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Descartan que las vacunas contra la COVID incidan en el aumento de la trombosis

Así se ha desprendido durante un simposio educacional en el transcurso de los congresos hematológicos que se celebran en Barcelona.

07/10/2022

"No se ha demostrado un aumento del riesgo trombótico a causa de vacunas contra la COVID", ha descartado tajantemente este viernes Ramón Lecumberri Villamediana, de la Clínica Universidad de Navarra, Pamplona, durante su simposio educacional en el LXIV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y ...

"No se ha demostrado un aumento del riesgo trombótico a causa de vacunas contra la COVID", ha descartado tajantemente este viernes Ramón Lecumberri Villamediana, de la Clínica Universidad de Navarra, Pamplona, durante su simposio educacional en el LXIV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y XXXVIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH) que se celebra hasta este sábado en el Palacio de Congreso-Fira de Barcelona.

De hecho, aunque recientes, ya se han llevado a cabo estudios sobre la incidencia de trombosis en los 90 días antes y después de haber sido administrada la vacuna frente al SARS-CoV-2, y los resultados (esta investigación se ha realizado en los Estados Unidos) "son similares" a las conclusiones de los trabajos europeos. Ni tampoco se ha determinado que haya episodios más graves si aparece trombosis en pacientes vacunados, señalando Lecumberri que la evolución de la trombosis "es similar a la normal".

`Trombosis en la COVID-19. ¿En qué ha quedado después de todo?´, es el título que ha llevado su ponencia, la cual ha ofrecido algunas conclusiones del efecto del coronavirus sobre riesgos asociados a tromboembolismo que, si bien se ha probado en personas contagiadas por el virus, no ha pasado así en aquellas vacunadas frente a la COVID-19.

En un carácter estrictamente personal, ha concluido que los pacientes con COVID-19 experimentan en mayor o menor medida una activación hemostática (en forma de inmunotrombosis o tromboinflamación) asociada directamente con el incremento del riesgo de complicaciones trombóticas. Y, por encima de todas, de tromboembolismo venoso (TEV).

De hecho, la incidencia de este sobre la población (en el periodo previo a las vacunaciones masivas), estaba en torno a un 30-35%. El periodo 2020-2021 recogió diferencias de TEV en pacientes ingresados por la infección. Si bien con matices, el consenso científico se inclinó por mayores dosis de heparina de bajo peso molecular (HBPM) para contrarrestar los trombos en pacientes con cuadros más graves. Y, efectivamente, se consiguió reducir el TEV en los pacientes, según estudios observacionales.

Nuevas dianas terapéuticas

En cualquier caso, parece claro que lo aprendido en todo este tiempo permitirá identificar nuevas dianas terapéuticas que permitan "una aproximación complementaria al tratamiento antitrombótico actual", y que esta sea exenta de complicaciones hemorrágicas. De hecho, la HBPM se plantea como método estándar de tromboprofilaxis primaria, ya que podría ser mejor que las dosis estándar en algunos pacientes hospitalizados con COVID-19 moderado. Esto se acabará de confirmar, a la espera de los resultados en curso del meta-análisis voluntario individual (IPDMA).

Y es que, en las primeras oleadas de la pandemia, se descubrían en fallecidos a causa de la COVID-19 pequeños coágulos; inflamación endotelial; TEV… lo que dio lugar a una segunda lectura. Un aspecto positivo, ha mostrado Lecumberri, fue que la COVID propició "profundizar en las trombosis arteriales. El término inmunotrombosis ha crecido mucho en investigación, hasta un 20%" en Pubmed", ha concluido el hematólogo.

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