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El estrés en los primeros años de vida produce peores efectos a nivel cerebral que una lesión en la cabeza

El estrés por sí solo y combinado con una lesión cerebral traumática activan vías en las neuronas excitadoras e inhibidoras asociadas con la plasticidad, que es la capacidad del cerebro para adaptarse a todo tipo de cambios.

13/11/2023

Las lesiones en la cabeza son frecuentes en los niños pequeños, especialmente, por caídas y pueden estar relacionadas con trastornos del estado de ánimo y dificultades sociales que surgen más adelante en la vida. Las experiencias infantiles adversas también son muy comunes y pueden aumentar el riesgo de padecer enfermedades ...

Las lesiones en la cabeza son frecuentes en los niños pequeños, especialmente, por caídas y pueden estar relacionadas con trastornos del estado de ánimo y dificultades sociales que surgen más adelante en la vida. Las experiencias infantiles adversas también son muy comunes y pueden aumentar el riesgo de padecer enfermedades mentales y abuso de sustancias en la edad adulta.

En este contexto, se llevó a cabo un estudio por parte de la Universidad Estatal de Ohio (EEUU). "Queríamos entender si experimentar una lesión cerebral traumática en el contexto de circunstancias de estrés en los primeros años de vida podría modular la respuesta a la lesión cerebral". según explicó Kathryn Lenz, profesora asociada de psicología en la Universidad Estatal de Ohio.

"Encontramos que muchos, muchos más genes se expresaban diferencialmente como resultado de nuestra manipulación del estrés en los primeros años de vida que de nuestra manipulación de la lesión cerebral traumática", indicó la prof. Lenz. "El estrés es realmente poderoso y no debemos subestimar su impacto en los primeros años de vida, cuando el cerebro está en desarrollo. Es un tema de salud pública muy importante que, por lo general, se tiende a ignorar".

Para llevar a cabo su trabajo, cuyos resultados se han publicado en ´Neuroscience 2023´, los investigadores separaron temporalmente a ratas recién nacidas de sus madres diariamente durante 14 días para inducirles un estrés que imitara los efectos de las experiencias adversas de la infancia, que incluyen una variedad de eventos potencialmente traumáticos. El día 15, un momento en el que las ratas talcanzaron un desarrollo equivalente al de un niño pequeño, las ratas estresadas y no estresadas recibieron una lesión en la cabeza similar a una conmoción cerebral bajo anestesia o ninguna lesión en la cabeza. Se compararon tres condiciones (estrés solo, lesión en la cabeza sola y estrés combinado con lesión en la cabeza) con ratas ilesas y sin estrés.

La estudiante de posgrado en el laboratorio de Lenz, Michaela Breach, examinó los cambios en la expresión genética en la región del hipocampo del cerebro de los animales más adelante en el período juvenil, utilizando secuenciación de ARN de un solo núcleo.

El estrés por sí solo y el estrés combinado con una lesión cerebral traumática produjeron algunos resultados destacados por los autores del estudio. Ambas condiciones activaron vías en las neuronas excitadoras e inhibidoras asociadas con la plasticidad, que es la capacidad del cerebro para adaptarse a todo tipo de cambios, principalmente para promover la flexibilidad, pero a veces, cuando los cambios son desadaptativos, dan lugar a resultados negativos.

"Esto puede sugerir que el cerebro se está abriendo a un nuevo período de vulnerabilidad o está cambiando activamente durante este período de tiempo en el que podría programar déficits posteriores en la vida", según la autor Breach.

Ambas condiciones también tuvieron un efecto en la señalización relacionada con la oxitocina, una hormona relacionada con el comportamiento materno y los vínculos sociales. El estrés solo y combinado con una lesión cerebral activó esta vía de oxitocina, pero la lesión cerebral por sí sola la inhibió.

"Tanto el estrés como la lesión cerebral traumática están relacionados con un comportamiento social anormal, pero estamos encontrando estos efectos diferentes con la señalización de la oxitocina", según Breach. "Eso demuestra que el efecto del estrés podría modular cómo la lesión está cambiando el cerebro, ya que el tratamiento combinado era diferente de la lesión por sí sola. La oxitocina participa en la respuesta al estrés y en la reparación, por lo que podría considerarse como un modulador interesante a seguir en el futuro".

Los datos sobre el comportamiento que apuntan a los efectos perjudiciales del estrés en los primeros años de vida proporcionan más evidencia de la necesidad de abordar las experiencias adversas de la niñez, concluyó la prof. Lenz.

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