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Las bacterias patógenas emplean un azúcar de la capa de mucosa intestinal para infectar el intestino

El azúcar ácido siálico, que forma parte de la capa protectora de la mucosa intestinal, alimenta las bacterias causantes de enfermedades en el intestino.

04/07/2023

Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Columbia Británica (UBC) y el Hospital Infantil de Columbia Británica, en Canadá, ha demostrado que el azúcar ácido siálico, que forma parte de la capa protectora de la mucosa intestinal, alimenta las bacterias causantes de enfermedades en el intestino. Los resultados, ...

Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Columbia Británica (UBC) y el Hospital Infantil de Columbia Británica, en Canadá, ha demostrado que el azúcar ácido siálico, que forma parte de la capa protectora de la mucosa intestinal, alimenta las bacterias causantes de enfermedades en el intestino.

Los resultados, publicados en la revista ´PNAS´, sugieren una posible diana terapéutica para las infecciones bacterianas intestinales y una serie de enfermedades crónicas relacionadas con las bacterias intestinales, como la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), la celiaquía, el síndrome del intestino irritable y el síndrome del intestino corto.

"Las bacterias necesitan encontrar un lugar en nuestros intestinos para afianzarse, establecerse y expandirse, y luego tienen que superar todas las diferentes defensas que normalmente protegen nuestro intestino --afirma el doctor Bruce Vallance, profesor del departamento de pediatría de la UBC e investigador del Hospital Infantil de Columbia Británica--. En el futuro, podremos potencialmente dirigirnos a este azúcar, o a cómo lo perciben los patógenos, para prevenir enfermedades clínicamente importantes".

Las enfermedades inflamatorias como la EII están aumentando en los niños y, debido a la inmadurez de su sistema inmunitario, son más susceptibles a las infecciones bacterianas intestinales.

El doctor Vallance y su equipo, entre los que se encuentran Qiaochu Liang, autor principal y estudiante de posgrado de la UBC, y el Dr. Hongbing Yu, investigador asociado de la UBC, trataban de entender qué permite a estos patógenos bacterianos sobrevivir y expandirse dentro de nuestros intestinos.

Para el estudio, los investigadores examinaron ´Citrobacter rodentium´, un patógeno bacteriano intestinal de ratones que se utiliza como modelo de infecciones con ´E. coli´ humana. Descubrieron que la bacteria tiene genes implicados en el consumo de ácido siálico, y cuando se eliminan estos genes, el crecimiento de la bacteria se ve afectado.

Otras investigaciones revelaron que, al consumir los azúcares, las bacterias producían dos proteínas de virulencia especiales que las ayudaban a atravesar la capa de mucosa del colon y adherirse a las células epiteliales subyacentes. Los hallazgos revelan cómo las bacterias pueden cambiar con el tiempo y, de hecho, empeorar la enfermedad.

"Cuando se empieza con EII, los microbios cambian, empiezan a abrirse camino en las células que recubren el intestino, provocando más inflamación, y ésa puede ser una de las razones por las que la EII se cronifica --explica Vallance--. Nutrientes específicos como el ácido siálico u otros azúcares podrían ser talones de Aquiles para ellos en términos de cosas a las que podrías dirigirte para eliminar las bacterias peligrosas del intestino".

El equipo está examinando ahora el papel que pueden desempeñar otros azúcares del intestino en la alimentación de las bacterias patógenas. También están buscando bacterias buenas residentes (probióticos) que podrían superar a las bacterias peligrosas, robándoles los azúcares.

También tienen previsto explorar las posibles interacciones entre las bacterias residentes y las patógenas. Las bacterias patógenas no pueden acceder a los azúcares por sí solas, por lo que algunas de las bacterias residentes normalmente inofensivas deben actuar como cómplices.

"Básicamente, estos cómplices cortan el azúcar de la mucosidad y luego, o bien se lo entregan a las bacterias peligrosas, o bien las bacterias peligrosas han ideado una forma de robárselo", explica.

Una mejor comprensión de estas interacciones podría proporcionar nuevas formas de bloquear las bacterias patógenas, algo que, según el doctor Vallance, se necesita con urgencia.

"En el pasado, nuestros antepasados se veían constantemente asaltados por bacterias peligrosas --recuerda--. Con la aparición de cada vez más resistencia a los antibióticos en las bacterias, estas infecciones bacterianas van a volver a ser un problema creciente. Sin nuevos antibióticos, tenemos que idear formas novedosas de combatir estas bacterias, como matarlas de hambre", explica.

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