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Evitar la osteosarcopenia es una prioridad en la cirrosis hepática

Un estudio demuestra su asociación con una prognosis desfavorable y menor supervivencia, estableciendo la importancia de su detección temprana.

07/07/2023

Investigadores japoneses han descubierto que la osteosarcopenia, pero no la osteoporosis o la sarcopenia, es un factor pronóstico independiente asociado a peor supervivencia en pacientes con cirrosis. En el examen retrospectivo de 126 pacientes la supervivencia a los 3 y 5 años fue un 20% inferior, en comparación con los ...

Investigadores japoneses han descubierto que la osteosarcopenia, pero no la osteoporosis o la sarcopenia, es un factor pronóstico independiente asociado a peor supervivencia en pacientes con cirrosis. En el examen retrospectivo de 126 pacientes la supervivencia a los 3 y 5 años fue un 20% inferior, en comparación con los pacientes sin osteosarcopenia. La presencia de esta comorbilidad fue especialmente desfavorable en el subgrupo de pacientes con índice Child–Pugh B o C.

Así lo afirma Akihito Tsubota, científico de la Universidad Jikai y co-director del estudio, quien prosigue señalando la elevada incidencia de la osteosarcopenia en pacientes con enfermedades hepáticas crónicas, alcanzando valores de hasta el 16%. En opinión del investigador, la evaluación conjunta de patologías óseas y musculares es esencial en la prognosis de la cirrosis hepática. Así parecen justificarlo estudios previos en los que la sarcopenia mostró asociación con el incremento de complicaciones relacionadas con la cirrosis, tales como la encefalopatía hepática, las infecciones y la generación de líquido ascítico. Aunque no existen estudios que vinculen la osteoporosis con la mortalidad en la cirrosis, los pacientes con esta última patología presentan mayor riesgo de complicaciones tras una fractura, asegura Tsubota. Los actuales resultados son consistentes con otros previos, según los cuales la sarcopenia o la osteoporosis tienen un impacto mucho menor que la osteosarcopenia sobre la mortalidad. Tsubota subraya que la mala absorción de los nutrientes y la alteración de su metabolismo en los pacientes con cirrosis resultan frecuentemente en malnutrición, con el consiguiente incremento de los procesos degradativos, tanto en el hueso como en el músculo esquelético. Por ello, es necesario una intervención dietaria temprana, con el objetivo de evitar la aparición de los factores de riesgo y de mejorar la prognosis.

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