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Los organoides de células humanas reparan el cerebro tras el ictus

El trasplante en el margen de la zona infartada restablece la estructura del tejido y elimina las deficiencias sensoriales y motoras en un modelo animal.

23/06/2023

Investigadores de la Universidad Médica de Nanjing han utilizado células madre pluripotentes humanas para generar organoides cerebrales capaces de neutralizar los efectos deletéreos del ictus en un modelo murino. Implantados a los 7 días, los organoides restablecieron diversos parámetros motores a los 6 meses, reduciendo tanto las deficiencias espontáneas como ...

Investigadores de la Universidad Médica de Nanjing han utilizado células madre pluripotentes humanas para generar organoides cerebrales capaces de neutralizar los efectos deletéreos del ictus en un modelo murino. Implantados a los 7 días, los organoides restablecieron diversos parámetros motores a los 6 meses, reduciendo tanto las deficiencias espontáneas como el índice de asimetría en el movimiento de las patas. En los animales tratados éstas mostraron mayor sensibilidad táctil, como se demostró en un test que determina el tiempo de latencia en el reconocimiento de una superficie adhesiva.

Dong-Ya Zhu, co-director del estudio, afirma que los organoides se integran sin dificultad en los circuitos neuronales, generando axones que se extienden no sólo desde el córtex a zonas distantes del cerebro, como el cuerpo calloso, el estriado y el hipocampo, sino también hasta el tronco cerebral. Esta última observación, prosigue Zhu, es clave para explicar el éxito de la intervención, ya que indica el establecimiento de una conexión entre los axones del organoide y el tracto corticoespinal. El estudio también ha explorado de forma exhaustiva la evolución de los organoides tras el trasplante, hallando que éstos recapitulan los rasgos propios del córtex cerebral. Notablemente, en comparación con los organoides mantenidos en cultivo, los trasplantados expresaron mayores niveles de marcadores propios de los progenitores neurales. Zhu subraya la relevancia de los hallazgos señalando que, a diferencia de la terapia celular basada en progenitores dispersados, los organoides perduran en la localización seleccionada, posibilitando con ello la reparación del tejido. Este nuevo enfoque ofrece un enorme potencial frente a la discapacidad causada por el infarto cerebral, concluyen los investigadores.

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