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Firma genética heredada común en múltiples trastornos por consumo de sustancias

Un nuevo estudio sugiere que una firma genética común puede aumentar el riesgo de que una persona desarrolle trastornos por consumo de sustancias, independientemente de si la adicción es al alcohol, al tabaco, al cannabis o a los opiáceos.

23/03/2023

Un nuevo estudio, en el que han participado más de 150 investigadores de instituciones de todo el mundo, sugiere que una firma genética común puede aumentar el riesgo de que una persona desarrolle trastornos por consumo de sustancias, independientemente de si la adicción es al alcohol, al tabaco, al cannabis ...

Un nuevo estudio, en el que han participado más de 150 investigadores de instituciones de todo el mundo, sugiere que una firma genética común puede aumentar el riesgo de que una persona desarrolle trastornos por consumo de sustancias, independientemente de si la adicción es al alcohol, al tabaco, al cannabis o a los opiáceos.

La investigación, dirigida por la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington (Estados Unidos) y publicada en la revista ´Nature Mental Health´, podría conducir a terapias universales para tratar múltiples trastornos por consumo de sustancias y ayudar potencialmente a las personas diagnosticadas con más de uno.

Las conclusiones del estudio proceden de un análisis de datos genómicos de más de 1,1 millones de personas de ascendencia mayoritariamente europea y de una población más reducida de personas de ascendencia africana.

Los trastornos por consumo de sustancias han aumentado drásticamente en los últimos años, con un número creciente de muertes por sobredosis y un aumento de los costes sociales, emocionales y financieros para las familias y las comunidades. Los casos más graves suelen implicar el consumo de más de una sustancia, pero la mayoría de los medicamentos se dirigen al consumo de una sustancia específica, como el tabaco o los opioides, en lugar de tratar la adicción de forma general.

"Existe una enorme necesidad de tratamientos dirigidos a la adicción en general, dados los patrones de consumo de múltiples sustancias, el consumo de sustancias a lo largo de la vida y la gravedad observada en la clínica", afirma el autor principal, Alexander Hatoum, profesor adjunto de investigación de ciencias psicológicas y del cerebro en la Universidad de Washington.

"Nuestro estudio abre la puerta a la identificación de medicamentos que puedan aprovecharse para tratar la adicción en general, lo que puede ser especialmente útil para tratar las formas más graves, incluida la adicción a múltiples sustancias", añade.

"Este estudio representa un gran avance en la comprensión de cómo los factores genéticos predisponen a las personas a padecer trastornos por consumo de sustancias --afirma Agrawal--. Aunque sabemos desde hace tiempo que muchos factores genéticos son compartidos entre distintos trastornos por consumo de sustancias, nuestro estudio ha identificado algunos de los genes que contribuyen a ello, proporcionando vías para futuros descubrimientos biológicos y terapéuticos para individuos con adicciones múltiples".

La firma genética asociada a los trastornos por consumo de sustancias abarca variaciones en múltiples genes y está relacionada con la regulación de la señalización de la dopamina. La dopamina es una molécula de señalización clave en el sistema de recompensa del cerebro.

Los estudios han demostrado que la exposición repetida a sustancias adictivas puede hacer que la vía de la dopamina en el cerebro se adapte a los efectos de estas sustancias, requiriendo más cantidad de la sustancia para recibir la misma cantidad de recompensa.

Investigaciones anteriores han implicado la señalización de la dopamina en la adicción, pero la mayoría de estos estudios se han centrado en una sola sustancia. Además, la regulación de la dopamina y el desarrollo neuronal a partir de la firma genética recién descubierta puede ayudar a acotar las formas específicas de comunicación neuronal que se ven afectadas en los trastornos por consumo de sustancias.

"Cada vez que analizamos la adicción, pensamos que la dopamina está implicada --afirma Hatoum--. Pero aquí, podemos implicar mecanismos más específicos por los que el cerebro regula la respuesta a la dopamina a través de diferentes sustancias, y en última instancia, encontrar procesos que podrían revertir la regulación inadaptada que conduce a la adicción".

Como parte del estudio, los investigadores recopilaron una lista de fármacos aprobados y en fase de investigación con potencial para ser reutilizados en el tratamiento de trastornos por consumo de sustancias, ya que los medicamentos pueden dirigirse a los efectos de la firma genética recién descubierta asociada a la adicción. La lista incluye más de 100 fármacos para investigar en futuros ensayos clínicos, entre ellos los que pueden influir en la regulación de la señalización de la dopamina.

El riesgo de desarrollar trastornos por consumo de sustancias está influido por la compleja interacción de la genética y el entorno. Los investigadores buscaron variaciones en el genoma que estuvieran estrechamente asociadas con dichos trastornos en muchos individuos a través de muestras de gran tamaño, incluidas 1.025.550 personas de ascendencia europea y 92.630 personas de ascendencia africana.

Este tipo de estudio de asociación del genoma completo puede identificar variaciones genéticas clave asociadas a un mayor riesgo de padecer uno o varios trastornos.

Hatoum y su equipo descubrieron que la variación genética subyacente a la adicción incluye 19 diferencias de una sola letra en el código del ADN que se asociaban significativamente con el riesgo general de adicción, lo que podría informar el desarrollo de terapias universales para múltiples adicciones.

También incluye 47 variantes genéticas vinculadas a trastornos por sustancias específicas: nueve para el alcohol, 32 para el tabaco, cinco para el cannabis y una para los opioides. Esta información podría indicar nuevos tratamientos para la adicción a sustancias concretas, pero es probable que sean muchas más las diferencias genéticas que influyen en la predisposición genética de una persona a una o varias adicciones.

Por otra parte, el análisis genómico de los individuos de ascendencia africana sólo mostró una variación genética asociada al riesgo general de adicción y una variación específica para el riesgo de trastorno por consumo de alcohol.

El menor tamaño de la muestra puede ser una de las razones de los hallazgos más limitados en esta población. Hatoum hace hincapié en la necesidad de recopilar datos sobre trastornos por consumo de sustancias en poblaciones ancestrales aún mayores y más diversas para dilucidar si estas asociaciones son universales o varían según la ascendencia.

La firma genética asociada a un mayor riesgo de padecer múltiples trastornos por consumo de sustancias también se relacionó con una mayor probabilidad de desarrollar otros problemas de salud, como trastorno bipolar, comportamiento suicida, enfermedades respiratorias, cardiopatías y dolor crónico.

Para servir de grupo de control de la exposición a sustancias adictivas, se analizaron los datos genéticos de más de 4.500 niños de 9 y 10 años de ascendencia europea que participan en el estudio nacional Adolescent Brain Cognitive Development Study (Estudio sobre el desarrollo cognitivo del cerebro adolescente) y que presumiblemente aún no han consumido sustancias adictivas.

Los investigadores descubrieron que los niños con la firma genética de la adicción tenían más probabilidades de estar emparentados con alguien que padeciera un trastorno por consumo de sustancias. Los niños también eran más propensos a mostrar rasgos de personalidad impulsiva y patrones de sueño alterados, lo que pone de relieve el posible papel de estos genes en los comportamientos de los primeros años de vida, incluso antes de que se produzca el consumo de sustancias.

"En última instancia, este estudio podría cambiar nuestra conceptualización de los trastornos adictivos y abrir nuevas vías de investigación que permitan descubrir terapias más eficaces contra la adicción", afirma Hatoum.

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