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La terapia celular podría reducir un 60% el riesgo de muerte por COVID-19

Un reciente estudio se ha dedicado a comprobar mediante un metaanálisis cómo funciona la terapia celular cuando se utiliza para tratar la COVID-19.

19/09/2023

El uso de terapia celular para tratar a pacientes con COVID-19 podría reducir el riesgo de muerte por la enfermedad en un 60%, según una revisión sistemática y un metanálisis realizado por investigadores de la Universidad de São Paulo (USP), en Brasil, en colaboración con colegas de Alemania y Estados ...

El uso de terapia celular para tratar a pacientes con COVID-19 podría reducir el riesgo de muerte por la enfermedad en un 60%, según una revisión sistemática y un metanálisis realizado por investigadores de la Universidad de São Paulo (USP), en Brasil, en colaboración con colegas de Alemania y Estados Unidos cuyos hallazgos se publican en la revista ´Frontiers in Immunology´, según informa María Fernanda Ziegler, a través de la Agencia FAPESP.

Los ensayos clínicos de terapia celular avanzada para la COVID-19 analizados por los autores de dicho trabajo se realizaron en 30 países, principalmente Estados Unidos, China, Irán y España. Sin embargo, al ser muy heterogéneos, con números muy variables de participantes, diseños y metodologías, los investigadores optaron por desarrollar una base de datos de ensayos de COVID-19.

Según el estudio, los tipos de células más usados en los ensayos clínicos relacionados con el tratamiento de la COVID-19 fueron las células madre mesenquimales (estromales) multipotentes del tejido conectivo, utilizadas en el 72% de los estudios revisados; células asesinas naturales de linfoblastos, empleadas en el 9%; y células mononucleares de la sangre, en un 6%.

"La terapia celular ha avanzado significativamente en los últimos años y se ha utilizado para tratar el cáncer y enfermedades autoinmunes, cardíacas e infecciosas. Durante la pandemia, se utilizó para tratar el COVID-19 en varios ensayos clínicos. Nuestro estudio es el primero en revisar toda la información sobre estas experiencias diseminadas por el mundo y en comprobar mediante un metaanálisis cómo funciona la terapia celular cuando se utiliza para tratar la COVID-19. y complicaciones relacionadas", explicó Otávio Cabral-Marques, profesor de la Facultad de Medicina de la USP y coordinador del estudio.

Diversas limitaciones

Los autores también detectaron diferencias en cuanto a las fases de los ensayos. En muchos países, especialmente en Europa, una regulación estricta limita la cantidad de productos de terapia celular humana , por lo que el 56% de los ensayos no alcanzaron la fase 2, que generalmente se centra en determinar la seguridad, la eficacia y la dosis-respuesta en voluntarios con la enfermedad. Otra limitación fue que el 31% de los ensayos analizados no contaban con grupo control.

"Para llegar a una reducción tan grande del riesgo de muerte, tuvimos que tener en cuenta los hallazgos y las características de los diferentes estudios, además de hacer una cierta cantidad de correcciones y estimaciones", señaló Igor Salerno Filgueiras, candidato a doctorado. y coautor del artículo.

"Existen técnicas para estandarizar los datos, eliminar sesgos y producir un resultado imparcial, lo que permite a los analistas llegar a conclusiones que muchas veces pasan desapercibidas en un estudio específico pero que se suman a evidencia científica relevante cuando se ven reforzadas por otros datos", agregó Dennyson Leandro M. Fonseca, otro coautor y becario de doctorado de la FAPESP.

"Los resultados resaltan el importante papel que pueden desempeñar estas células en terapias adyuvantes para COVID-19 y las complicaciones asociadas. Sin embargo, también señalan la necesidad de un mejor control de los parámetros clave relacionados con la forma en que se fabrican los productos de terapia celular si queremos garantizar la comparabilidad entre los estudios", concluyó el Dr. Cabral-Marques.

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