La prestación farmacéutica en el ámbito sociosanitario plantea una serie de mejoras para una población cada vez más envejecida y polimedicada. En concreto, cuatro comunidades autónomas (CCAA) como son País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia pusieron este martes sobre la mesa sus experiencias e iniciativas legislativas para encaminarse hacia un modelo más ágil y en el que el farmacéutico tenga un mayor protagonismo. En definitiva, como apuntaron los representantes de los cuatro gobiernos autonómicos, con el objetivo de hacer más eficiente el Sistema Nacional de Salud (SNS).

"Uno de los recursos más demandados por estas personas en residencias lo constituyen los medicamentos", expuso Nerea Urien Azpitarte, viceconsejera de Administración y Financiación Sanitarias del Gobierno vasco en el inicio de la jornada `Modelos de gestión de prestación farmacéutica en el ámbito sociosanitario´, celebrada en el Bilbao Exhibition Centre (BEC) y organizada por Otsuka Pharmaceutical. No obstante, observó que se presenta un "elevado nivel de polimedicación", lo que plantea "un abordaje diferente" al que se ha dado hasta ahora.

Desde el gobierno vasco se puso en marcha en abril del año pasado el nuevo centro de prestación farmacéutica Farmabide que, de hecho, el Lehendakari Íñigo Urkullu no dudó en calificar como "un antes y un después". Al respecto, Urien señaló que busca "mejorar la calidad de vida" de las más de 20.000 personas mayores que están en las más de 320 residencias que existen en Euskadi.

El director de Farmacia del Gobierno vasco, Jon Iñaki Betolaza San Miguel, detalló que este proyecto se basa en tres ejes: supone un cambio en el paradigma del modelo sociosanitario; busca una mejora en la calidad y seguridad de la prestación farmacéutica y, además, repercute en una mayor eficiencia y sostenibilidad del sistema sanitario.

De entre las medidas a destacar de Farmabide, centro en el cual trabajan actualmente siete personas, está la integración de todos los profesionales farmacéuticos que participen en este programa para que tengan acceso a la historia clínica (HC) de los pacientes en residencias, lo que para Betolaza demuestra que se pueden hacer las cosas de otra manera, para aspirar a un trabajo "en conjunto" y que, desde su punto de vista, va "mucho más allá de la eficiencia". Según los datos que ofreció, desde el 6 de abril de 2022 y hasta junio de este año hay alrededor de 25 residencias implantadas, con un total de 1.400 personas mayores.

En este sentido, el modelo vasco tiene como principal eje normativo el decreto 29/2019, que regula los Servicios de Farmacia y los Depósitos de Medicamentos en Residencias y que, explicó Urien, permite una atención farmacéutica "integral" para las residencias, al mismo tiempo que promueve una mejora para las oficinas de farmacia vascas. Hay que tener en cuenta que las residencias para personas mayores de esta comunidad tienen acceso a la HC y a la receta electrónica del sistema de salud vasco, Osakidetza.

Cantabria

En el caso de Cantabria, existe un modelo mixto de suministro de medicamentos repartido entre oficinas y servicios de farmacia, si bien el Real Decreto 16/2012 habilitaba un marco para unificarlos, aunque para nada han llegado a homogeneizarse en todo el territorio del país, recordó Raquel Olalla Herbosa, Directora General de Ordenación, Farmacia e Inspección del Gobierno de Cantabria, región en la que aún "está pendiente de abordar" esta cuestión. De hecho, señaló que "falta desarrollo normativo" para regularizar la gestión farmacéutica sociosanitaria en base a lo que dicta la normativa estatal.

Esta situación se traduce en que existen centros sociales y residenciales con servicios de depósito de medicamentos individuales, con cada centro acordando un suministro de medicamentos dispensados a través de las oficinas de farmacia, a diferencia del centralizado que ya se aplica en el modelo vasco.

En este sentido, Olalla puso el acento sobre la necesidad de "encuadrar en el marco regulatorio actual los distintos modelos", para lo que hay que diseñar un "plan acorde a la normativa". Ejemplos hay, en referencia a Farmabide, extrapolando la situación para "aprovechar al máximo las ventajas que tiene cada uno", con "economías de escala que permitan ser más eficientes en los tratamientos" de los que se beneficiarían potencialmente unas 6.674 personas mayores residentes en los 72 centros sociales residenciales de Cantabria.

Asturias

En Asturias hay 6.327 plazas en total, entre centros de gestión autonómica y concertados. En este sentido, desde el Gobierno asturiano se actuó desde 2018 para poner especial énfasis a un modelo centrado en abordar la situación de los pacientes con enfermedades crónicas (producto del envejecimiento poblacional), en colaboración con todas las sociedades de Atención Primaria (AP). Sobre este como base, se han ido elaborando planes sociosanitarios bienales (2019-2021 y 2021-2023).

En este, además, se establecen una serie de actuaciones para Farmacia de Atención Primaria (FAP), del que Montserrat Bango Amat, Directora General de Política y Planificación Sanitarias del Principado de Asturias destacó el proyecto piloto de revisión de polimedicados crónicos complejos, cuyo objetivo es aportar mayor eficiencia y sostenibilidad al SNS. En colaboración con el Colegio Oficial de Farmacéuticos (COF) de Asturias, esta iniciativa ha tenido, aseguró, una "gran acogida de los profesionales" tanto de farmacia como de AP.

Desde que se prescribe en el centro de salud y hasta que se dispensa en oficina farmacéutica, se revisa el circuito de acceso y dispensación de medicamentos para este tipo de pacientes diagnosticados con alguna de las cinco patologías de mayor prevalencia en la población asturiana: hipertensión, depresión, artrosis, diabetes y osteoporosis. Además, deben ser un perfil de riesgo muy alto y que toman de media unos diez medicamentos.

Una vez establecido, FAP recibe esa información y, mediante un acuerdo cerrado con la aplicación Check the Meds® para comprobar la medicación de paciente, revisarla, realizar informes de optimización y coordinar las intervenciones en base a la HC.

Además, añadió que en caso de que haya algún error en la dispensación o en unas dosis no ajustadas, el propio farmacéutico puede bloquear cautelarmente la medicación del paciente hasta que se compruebe. Todo con el objetivo de evitar en la medida de lo posible "iatrogenias o multiplicidades" para aspirar a un "mejor servicio con la mayor eficacia y eficiencia".

Galicia

Por parte del Servizo Galego de Saúde (SERGAS) se hace hincapié, expuso Silvia Reboredo García, Subdirectora Xeral de Farmacia de la Consejería de Sanidad de la Xunta de Galicia, "en mejorar la coordinación en un ámbito social y sanitario". Destacó la importancia de ofrecer una buena prestación farmacéutica no solo para las personas mayores en residencias sino también las que están en sus domicilios.

Al respecto, el marco normativo avalado por la Ley de Ordenación Farmacéutica de Galicia 3/2019 plantea la necesidad de establecer servicios de farmacia hospitalarios en centros sociosanitarios con más de cien camas en régimen asistido o en depósito y en su defecto un convenio de colaboración.

El perfil del farmacéutico es clave, ya que integrado en los equipos de los centros sociosanitarios se ocupa de garantizar un seguimiento terapéutico individualizado en base a lo recogido en la guía farmacoterapéutica y de práctica clínica de centros sociosanitarios. Un modelo que calificó de "colaborativo" en el que se implican farmacéuticos "de todos los ámbitos" (comunitaria, de Primaria y hospitalaria) que permite optimizar el tratamiento farmacológico.

Así, este plan permite beneficiar a los alrededor de 113 centros sociosanitarios presentes en la comunidad gallega, que engloban un total de 12.514 plazas.