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La artritis por pirofosfato de calcio duplica el riesgo de fractura

La enfermedad por depósito de pirofosfato de calcio, que también se la conoce como pseudogota, duplica, en algunos casos, el riesgo de sufrir fracturas por fragilidad, además de provocar inflamación e hinchazón en las articulaciones.

08/11/2023

La enfermedad por depósito de pirofosfato de calcio se produce cuando se forman cristales de pirofosfato de calcio próximos a las células del cartílago. Ello puede provocar inflamación, dolor e hinchazón de las articulaciones. A menudo, se le ha llamado pseudogota debido a su similitud clínica con la gota, sin ...

La enfermedad por depósito de pirofosfato de calcio se produce cuando se forman cristales de pirofosfato de calcio próximos a las células del cartílago. Ello puede provocar inflamación, dolor e hinchazón de las articulaciones. A menudo, se le ha llamado pseudogota debido a su similitud clínica con la gota, sin embargo, se sabe mucho menos sobre dicha enfermedad que sobre la gota y otros tipos de artritis inflamatoria.

Datos recientes de modelos experimentales sugieren que el aumento de la formación de osteoclastos (células que degradan el hueso viejo) debido a la pérdida de función de la osteoprotegerina (una proteína que normalmente inhibe la resorción ósea) podría contribuir a la patogénesis de la enfermedad.

La reumatóloga Dra. Sara Tedeschi y su equipo del Brigham and Women´s Hospital de Boston (EEUU) se marcaron el objetivo de ampliar la base de conocimientos investigando si los pacientes con enfermedad por depósito de pirofosfato de calcio (CPPD) mostraban un mayor riesgo de fracturas.

Para obtener más información, la Dra. Tedeschi y su equipo realizaron un estudio de cohorte emparejado utilizando datos de registros médicos electrónicos (EHR) del sistema de atención médica Mass General Brigham. El estudio incluyó a más de 1.100 pacientes que tuvieron al menos un episodio de artritis aguda por cristales CPP (la forma inflamatoria aguda de CPPD) entre 1991 y 2017. Fueron emparejados con más de 3.300 comparadores que no tenían artritis aguda por cristales de pirofosfato de calcio (CPP), aunque cabía esa posibilidad. La edad promedio en ambos grupos fue de 73 años y más de la mitad eran mujeres.

La fecha índice para los pacientes con artritis por cristales de CPP fue la primera mención de pseudogota en su expediente o el primer análisis del líquido sinovial con un hallazgo de cristales de CPP.

Riesgo de fractura

De los primeros resultados del estudio cabe destacar la detección de fractura por fragilidad (fracturas resultantes de una caída desde una altura o inferior) en el húmero, la muñeca, la cadera o la pelvis. Los resultados secundarios fueron la primera fractura en cada uno de estos sitios anatómicos. Para los pacientes con más de una fractura, sólo se utilizó la más temprana. Las fracturas por fragilidad se identificaron mediante algoritmos publicados con un valor predictivo positivo superior al 90%.

Los investigadores estimaron las tasas de incidencia y los índices de incidencia para cualquier tipo de fractura y para fracturas en cada sitio individual del cuerpo. Utilizaron modelos de Cox (una técnica estadística que se puede utilizar para los resultados del tiempo transcurrido hasta el evento en uno o más predictores) para estimar los índices de riesgo ajustados para las fracturas.

Los pacientes que mostraban artritis reumatoide (AR) o a los que se les recetaron corticosteroides o tratamiento para la osteoporosis fueron excluidos de los análisis de sensibilidad en un intento de eliminar la influencia de estos diagnósticos/medicamentos que se sabe que aumentan el riesgo de fractura.

Los autores del estudio encontraron que la tasa de fracturas era dos veces mayor en la cohorte de artritis aguda por CPP cristalina que en el grupo de comparación después de ajustar por los factores de riesgo tradicionales de fractura: 11,2 por 1.000 personas-año frente a 5,6 por 1.000 personas-año. La disparidad entre los dos grupos se amplió con el tiempo y los análisis de sensibilidad produjeron hallazgos comparables.

Según la Dra. Tedeschi, "el mayor riesgo de fractura no fue particularmente sorprendente, pero sí la magnitud de la diferencia". También le llamó la atención "que se observaran diferencias en el riesgo de fractura, con magnitud similar, después de excluir a los pacientes que habían usado corticosteroides en los 90 días anteriores a la fecha índice". Por otra parte, las tasas de fracturas variaron durante los primeros meses de seguimiento, lo que sugiere una diferencia preexistente en la salud ósea entre las cohortes.

"Como mínimo, esperamos que los médicos consideren evaluar la densidad mineral ósea en pacientes con CPPD para determinar si es necesario un tratamiento para la osteoporosis", concluyó la Dra.Tedeschi.

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