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Asocian un crecimiento más rápido de la placenta a un mayor riesgo de preeclampsia en la embarazada

La preeclampsia es una condición que puede desarrollarse durante el embarazo y que causa presión arterial alta, aunque, hasta ahora, no se comprende completamente cómo se desarrolla. No obstante, detectarla a tiempo es esencial para evitar problemas de salud graves tanto para la madre como para el futuro bebé.

09/10/2023

La placenta es un órgano que crece en el útero de la mujer embarazada junto al feto, al que está unido por el cordón umbilical. La placenta proporciona oxígeno y nutrientes al futuro bebé y elimina los desechos a medida que este se desarrolla. Una placenta que funciona mal se ...

La placenta es un órgano que crece en el útero de la mujer embarazada junto al feto, al que está unido por el cordón umbilical. La placenta proporciona oxígeno y nutrientes al futuro bebé y elimina los desechos a medida que este se desarrolla. Una placenta que funciona mal se asocia con complicaciones del embarazo y un riesgo posterior de enfermedad en el niño. A pesar de su papel clave, todavía se sabe poco sobre cómo se regula el crecimiento de la placenta. Es importante comprender el crecimiento de este órgano, ya que los bebés con placentas muy pequeñas o grandes tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones.

En este sentido, una nueva investigación, fruto de una colaboración internacional a gran escala ha arrojado luz sobre cómo la genética influye en el crecimiento de la placenta, revelando un vínculo con el riesgo de enfermedad en la futura madre. Los científicos de la Universidad de Exeter (Reino Unido) trabajaron con otros investigadores de Noruega y Dinamarca, cuyos resultados, publicados en ´Nature Genetics´, sugieren que un crecimiento más rápido de la placenta puede contribuir al riesgo de preeclampsia y a un parto más prematuro del bebé.

La preeclampsia es una condición que puede desarrollarse durante el embarazo y que causa presión arterial alta. Algunos de los órganos de la madre, como los riñones y el hígado, dejan de funcionar correctamente. Detectarla a tiempo es esencial para evitar problemas de salud graves para la madre y el bebé, aunque no se comprende completamente cómo se desarrolla la preeclampsia.

El profesor Pål Njølstad, de la Universidad de Bergen en Noruega, quien codirigió el artículo, destacó que "la placenta es un órgano muy importante durante el embarazo, ya que proporciona un vínculo intrincado y vital entre la madre y el bebé. Nuestro estudio ha identificado 40 variaciones en el código genético relacionadas con el tamaño que puede crecer una placenta, lo que mejora nuestra comprensión de este órgano vital en los humanos. Varias de estas variaciones genéticas también influyen en el peso del bebé, pero algunas parecen estar predominantemente relacionadas con el crecimiento de la placenta".

El equipo descubrió que cuando el código genético del feto apuntaba a que la placenta creciera, había un mayor riesgo de preeclampsia en la madre. Esto podría deberse a que la placenta crece demasiado rápido, lo que puede alterar el equilibrio entre la demanda de recursos del bebé y la cantidad que la madre puede proporcionar, lo que puede ser un factor en la preeclampsia que ocurre más adelante en el embarazo.

"Nuestro estudio sugiere que un crecimiento más rápido de la placenta contribuye a un mayor riesgo de preeclampsia en la madre. Parece específico del crecimiento de la placenta porque no encontramos el mismo riesgo cuando analizamos la genética del peso del bebé", según la profesora Rachel Freathy, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter.

La placenta de crecimiento más rápido también se relacionó con embarazos más cortos. El investigador principal, Bjarke Feenstra, del Hospital Universitario de Copenhague y el Statens Serum Institut, Dinamarca, quien también codirigió el estudio, indicó al respecto: "Descubrimos que los bebés con un código genético para una placenta más grande tenían más probabilidades de nacer antes, lo que subraya la importancia de investigar la biología placentaria en estudios sobre la duración del embarazo y el momento del parto".

Un hallazgo clave

Otra aportación de interés de este estudio está relacionada con la insulina, que regula el azúcar en sangre. El feto produce insulina en respuesta a la glucosa de la madre, que actúa como factor de crecimiento. El equipo descubrió que esta insulina también está implicada en el crecimiento de la placenta, lo que ayuda a explicar por qué las placentas tienden a ser grandes en embarazos en los que la madre tiene niveles altos de glucosa en sangre debido a la diabetes.

"Si bien este es un gran primer paso", afirmó el profesor Stefan Johansson, también codirector de la Universidad de Bergen, "el peso final de una placenta sólo puede decirnos una cantidad limitada sobre su función".

Los autores consideran que se necesitan más estudios para examinar la forma y el desarrollo de la placenta durante el transcurso del embarazo. "Nuestro trabajo es sólo el punto de partida para futuras investigaciones que podrían ayudarnos a comprender mucho más sobre el papel de la placenta en el crecimiento del bebé y el riesgo de complicaciones del embarazo", concluyeron.

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