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Investigadores exponen la necesidad de mejorar el cribado y vigilancia del cáncer de esófago

Un nuevo estudio aboga por mejorar la eficacia de las prácticas de cribado y vigilancia para la detección precoz del cáncer de esófago de Barrett.

24/07/2023

Un nuevo estudio publicado en ´Gastroenterology´ aboga por mejorar la eficacia de las prácticas de cribado y vigilancia para la detección precoz del cáncer de esófago de Barrett (EB). El esófago de Barrett es la única lesión precursora identificable del adenocarcinoma esofágico (ACE), un cáncer letal cuya incidencia y mortalidad han ...

Un nuevo estudio publicado en ´Gastroenterology´ aboga por mejorar la eficacia de las prácticas de cribado y vigilancia para la detección precoz del cáncer de esófago de Barrett (EB).

El esófago de Barrett es la única lesión precursora identificable del adenocarcinoma esofágico (ACE), un cáncer letal cuya incidencia y mortalidad han aumentado en las últimas décadas.

La investigación, dirigida por profesores del Centro Oncológico de la Universidad de Colorado en Estados Unidos (UC), analizó una amplia base de datos internacional de más de 20.000 pacientes con diagnóstico reciente de EB en los países nórdicos para obtener una visión más precisa de cuántos pacientes se someten a endoscopias normales y, aún así, se les diagnostica adenocarcinoma esofágico, en un plazo breve.

"Descubrimos que una alta proporción de cánceres de esófago se detectaba en pacientes después de recibir una endoscopia normal y antes de la siguiente endoscopia recomendada", ha señalado el primer autor, y profesor de medicina, Sachin Wani.

Los investigadores realizaron un estudio de cohortes basado en la población e incluyeron a todos los pacientes diagnosticados de EB en tres países nórdicos: Dinamarca, Finlandia y Suecia entre 2006 y 2020.

El resultado mostró que el 25-46% de los ACE se clasificaron como adenocarcinoma esofágico postendoscopia (PEEC). El PEEC describe el cáncer de esófago identificado en el plazo de un año tras una endoscopia digestiva alta no diagnóstica.

"Estos cánceres no detectados pueden afectar a las tasas de supervivencia, ya que la detección precoz del cáncer es fundamental para un tratamiento eficaz", afirma Wani.

Sin embargo, Wani y su equipo afirman que comprender estos "cánceres perdidos" también puede aportar información que ayude a desarrollar mejores intervenciones.

"En el pasado, la investigación se centraba sobre todo en estudios observacionales plagados de muestras de pequeño tamaño o sesgos de selección. Esto significa que no teníamos una imagen real de cómo las prácticas actuales de cribado no están funcionando para casi una cuarta parte de los pacientes con ACE. Con esta nueva investigación, aportamos más datos, lo que supone una oportunidad para mejorar la eficacia de las prácticas de cribado y vigilancia", ha explicado el investigador.

Aunque todavía no están claras las razones por las que estas estrategias de cribado y vigilancia no son eficaces para casi una cuarta parte de los pacientes, los autores sugieren algunas formas de mejorar los cribados.

"Sugerimos a los proveedores que utilicen equipos de endoscopia de la máxima calidad, dediquen el tiempo adecuado a inspeccionar el segmento de Barrett y se aseguren de contar con los protocolos de muestreo más rigurosos", ha afirmado Wani.

Los investigadores también dicen que la investigación futura necesita investigar el papel de otras técnicas de diagnóstico utilizando paneles de biomarcadores para predecir ACE prevalente e incidente relacionado con BE.

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