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La deficiencia crónica de sueño aumenta la resistencia a la insulina en mujeres posmenopáusicas

Dormir el tiempo suficiente, sobre todo, a partir de ciertas edades de la vida contribuye a minimizar el riesgo de diabetes tipo2 que puede desarrollarse cuando el organismo no utiliza eficazmente la hormona clave como es la insulina.

14/11/2023

Restringir el sueño a menos de seis horas por la noche durante un espacio de tiempo prolongado (semanas) puede derivar en un incremento de la resistencia a la insulina en mujeres posmenopáusicas hasta un 20,1%, según se desprende de un reciente estudio avalado por los Institutos Nacionales de Salud de ...

Restringir el sueño a menos de seis horas por la noche durante un espacio de tiempo prolongado (semanas) puede derivar en un incremento de la resistencia a la insulina en mujeres posmenopáusicas hasta un 20,1%, según se desprende de un reciente estudio avalado por los Institutos Nacionales de Salud de EEUU (NIH, por sus siglas en inglés).

Los resultados de dicho trabajo, publicados en la revista ´Diabetes Care´, resaltan la importancia de dormir lo suficiente para minimizar el riesgo de diabetes tipo 2, que puede desarrollarse cuando el organismo no utiliza eficazmente una hormona clave, la insulina, para mantener niveles saludables de azúcar en sangre.

Estudios anteriores han demostrado que la restricción del sueño puede elevar el riesgo de enfermedades como las cardiovasculares, hipertensión y trastornos del metabolismo de la glucosa, que pueden provocar resistencia a la insulina y diabetes tipo 2. Sin embargo, muchos de esos estudios se realizaron sólo en hombres o se centraron en la restricción severa del sueño a corto plazo.

Sin embargo, como apuntó la prof. Marishka Brown, directora del Centro Nacional de Investigación de los Trastornos del Sueño en el National Heart, Lung, and Blood Institute (NHLBI), "las mujeres reportan dormir menos que los hombres, por lo que comprender cómo los trastornos del sueño afectan su salud a lo largo de la vida es fundamental, especialmente para aquellas en etapa posmenopáusica".

Precisamente, para este estudio, los investigadores reclutaron a 40 mujeres, de entre 20 y 75 años, que tenían patrones de sueño saludables (al menos de 7 a 9 horas por noche), niveles normales de glucosa en ayunas, pero que tenían riesgos elevados de enfermedad cardiometabólica debido a tener sobrepeso u obesidad o una antecedentes familiares de diabetes tipo 2, aumento de lípidos en la sangre o enfermedad cardiovascular.

Durante la fase de sueño adecuado, los participantes mantuvieron sus horarios habituales de acostarse y despertarse. En promedio, descansaban 7,5 horas por noche. En la fase de restricción del sueño, los participantes retrasaron su hora de acostarse 1,5 horas por noche, manteniendo su hora habitual de vigilia. Durante esta fase, durmieron 6,2 horas por noche, lo que refleja la duración promedio del sueño de los adultos estadounidenses con sueño insuficiente. Al principio y al final de cada fase del estudio, los participantes completaron una prueba de tolerancia oral a la glucosa para medir los niveles de glucosa e insulina en sangre, junto con una resonancia magnética para medir la composición corporal.

Los investigadores encontraron que restringir el sueño a 6,2 horas o menos por noche durante seis semanas aumentaba la resistencia a la insulina en un 14,8% entre las mujeres pre y posmenopáusicas, con efectos más graves para las mujeres posmenopáusicas: hasta un 20,1%. En las mujeres premenopáusicas, encontraron que los niveles de insulina en ayunas aumentaban en respuesta a la restricción del sueño, mientras que los niveles tanto de insulina como de glucosa en ayunas tendían a aumentar en las mujeres posmenopáusicas.

Más insulina para normalizar los niveles de glucosa

"Lo que observamos es que se necesita más insulina para normalizar los niveles de glucosa en las mujeres bajo condiciones de restricción del sueño, e incluso entonces, la insulina puede no haber hecho lo suficiente para contrarrestar el aumento de los niveles de glucosa en sangre de las mujeres posmenopáusicas", explicó, por su parte, Marie -Pierre St-Onge, profesora asociada de medicina nutricional y director del Centro de Excelencia para la Investigación Circadiana y del Sueño del Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de la Universidad de Columbia, en Nueva York, además de autora principal del estudio. "Si esto se mantiene en el tiempo, es posible que un sueño insuficiente y prolongado entre las personas con prediabetes pueda acelerar la progresión a la diabetes tipo 2".

Los investigadores también observaron si los cambios en el peso corporal explicaban los desequilibrios que observaron en los niveles de insulina y glucosa, ya que las personas tienden a comer más en estados de sueño restringido. Sin embargo, descubrieron que los efectos sobre la resistencia a la insulina eran en gran medida independientes de los cambios en el peso corporal, y una vez que las mujeres comenzaron a dormir nuevamente sus típicas 7 a 9 horas por noche, los niveles de insulina y glucosa volvieron a la normalidad.

A partir de este trabajo, los investigadores están planeando estudios adicionales para comprender mejor cómo la deficiencia de sueño afecta el metabolismo en hombres y mujeres, así como explorar las intervenciones del sueño como una herramienta en los esfuerzos de prevención de la diabetes tipo 2".

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