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Hallan un vínculo entre una molécula quemagrasa y uno de los cánceres cerebrales más común en niños

El meduloblastoma SHH es la forma más común en pacientes menores de 3 años y representa alrededor del 30% de todos los meduloblastomas.

24/03/2023

El meduloblastoma es el tumor cerebral maligno más común en los niños y representa aproximadamente el 20 % de todos los cánceres cerebrales pediátricos. Se han identificado, hasta ahora, cuatro grupos de meduloblastomas, y uno se denomina erizo sónico (SHH) debido a la apariencia puntiaguda similar a un erizo de ...

El meduloblastoma es el tumor cerebral maligno más común en los niños y representa aproximadamente el 20 % de todos los cánceres cerebrales pediátricos. Se han identificado, hasta ahora, cuatro grupos de meduloblastomas, y uno se denomina erizo sónico (SHH) debido a la apariencia puntiaguda similar a un erizo de las moscas de la fruta a las que les falta el gen. La capacidad de distinguir mejor entre los subtipos de meduloblastomas tiene implicaciones importantes para desarrollar tratamientos y mejorar la supervivencia.

El meduloblastoma SHH es la forma más común en pacientes menores de 3 años y representa alrededor del 30% de todos los meduloblastomas.

En este contexto, expertos del Johns Hopkins Kimmel Cancer Center (EEUU) han detectado un tipo de ARN, anteriormente considerado "basura", que puede ayudar a los clínicos a distinguir y tratar a un subgrupo de pacientes con meduloblastoma. "Se trata de una nueva molécula que es específica para el grupo erizo sónico de los meduloblastomas. Creemos que esta molécula es importante para la detección temprana y se podría utilizar como diana terapéutica", explicó el autor principal del estudio, prof. Ranjan Perera, director del Centro de Biología del ARN y científico senior del Instituto de Cáncer y Trastornos Sanguíneos del Johns Hopkins All Children´s Hospital.

Los investigadores comenzaron fusionando un grupo de datos genéticos disponibles públicamente para 175 muestras de tejido de meduloblastoma de cada uno de los cuatro grupos de clasificación. Estos incluían el grupo 3, el más agresivo; el grupo 4, el más común; y Wnt y SHH, llamados así por las vías de señalización genética que se cree que desempeñan un papel destacado en el desarrollo y la progresión del cáncer.

"Estábamos tratando de identificar los circRNA expresados ​​de manera más significativa en estos cuatro grupos. Identificamos un par de circRNA que están muy enriquecidos en sonic hedgehog y decidimos buscarlos", comenta el prof. Perera, quien también es profesor asociado de oncología y neurocirugía en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.

De este grupo, encontraron que solo circ_63706 mostró una expresión mucho más alta en el subgrupo SHH en comparación con los otros tres grupos, por lo que los investigadores seleccionaron circ_63706 para una investigación adicional.

A continuación, trasplantaron los cerebros de ratones con células de meduloblastoma que estaban programadas para no llevar a cabo las instrucciones de circ_63706 y células de control para ver cómo afectaba el crecimiento del tumor. Los ratones sin circ_63706 funcionales tenían tumores significativamente más pequeños que los trasplantados con células de control.

Se descubrió que los ratones sin células tumorales circ_63706 funcionales tenían una proliferación celular reducida y una supervivencia significativamente prolongada en comparación con el grupo de control, lo que demuestra que circ_63706 regula el crecimiento tumoral y puede funcionar como un tipo de gen que tiene el potencial de causar cáncer.

Al explorar los mecanismos que utiliza circ_63706 para promover el crecimiento de las células cancerosas, Perera y su equipo descubrieron un vínculo con el metabolismo de los lípidos (quemagrasa), que ya se sabe que es un factor clave en la proliferación y el crecimiento de las células tumorales. Hallaron que cuando se apaga circ_63706, aumenta el metabolismo de las grasas y esta acción, conocida como oxidación de lípidos, es tóxica para el cáncer y, en última instancia, conduce a la muerte celular.

Los investigadores consideran que estos hallazgos, publicados en la revista ´Acta Neuropathologica Communications´, apuntan a un potencial para una terapia dirigida, utilizando un fármaco o fármacos para bloquear circ_63706 y hacer que las células tumorales mueran.

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