Una elevada ingesta de azúcares, incluidos azúcares añadidos y los presentes de forma natural en la miel y en los zumos de frutas, se asocia con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares. En concreto, este se eleva un 10% para accidentes cerebrovasculares y un 6% para patologías ...
Una elevada ingesta de azúcares, incluidos azúcares añadidos y los presentes de forma natural en la miel y en los zumos de frutas, se asocia con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares. En concreto, este se eleva un 10% para accidentes cerebrovasculares y un 6% para patologías cardiovasculares.
A estas conclusiones ha llegado un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido), cuyos resultados se publican en la revista ´BMC Medicine´. Entre ellas cabe destacar que por cada 5 % más de ingesta de energía procedente de azúcares libres, el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares se eleva un 7 %; mientras, el consumo de cinco gramos más de fibra por día se asoció con un riesgo 4 % menor de desarrollar este tipo de patologías.
Los investigadores analizaron datos de 110.497 personas que completaron al menos dos evaluaciones dietéticas como participantes en el estudio UK Bionbank. Los investigadores siguieron la salud de los participantes durante un promedio de 9,4 años.
Durante el período de seguimiento, se produjeron enfermedades cardiovasculares totales (enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular combinados), patologías cardíacas y accidentes cerebrovasculares en 4.188, 3.138 y 1.124 participantes, respectivamente.
"Nuestra investigación demuestra la importancia de considerar el tipo y la fuente de los azúcares consumidos al evaluar las asociaciones entre el azúcar y la salud cardiovascular", señaló una de las autoras del estudio, la Dra. Rebecca Kelly.
Los hallazgos de este estudio "fortalecen las pautas de la OMS al proporcionar evidencia de que seguir sus recomendaciones también puede reducir el riesgo de una persona de desarrollar una enfermedad cardiovascular", indicaron los autores. Dichas pautas apuntan que el consumo de azúcar de una persona se mantenga por debajo del 5% de la ingesta diaria total de energía, "pero estas recomendaciones se basan en gran medida en evidencia limitada", según los autores del trabajo.
"Reemplazar los azúcares libres con otro tipo de azúcares, como los que se encuentran naturalmente en las frutas y verduras enteras, combinado con una mayor ingesta de fibra, puede ayudar a proteger contra las enfermedades cardiovasculares", concluye la Dra. Kelly.