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Vall d´Hebron estrena planta de hospitalitzación del Área de Salud Mental para la Infancia y Adolescencia

La nueva planta permite que, por primera vez, todos niños y jóvenes de Barcelona que requieren un ingreso por un trastorno mental puedan estar en un dispositivo asistencial en la misma ciudad.

31/07/2023

El Hospital Universitario Vall d´Hebron refuerza la atención a la salud mental de los niños, niñas y adolescentes con la puesta en marcha de la planta de hospitalización de Salud Mental para la Infancia y la Adolescencia. Gracias a este nuevo equipamiento, por primera vez todos los niños, niñas y ...

El Hospital Universitario Vall d´Hebron refuerza la atención a la salud mental de los niños, niñas y adolescentes con la puesta en marcha de la planta de hospitalización de Salud Mental para la Infancia y la Adolescencia. Gracias a este nuevo equipamiento, por primera vez todos los niños, niñas y jóvenes de Barcelona que requieran un ingreso por un trastorno mental podrán recibir tratamiento en un dispositivo asistencial en la misma ciudad.

El conseller de Salut, Manel Balcells, ha presentado este espacio que lleva tres meses en funcionamiento y salda una deuda histórica con el hospital y la ciudadanía. "Esta unidad es una apuesta del departamento de Salut y del Govern por la salud mental infantil y juvenil", ha explicado ilusionado. Como equipamiento, "supone un incremento de recursos que permite dar continuidad asistencial y salida a las necesidades de internamiento de agudos y hospital de día, además de reducir la lista de espera", ha añadido.

Con la nueva planta de hospitalización, que comenzó a funcionar en abril, Vall d´Hebron acerca el servicio a la comunidad, en un contexto de alta especialización. "En un momento en el que la salud mental nos interpela, ofrecemos una atención de calidad a la salud mental de los niños y adolescentes las 24 horas del día, los siete días de la semana, en un área de alta complejidad social", señala el Dr. Albert Salazar, gerente del Hospital Universitario Vall d´Hebron.

La nueva planta de hospitalización cubre el Área Integral de Salud de Barcelona Norte (AIS), que abarca los distritos de Nou Barris, Sant Andreu y Horta-Guinardó, con una población de referencia de 80.000 personas entre niños y adolescentes. "Atendemos a 12 de los 18 barrios con indicadores socioeconómicos más desfavorables", destaca el Dr. Josep Antoni Ramos-Quiroga, jefe del Servicio de Psiquiatría. La unidad se encuentra ubicada en la tercera planta del Hospital Infantil. Según la supervisora de Psiquiatría, Merche Rodríguez, "la seguridad prevalece en todos los espacios: las superficies son lisas, los acabados, redondeados, y hay un circuito de cámaras de videovigilancia que centraliza el equipo de enfermería". La planta cuenta con ocho camas, cuatro en habitaciones individuales, con un diseño minimalista, materiales naturales como la madera y tonos claros, apostando por los beneficios de la cromaterapia. "Predomina el blanco piedra y el marrón, un color que encontramos en la naturaleza, fomenta el sentido de seguridad y pertenencia", explica Merche Rodríguez. La unidad también cuenta con un hospital de día con cinco plazas que funciona como apoyo a los Centros de Salud Mental Infantil y Juvenil (CESMIJ) del territorio. "El hospital de día nos ayuda a agilizar las altas. También la coordinación con la red de salud del territorio", apunta el Dr. Josep Antoni Ramos-Quiroga.

Realidad virtual inmersiva y el Espacio Azul para trabajar traumas y emociones

Un aspecto relevante de este espacio es la zona de distensión emocional equipada con tecnología Broomx para realizar proyecciones audiovisuales con realidad virtual inmersiva. "Las sesiones de realidad virtual permiten cubrir las paredes y techos con una composición de luz, color y sonido que nos ayudan a romper dinámicas. Cambiamos la consulta por una sala de estar donde trabajamos ejercicios de relajación que ayudan a los pacientes a tomar conciencia. También los entrenamos para detectar pensamientos negativos que pueden desencadenar una crisis. Esta terapia nos permite explorar y ayudar desde un punto de vista lúdico a los pacientes con una fuerte carga traumática", explica la supervisora Merche Rodríguez.

El otro espacio singular es el llamado Espacio Azul, una sala de contención cero para ayudar a desactivar emocionalmente a pacientes que se encuentran angustiados o requieren una reducción de estímulos ambientales. Está revestida de un material suave para evitar lesiones, el techo es un vinilo con un cielo azul, para inducir la calma, y hay cuatro filas de luces LED regulables en color e intensidad, según el estado anímico del paciente. La puerta tiene una ventana fabricada con un vidrio irrompible.

La dotación de personal de la nueva unidad contempla dos psiquiatras, dos psicólogas clínicas, un administrativo, un conserje, un TCAI, dos enfermeras, una trabajadora social, un terapeuta ocupacional y un docente que mantiene contacto con los respectivos centros educativos de los pacientes.

Se disparan las conductas autolesivas

El primer paciente que ingresó en la planta fue una adolescente con depresión mayor. "Es un caso que vemos con menos frecuencia", señala el Dr. Marc Ferrer, jefe de Hospitalización del Servicio de Psiquiatría, quien explica que aproximadamente la mitad de los trastornos de salud mental debutan durante la adolescencia. "La mayoría de los casos que atendemos son conductas autolesivas y tentativas de suicidio. Es una tendencia al alza que nos preocupa", alerta. Entre 2015 y 2017, las autolesiones representaban el 20,4% de los ingresos atendidos en las urgencias de psiquiatría pediátrica; en el período de 2017 a 2021, crecieron hasta llegar al 70% de los ingresos, y ahora ya son cerca del 75%. La imitación y las redes sociales juegan un papel importante a la hora de comenzar a coquetear con tentativas suicidas. Y aunque las autolesiones suelen ser un mecanismo para regular el dolor emocional, gestionar la frustración o la ira, pueden ser el preludio de una conducta suicida.

El caso típico ingresado a es el de una niña de 15 años con algún tipo de conducta autolesiva. "Más que una idea planificada de suicidio, nos encontramos ante una conducta impulsiva y poco calculada que busca la desconexión, el alivio inmediato de un malestar emocional. Provocarse dolor físico es una forma de liberar emociones que no se saben gestionar ni expresar y que causan sufrimiento", explica el Dr. Marc Ferrer. Uno de los problemas de las autolesiones es que pueden llegar a ser adictivas. Tras una tentativa de suicidio hay una variedad de casuísticas. Lo primero es discernir entre un paciente que juega con propuestas de las redes sociales y un adolescente que sufre depresión, ansiedad o un trastorno emocional.

"Vemos mucha problemática social, familias desestructuradas, violencia doméstica, traumas derivados de abusos sexuales y acoso escolar", resume el Dr. Josep Antoni Ramos-Quiroga. Respecto a si la pandemia de la COVID-19 ha incrementado los problemas de salud mental, señala que ya había una tendencia al alza de tentativas de suicidio, conductas autolesivas, trastornos de la conducta alimentaria y adicción a las redes sociales, el otro grueso de trastornos atendidos en la nueva planta. Aunque las redes pueden instigar conductas inapropiadas, el Dr. Marc Ferrer hace un llamamiento a no demonizar las pantallas. "La tecnología forma parte de nuestras vidas, debemos adaptarnos a esta realidad, aprender a hacer un acompañamiento y enseñar a hacer un uso responsable", aconseja.

Trabajo en red con los CSMIJ del territorio

De las 249 urgencias psiquiátricas atendidas durante los primeros tres meses de funcionamiento de la planta de hospitalización de psiquiatría infanto-juvenil, 41 ingresaron. La estancia media en la planta de hospitalización es de 10 días. "La idea es que los pacientes puedan volver a su entorno habitual cuanto antes. Ingresamos cuando necesitamos un elemento de contención, pero todo lo que se pueda hacer en casa, con hospitalización a domicilio y apoyo de los Centros de Salud Mental Infantil y Juvenil del territorio, mejor", subraya el Dr. Marc Ferrer.

Además del primer ingreso con depresión mayor, conductas autolesivas, adicciones a las redes sociales y trastornos de la conducta alimentaria, en este tiempo, se han atendido trastornos del espectro autista y algunos trastornos psicóticos.

Claudia, la primera paciente en ser ingresada en el nuevo espacio, con el alta bajo el brazo concluye que "durante mi estancia he recibido un trato cercano que me ha servido para descubrir que soy capaz de superar cualquier reto que tenga por delante".

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