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La biotecnología: motor de oportunidades para una Europa mejor preparada para el futuro y una España más próspera

Además de una Europa mejor preparada para el futuro, la actividad del sector biotecnológico en nuestro país también facilita el desarrollo de un modelo de crecimiento económico basado en ciencia y en innovación.

26/10/2023

Artículo escrito por Ana Polanco y Elisa Díaz, autoras del libro Biotecnología, soluciones para la salud del futuro y el bienestar del planeta publicado por la editorial LID. La biotecnología está siendo una de las protagonistas de la actual Presidencia española del Consejo de la Unión Europea. Tal y como se puso ...

Artículo escrito por Ana Polanco y Elisa Díaz, autoras del libro Biotecnología, soluciones para la salud del futuro y el bienestar del planeta publicado por la editorial LID.

La biotecnología está siendo una de las protagonistas de la actual Presidencia española del Consejo de la Unión Europea. Tal y como se puso de manifiesto en la reciente cita en Granada donde la Comunidad Política Europea y los jefes de Estado o de Gobierno de la Unión Europea debatieron sobre las líneas estratégicas que definirán el futuro de Europa, la biotecnología, junto con los microchips avanzados, la inteligencia artificial y la tecnología cuántica, es un área clave sobre la que deben pivotar planes europeos y nacionales.

La pandemia provocada por la Covid-19, junto con la guerra en Ucrania y la crisis climática han puesto de manifiesto que son necesarias soluciones para poder asegurar la salud y el bienestar de los ciudadanos y del planeta. La biotecnología está protagonizando muchas de estas soluciones como el desarrollo de las vacunas frente al Covid y los nuevos fármacos que suponen el 68% de los medicamentos en desarrollo. Se ha conseguido erradicar enfermedades como la polio o la viruela y se han conseguido cronificar otras, como el SIDA, de un alto impacto social. También destacan significativos avances en el cáncer con el impulso de la medicina de precisión y en terapias avanzadas. Más allá del impacto en la salud de las personas, la biotecnología está siendo capaz de contribuir a la seguridad alimentaria y a la mejora de la nutrición con unos cultivos de mayor eficacia que a la vez preservan mejor la tierra o con alimentos libres de toxinas o contaminantes. Son soluciones que nos permiten estar mejor preparados para retos actuales, pero también futuros que son parte del desarrollo de nuestra sociedad tal y como estamos viendo plasmado en las conversaciones estratégicas que se están dando a nivel europeo con implicaciones también en nuestro país.

Además de una Europa mejor preparada para el futuro, la actividad del sector biotecnológico en nuestro país también facilita el desarrollo de un modelo de crecimiento económico basado en ciencia y en innovación. Al invertir en ciencia somos capaces de generar actividad económica de alto valor añadido que a su vez genera innovación que a su vez genera otras palancas de crecimiento. Es lo que se llama el círculo virtuoso de la I+D. No en vano dos tercios del crecimiento económico de Europa en las últimas décadas son gracias a la investigación y el desarrollo. Por cada nuevo empleo creado en el sector salud surgen 1.7 nuevos puestos de trabajo en el resto de la economía. Si el gasto sanitario se incrementara un euro, la renta media de los ingresos de los hogares aumentaría en 0.7 euros. Además, el sector biotecnológico lidera el esfuerzo en innovación en Europa con una inversión en I+D+i que es el 20% del total de la inversión empresarial en el mundo. En nuestro país la tendencia es similar habiéndose aumentado la producción de conocimiento un 31% en la última década lo que sitúa a España como novena potencial mundial en producción científica en biotecnología y la quinta en un área tan prometedora como las terapias avanzadas.

En cualquier caso, esta capacidad de generar bienestar y desarrollo económico debe seguir potenciándose para que sea uno de los motores de oportunidades para nuestra sociedad. Por ello, es necesario que demos pasos decididos para que las fortalezas de nuestro país, entre las que destacan además de la producción científica y la contribución a la transición verde, la capacidad industrial, la autonomía estratégica o el desarrollo de ensayos clínicos, se conviertan en auténticas palancas para la transformación social. La Comisión Europea ha identificado la colaboración y la falta de inversión pública como nuestros principales desafíos. El análisis comparado con los países más avanzados de nuestro entorno sugiere seguir incrementando los niveles de inversión en I+D+i hasta alcanzar el nivel que se correspondería con nuestro potencial económico. También es necesario facilitar la innovación, la financiación y el apoyo a las PYMES. Asimismo, si queremos que el sector ocupe una posición estratégica en los planes de desarrollo económico, como es el caso de Reino Unido o de Dinamarca, debemos apostar por una estrategia que sea transversal y de respuesta a todo el ciclo de vida de las innovaciones del sector desde los instrumentos de financiación hasta los mecanismos de acceso a las innovaciones con un refuerzo de la colaboración público-privada.

Por todo ello, tal y como se ha manifestado en la Declaración de Granada, en la que, partiendo de la reflexión sobre la autonomía estratégica de la UE, se sientan las bases del debate sobre la futura Agenda Estratégica 2024-2029 de directrices y políticas generales de la UE, debemos centrar nuestros esfuerzos en el impulso de un sector como la biotecnología como motor de oportunidades de desarrollo económico y social para aumentar tanto el bienestar de Europa como la riqueza en España.  

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