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Un tratamiento de combinación sensibiliza el glioblastoma a la inmunoterapia

Imipramina e inhibidores del VEGF inducen la reprogramación inmunológica del tumor y prolongan la supervivencia en un modelo animal.

07/10/2022

Un nuevo estudio señala una potencial nueva terapia para tratar el glioblastoma, un cáncer cerebral de mala prognosis y que responde pobremente a los tratamientos existentes. La adición de sunitinib y axitinib, dos inhibidores de la vía del factor de crecimiento vascular VEGF, a la terapia con el antidepresivo imipramina ...

Un nuevo estudio señala una potencial nueva terapia para tratar el glioblastoma, un cáncer cerebral de mala prognosis y que responde pobremente a los tratamientos existentes. La adición de sunitinib y axitinib, dos inhibidores de la vía del factor de crecimiento vascular VEGF, a la terapia con el antidepresivo imipramina prolongó la supervivencia global, en comparación con la monoterapia con imipramina. Un beneficio similar fue observado con imipramina y el análogo murino del anti-VEGF bevacizumab. La carga tumoral pudo ser también reducida añadiendo clopidogrel al primer tratamiento de combinación. La conveniencia de la administración oral frente a la intravenosa motivó a los investigadores a examinar en mayor detalle la combinación imipramina + axitinib o sunitinib en otros modelos de glioblastoma, en los que fueron obtenidos resultados de efectividad similares a los del primer modelo. El mecanismo de acción subyacente resultó ser inmunológico, con una marcada infiltración de linfocitos T CD4+ y CD8+ en el tumor.

Douglas Hanahan, científico del Instituto Suizo de Investigación Experimental del Cáncer y director del estudio, afirma que la imipramina es el inductor primario de esta infiltración, ya que ésta pudo ser reproducida con el mismo fármaco en un modelo de melanoma. Experimentos adicionales demostraron que la infiltración requiere que el proceso de autofagia en las células tumorales permanezca intacto. La eliminación de los linfocitos T en los animales suprimió la eficacia del tratamiento de combinación, enfatizando el papel clave de estas células inmunitarias en el control de la enfermedad. Un importante efecto del tratamiento de combinación fue la reducción de linfocitos T CD4+ de tipo regulador, subpoblación inmunosupresora que de otro modo predomina en el microambiente tumoral. En consonancia con estas observaciones, la adición a la terapia de un agente anti-PD-L1, tanto de manera concurrente como subsecuente, prolongó aún más la supervivencia. Hanahan concluye indicando que el ataque simultáneo sobre los múltiples mecanismos que facilitan la progresión y la resistencia terapéutica podría ser la estrategia de elección frente al glioblastoma.

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