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El efecto de la exposición al plomo, cadmio y arsénico sobre la salud cardiovascular

La exposición crónica a niveles bajos de plomo, cadmio y arsénico a través de artículos domésticos de uso común, el aire, el agua, el suelo y los alimentos está asociado a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

14/06/2023

La exposición crónica a niveles bajos de plomo, cadmio y arsénico a través de artículos domésticos de uso común, el aire, el agua, el suelo y los alimentos está asociado a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, según una nueva declaración científica de la Asociación Americana del Corazón publicada en ...

La exposición crónica a niveles bajos de plomo, cadmio y arsénico a través de artículos domésticos de uso común, el aire, el agua, el suelo y los alimentos está asociado a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, según una nueva declaración científica de la Asociación Americana del Corazón publicada en su revista científica.

"Estos metales interfieren en las funciones biológicas esenciales y afectan a la mayoría de las poblaciones a escala mundial. Tras la exposición, el plomo y el cadmio se acumulan en el organismo y permanecen en huesos y órganos durante décadas", ha afirmado la vicepresidenta del grupo de redacción de la declaración, la doctora Ana Navas-Acién, catedrática de Ciencias de la Salud Medioambiental de la Facultad de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia (Estados Unidos).

Esta declaración científica revisa las pruebas que relacionan la exposición crónica a niveles bajos o moderados de estos tres metales contaminantes con enfermedades cardiovasculares como la arteriopatía coronaria, el ictus y la arteriopatía periférica.

"Grandes estudios de población indican que incluso la exposición de bajo nivel a metales contaminantes es casi universal y contribuye a la carga de enfermedades cardiovasculares, especialmente infartos de miocardio, ictus, enfermedades de las arterias de las piernas y muerte prematura por causas cardiacas", ha explicado Gervasio A. Lamas, presidente del grupo de redacción de la declaración y catedrático de medicina y jefe de la División de Cardiología de la Universidad de Columbia en el Centro Médico Mount Sinai de Miami Beach, Florida (Estados Unidos).

La exposición a metales contaminantes suele producirse de forma involuntaria, a través de las actividades de la vida diaria. El plomo puede encontrarse en diversos elementos, como la pintura de las casas antiguas, los productos del tabaco, el humo ajeno, los alimentos contaminados (las aguas subterráneas y algunas cerámicas y utensilios de cocina son fuentes de contaminación por plomo en los alimentos), las tuberías de agua, las especias, los cosméticos, los aparatos electrónicos y las emisiones industriales.

Fumar cigarrillos es una fuente tanto de plomo como de cadmio. Este metal también se encuentra en las baterías de níquel-cadmio, los pigmentos, el plástico, la cerámica y la cristalería, y los productos de construcción. Los fertilizantes producidos industrialmente utilizan roca fosfórica que es naturalmente rica en cadmio, que luego contamina las hortalizas de raíz y las plantas de hoja verde (incluido el tabaco).

La exposición al arsénico se produce principalmente a través de las aguas subterráneas, lo que afecta al agua potable, al suelo y a los alimentos cultivados en suelos contaminados. En particular, el arsénico se acumula en el arroz más que en otros cultivos alimentarios.

Aunque la exposición y el riesgo se dan en diversas poblaciones, independientemente del nivel socioeconómico, algunas personas experimentan una mayor exposición a los metales tóxicos, según la declaración.

Así, el riesgo de exposición es mayor para las personas que viven más cerca de grandes carreteras, fuentes industriales y vertederos de residuos peligrosos; residen en casas antiguas; o en zonas donde la normativa medioambiental se aplica mal y las respuestas a las quejas de la comunidad son inadecuadas.

"Se trata de un problema mundial en el que las comunidades con rentas más bajas están desproporcionadamente expuestas a metales tóxicos a través del aire, el agua y el suelo contaminados. Abordar la exposición a los metales en estas poblaciones puede proporcionar una estrategia para reducir las disparidades de las enfermedades cardiovasculares y avanzar en la justicia ambiental", ha asegurado Navas-Acien.

¿Cuáles son los riesgos cardiovasculares de estos metales?

La declaración científica resume la investigación epidemiológica mundial que confirma que el plomo, el cadmio y el arsénico están asociados con la muerte prematura, debido en gran parte a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

En concreto, esta investigación incluye un estudio de población general realizado en España que descubrió que el cadmio en la orina se asociaba a mayores tasas de enfermedades cardiovasculares recién diagnosticadas.

Igualmente, una declaración científica de 2021 de la Asociación Americana del Corazón reconoció la exposición a metales tóxicos como un factor de riesgo no convencional de enfermedad arterial periférica.

También se ha incluido una revisión de 2018 publicada en la revista científica ´British Medical Journal´ que evaluó 37 estudios que representaban a casi 350.000 personas de más de una docena de países. Los niveles más altos de arsénico en la orina y los niveles de plomo y cadmio en la sangre se asociaron con un 15-85 por ciento más de riesgo de accidente cerebrovascular y enfermedad cardíaca.

Además, un estudio realizado en China descubrió que los niveles más elevados de plomo en la sangre estaban asociados a la placa carotídea en personas con diabetes de tipo 2. Otro estudio reveló que el cadmio y el arsénico se asociaban a una mayor tasa de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares isquémicos.

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