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El trasplante de microbiota se perfila como opción terapéutica en la infección recurrente por C. difficile

La revisión sistemática de múltiples ensayos clínicos demuestra la eficacia de este enfoque en pacientes inmunocompetentes.

05/05/2023

Investigadores de diversos centros estadounidenses han examinado los resultados de 6 ensayos aleatorizados en 320 pacientes con infecciones recurrentes por Clostridioides (C.) difficile, hallando que el trasplante de microbiota fecal (TMF) conduce a la resolución de la infección con una probabilidad un 92% mayor que la del grupo control. Del ...

Investigadores de diversos centros estadounidenses han examinado los resultados de 6 ensayos aleatorizados en 320 pacientes con infecciones recurrentes por Clostridioides (C.) difficile, hallando que el trasplante de microbiota fecal (TMF) conduce a la resolución de la infección con una probabilidad un 92% mayor que la del grupo control. Del análisis se desprende que el trasplante podría también asociarse a menor incidencia de efectos adversos serios y de mortalidad por cualquier causa, aspectos que no pudieron ser confirmados estadísticamente.

Maribeth Nicholson, científica de la Universidad de Vanderbilt y directora del estudio, afirma que la recurrencia de las infecciones por C. difficile es atribuible a la disbiosis intestinal, o desequilibrio en la abundancia de especies bacterianas. Por tanto, el restablecimiento de este balance mediante el TMF puede reducir el riesgo. Todos los ensayos examinados han sido llevados a cabo en países occidentales, siendo los pacientes del grupo control tratados predominantemente con vancomicina. Debido al bajo número de pacientes inmunosuprimidos incluidos en esos estudios, los autores señalan que las conclusiones de la actual revisión están circunscritas a los individuos inmunocompetentes. Nicholson subraya que sigue desconociéndose el impacto del TMF, tanto en pacientes pediátricos como en adultos que ingresan en cuidados intensivos con colitis severa. La investigadora enfatiza la necesidad de nuevos estudios dirigidos a examinar la seguridad a largo plazo de esta terapia, así como la identificación de cepas bacterianas específicas con capacidad de revertir la disbiosis. Esto último haría innecesaria la selección de donantes y reduciría el riesgo de exposición a microorganismos potencialmente dañinos.

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