celebrado en Valencia, dará como resultado el cambio sustancial del modelo sanitario hacia un abordaje de la cronicidad y la multimorbilidad nunca antes visto. ...

El envejecimiento poblacional, una tendencia imparable sobre la que ya se ha advertido en el 44º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), celebrado en Valencia, dará como resultado el cambio sustancial del modelo sanitario hacia un abordaje de la cronicidad y la multimorbilidad nunca antes visto. Era previsible, por tanto, que ocupase uno de los primeros puestos en el programa científico de este evento y así quedó reflejado en una sesión que reunió a representantes de los distintos niveles asistenciales, a los propios pacientes y a los gestores sanitarios.

Junto a Medicina Interna (MI), Atención Primaria (AP) será otro de los colectivos que sufrirán la presión asistencial derivada del aumento de la esperanza de vida. Sin ir más lejos, el pasado marzo tanto SEMI como la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) publicaron la conocida como Declaración de Mérida de 2023 sobre atención a la cronicidad.

Pero Remedios Martín Álvarez, presidenta de la semFYC y médica de Familia en el Centro de Atención Primaria Vallcarca (Barcelona), ha advertido que no es tanto esta "el problema" sino la multimorbilidad, que ocasionan "situaciones clínicas complejas" donde requieren de la colaboración de los especialistas.

En su consulta, Martín atiende a unos 1.800 pacientes, de los cuales alrededor de un 10% tiene más de 90 años, significativo de la mejora en la calidad de vida, pero que necesita de unos equipos multidisciplinares. En los centros de AP queda reflejado en la colaboración entre doctores, enfermería de AP o fisioterapia ocupacional. Pero cada vez más irá adquiriendo peso la atención domiciliaria, que ha considerado una "buena estrategia" siempre que se realice en colaboración con el médico y con un buen conocimiento previo del entorno del paciente.

Desde la perspectiva de atención hospitalaria, María Dolores Martín Escalante, del Servicio de Medicina Interna (MI) en el Hospital Costa del Sol de Marbella (Málaga) y representante de la SEMI en la Estrategia del Abordaje de la Cronicidad del Ministerio de Sanidad, ha recordado el "enorme impacto" de las enfermedades crónicas sobre las sociedades y las economías. De hecho, para 2050 se prevé que la población de más de 65 años se haya duplicado en España, y el número de mayores de 95 años sea ocho veces mayor que el actual, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que ha citado.

Como resultado, los ingresos en los servicios de MI se duplicarán para ese año. En el periodo 2005-2015 se registró un aumento del 53% en las hospitalizaciones de este tipo de pacientes: "Las enfermedades crónicas son las pruebas de fuego para los sistemas de salud".

Por estas razones, ha pedido en nombre de los profesionales avanzar hacia una identificación y estratificación más precisa de los pacientes crónicos que permita mantener una continuidad asistencial; al mismo tiempo, que el paciente esté cada vez más formado y sin obviar que hará falta más evidencia científica sobre la que sustentar la toma de decisiones en este sentido.

En España, las enfermedades crónicas no transmisibles son responsables del 91% de las muertes de estos pacientes. Por tanto, también es fundamental establecer una visión integral y holística de este fenómeno y, por parte de la administración, desarrollar una visión estratégica que precise hacia dónde destinar los recursos.

En el caso del sistema valenciano de salud, Luís Ibáñez Gadea, Gerente de Salud Valencia-Doctor Peset se ha referido a las prioridades de la administración autonómica: como objetivo final, dar el alta al paciente y, en paralelo, abarcar otras problemáticas como la soledad o los cuidados paliativos.

Por ello, el nuevo gobierno valenciano acometerá una estrategia de ocupación transversal y escucha activa de todos los actores (ciudadanía, pacientes, sociedades científicas y sector privado). De entre los compromisos que tienen por delante está el de desarrollar las unidades de hospitalización domiciliaria (con el uso de videoconferencias), recuperar la figura de la Enfermera Gestora de Casos del Servicio de Farmacia Hospitalaria, que sirva como bisagra en viaje del paciente y permita aspirar a una mayor trazabilidad entre todos los agentes implicados.

No hay que perder de vista que hasta el 80% de los recursos del Sistema Nacional de Salud (SNS) se destinan a enfermedades crónicas. Más de 21 millones de personas de 15 años o más están diagnosticadas con alguna enfermedad crónica, lo que equivale al 54% de la población. "Esto nos une a las entidades de pacientes y plantea retos apasionantes", ha expresado Tomás Castillo, vicepresidente de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP).

Desde la POP impulsan iniciativas como el Barómetro EsCrónicos que contribuye a ese objetivo de medir e identificar a los pacientes crónicos, y sobre todo conocer sus principales preocupaciones. Como, por ejemplo, la falta de información sobre opciones farmacológicas y no farmacológicas, los efectos adversos o la necesidad de mejorar la toma de decisiones conjuntas, en las que ha lamentado que todavía participen "poco".

De ahí que haya enfatizado la importancia de la participación en cada etapa de ese proceso: tanto a nivel macro, meso y micro. Esta reclamación queda materializada en la plataforma ParticipACCIÓN.

"Nos fijamos fundamentalmente en que vayamos a un modelo organizativo diferente", ha avanzado. La idea trata de propiciar una normativa que encauce mejor la participación ciudadana; que provea de herramientas de autoevaluación; que identifique también buenas prácticas en la involucración de los pacientes en la planificación y las políticas sanitarias o que genere más conocimiento sobre la situación actual de los pacientes y los retos a superar en el fomento de su participación.

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