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Una terapia sustentada en sueño-vigilia brinda nuevas esperanzas a adolescentes con depresión

La preferencia circadiana nocturna, definida como la predilección conductual por el horario de sueño y vigilia más tarde y que se asocia con un horario circadiano biológico más tardío, se relaciona con una mayor gravedad de la depresión, episodios recurrentes de TDM, un aumento de las tendencias suicidas y una respuesta antidepresiva deficiente.

19/09/2023

Hay evidencia de que los adolescentes cuyas tendencias naturales son quedarse dormidos más tarde por la noche y despertarse, al día siguiente, más tarde tienen un mayor riesgo de sufrir depresión recurrente, depresión más grave, tendencias suicidas y una mala respuesta a los antidepresivos. Ahora, investigadores de la Universidad de California-San ...

Hay evidencia de que los adolescentes cuyas tendencias naturales son quedarse dormidos más tarde por la noche y despertarse, al día siguiente, más tarde tienen un mayor riesgo de sufrir depresión recurrente, depresión más grave, tendencias suicidas y una mala respuesta a los antidepresivos.

Ahora, investigadores de la Universidad de California-San Francisco (EEUU) han encontrado una manera de ayudar a estos menores a adaptarse a sus ritmos naturales del ciclo del sueño sin dejar de cumplir con sus responsabilidades escolares. Los hallazgos, publicados en el ´Journal of Child Psychology and Psychiatry´ podrían representar una señal de bienvenida para los adolescentes con depresión.

El estudio analizó datos de 42 participantes con depresión clínica que habían formado parte de un estudio más amplio de 176 adolescentes noctámbulos. Veinticuatro de estos adolescentes recibieron la intervención, denominada Transdiagnostic Sleep and Circadian Intervention (TransS-C), y 18 recibieron sesiones educativas sobre cómo llevar un estilo de vida saludable. Todos los participantes llevaron diarios de sueño y usaron dispositivos que midieron la calidad de su sueño. También recibieron sesiones de terapia de 45 minutos cada semana durante ocho semanas.

Al comienzo del estudio, todos los adolescentes obtuvieron al menos 40 puntos en la Escala de calificación de depresión infantil, un nivel que indica una depresión clínicamente significativa. Una puntuación de 28 o menos indica remisión.

Después de seis meses, la puntuación promedio del grupo de intervención cayó a 21,67, en comparación con 32,5 para el grupo que recibió la intervención de estilo de vida saludable. Estos datos se mantuvieron durante al menos 12 meses, momento en el que la intervención obtuvo una puntuación de 24,97, mientras que los controles obtuvieron una puntuación de 32,75.

Los resultados proporcionan evidencia novedosa de una mejor alineación entre la biología circadiana y el comportamiento de sueño-vigilia como un mecanismo específico de mejora de la depresión, proporcionan pistas clave sobre la compleja relación entre el sueño y la depresión y tienen importantes implicaciones clínicas para los adolescentes con esta patología.

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