Un estudio a gran escala dirigido por investigadores de la Universidad de Columbia y Brigham and Women´s Hospital/Universidad de Harvard, en Estados Unidos, es el primero en establecer que una dieta baja en flavanoles-nutrientes que se encuentran en ciertas frutas y verduras-impulsa la pérdida de memoria relacionada con la edad. El ...
Un estudio a gran escala dirigido por investigadores de la Universidad de Columbia y Brigham and Women´s Hospital/Universidad de Harvard, en Estados Unidos, es el primero en establecer que una dieta baja en flavanoles-nutrientes que se encuentran en ciertas frutas y verduras-impulsa la pérdida de memoria relacionada con la edad.
El estudio, publicado en la revista ´Proceedings of the National Academy of Sciences´, ha descubierto que la ingesta de flavanoles entre los adultos mayores se relaciona con las puntuaciones en pruebas diseñadas para detectar la pérdida de memoria debida al envejecimiento normal y que la reposición de estos componentes bioactivos de la dieta en adultos mayores de 60 años con una leve deficiencia de flavanoles mejora el rendimiento en estas pruebas.
"La mejora entre los participantes en el estudio con dietas bajas en flavanoles fue sustancial y plantea la posibilidad de utilizar dietas o suplementos ricos en flavanoles para mejorar la función cognitiva en los adultos mayores", afirma Adam Brickman, profesor de neuropsicología del Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de la Universidad de Columbia y codirector del estudio.
"El hallazgo también respalda la idea emergente de que el cerebro que envejece necesita nutrientes específicos para gozar de una salud óptima, del mismo modo que el cerebro en desarrollo necesita nutrientes específicos para desarrollarse adecuadamente", añade.
El autor principal del estudio, el doctor Scott Small, Catedrático de Neurología Boris y Rose Katz del Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de la Universidad de Columbia, explica que "la identificación de los nutrientes críticos para el correcto desarrollo del sistema nervioso de un bebé fue un gran logro de la ciencia de la nutrición del siglo XX".
"En este siglo, a medida que vivimos más años, la investigación empieza a revelar que se necesitan distintos nutrientes para fortalecer nuestras mentes envejecidas --prosigue--. Nuestro estudio, que se basa en biomarcadores del consumo de flavanoles, puede servir de modelo a otros investigadores para identificar otros nutrientes necesarios".
El estudio se basa en más de 15 años de investigación en el laboratorio de Small que relacionan la pérdida de memoria relacionada con la edad con cambios en el giro dentado, una zona específica dentro del hipocampo del cerebro, una región vital para el aprendizaje de nuevos recuerdos, y demuestra que los flavanoles mejoran la función en esta región del cerebro.
Otras investigaciones, realizadas en ratones, descubrieron que los flavanoles, en particular una sustancia bioactiva de los flavanoles llamada epicatequina, mejoraban la memoria al potenciar el crecimiento de neuronas y vasos sanguíneos en el hipocampo.
A continuación, el equipo de Small probó suplementos de flavanoles en personas. Un pequeño estudio confirmó que el giro dentado está relacionado con el envejecimiento cognitivo. Un segundo ensayo, de mayor envergadura, demostró que los flavanoles mejoraban la memoria actuando selectivamente en esta región cerebral y tenían mayor impacto en quienes empezaban con una dieta de mala calidad.
En el nuevo estudio, el equipo de Columbia colaboró con investigadores del Brigham and Women´s Hospital que estudiaban los efectos de los flavanoles y los multivitamínicos en el COSMOS (Estudio de Resultados de los Suplementos de COcoa y Multivitamínicos).
El estudio actual, COSMOS-Web, se diseñó para comprobar el impacto de los flavanoles en un grupo mucho mayor y explorar si la deficiencia de flavanoles impulsa el envejecimiento cognitivo en esta zona del cerebro.
Se asignó aleatoriamente a más de 3.500 adultos mayores sanos a recibir un suplemento diario de flavanoles (en forma de píldora) o un placebo durante tres años. El suplemento activo contenía 500 mg de flavanoles, incluidos 80 mg de epicatequinas, una cantidad que se aconseja que los adultos obtengan de los alimentos.
Al inicio del estudio, todos los participantes completaron una encuesta en la que se evaluaba la calidad de su dieta, incluidos los alimentos conocidos por su alto contenido en flavanoles. A continuación, los participantes realizaron en sus casas una serie de actividades para evaluar los tipos de memoria a corto plazo gobernados por el hipocampo que se repitieron al cabo de uno, dos y tres años.
Más de un tercio de los participantes también proporcionaron muestras de orina que permitieron a los investigadores medir un biomarcador de los niveles de flavanoles en la dieta, desarrollado por los coautores del estudio en la Universidad de Reading (Reino Unido), antes y durante el estudio.
El biomarcador proporcionó a los investigadores una forma más precisa de determinar si los niveles de flavanol se correspondían con el rendimiento en las pruebas cognitivas y garantizar que los participantes seguían el régimen asignado (el cumplimiento fue alto durante todo el estudio). Los niveles de flavanol variaron moderadamente, aunque ningún participante presentaba un déficit grave de flavanol.
Las puntuaciones de memoria sólo mejoraron ligeramente en todo el grupo que tomó el suplemento diario de flavanoles, la mayoría de los cuales ya seguía una dieta sana con abundantes flavanoles.
Pero al final del primer año de tomar el suplemento de flavanoles, los participantes que declararon consumir una dieta más pobre y tenían niveles basales más bajos de flavanoles vieron aumentar sus puntuaciones de memoria en una media del 10,5% en comparación con el placebo y del 16% en comparación con su memoria al inicio del estudio. Las pruebas cognitivas anuales mostraron que la mejora observada al año se mantuvo durante al menos dos años más.
Según los investigadores, los resultados sugieren que la deficiencia de flavanoles es un factor determinante de la pérdida de memoria relacionada con la edad, ya que el consumo de flavanoles se correlacionó con las puntuaciones de memoria y los suplementos de flavanoles mejoraron la memoria de los adultos con deficiencia de flavanoles.
Los resultados del nuevo estudio concuerdan con los de otro reciente, según el cual los suplementos de flavanol no mejoraron la memoria en un grupo de personas con distintos niveles de flavanol. El estudio anterior no analizó los efectos de los suplementos de flavanol en personas con niveles bajos y altos de flavanol por separado.
"Lo que ambos estudios demuestran es que los flavanoles no tienen ningún efecto en las personas que no tienen una deficiencia de flavanoles", destaca Small.
También es posible que las pruebas de memoria utilizadas en el estudio anterior no evaluaran los procesos de memoria en la zona del hipocampo afectada por los flavanoles. En el nuevo estudio, los flavanoles sólo mejoraron los procesos de memoria gobernados por el hipocampo y no mejoraron la memoria mediada por otras áreas del cerebro.
"Todavía no podemos concluir definitivamente que una ingesta baja de flavanoles en la dieta provoque por sí sola un rendimiento deficiente de la memoria, porque no hemos llevado a cabo el experimento contrario: agotar los flavanoles en personas que no son deficientes", reconoce Small, quien añade que un experimento de este tipo podría considerarse poco ético.
El siguiente paso necesario para confirmar el efecto de los flavanoles en el cerebro, dice Small, es un ensayo clínico para restablecer los niveles de flavanoles en adultos con deficiencia grave de flavanoles.
"Se cree que el deterioro de la memoria relacionado con la edad se produce tarde o temprano en casi todo el mundo, aunque existe una gran variabilidad --subraya--. Si parte de esta variabilidad se debe en parte a diferencias en el consumo dietético de flavanoles, entonces veríamos una mejora aún más espectacular de la memoria en las personas que reponen los flavanoles dietéticos cuando tienen entre 40 y 50 años".