El exceso de grasa en la alimentación de las mujeres crea un desequilibrio de la microbiota intestinal que provoca cambios en el funcionamiento del sistema inmunitario y una inflamación generalizada que alcanza los ovarios, acelerando la menopausia. Un trabajo publicado en la revista científica International Journal of Molecular Sciences explica ...
El exceso de grasa en la alimentación de las mujeres crea un desequilibrio de la microbiota intestinal que provoca cambios en el funcionamiento del sistema inmunitario y una inflamación generalizada que alcanza los ovarios, acelerando la menopausia. Un trabajo publicado en la revista científica International Journal of Molecular Sciences explica la cadena causa-efecto que une el exceso de grasa en alimentación con el desgaste prematuro de los óvulos.
En un modelo animal (ratón), los autores chinos han identificado 5 especies de bacterias cuya prevalencia aumenta significativamente como consecuencia del exceso de grasa ingerida. Las bacterias que prevalecen en esta condición liberan toxinas que, a su vez, causan cambios en el sistema inmunitario, induciendo una hiperproducción de células (macrófagos) que liberan sustancias (citocinas) proinflamatorias e infiltran diferentes órganos incluyendo los ovarios. La inflamación de los ovarios causa una activación prematura y posterior degeneración masiva de pequeños folículos que sirven como reserva de óvulos para crecer, madurar y ovular durante el ciclo menstrual.
En el mismo modelo animal (ratón) el reequilibrio de la microbiota intestinal invierte este mecanismo de desgaste prematuro de óvulos. Además, la proliferación excesiva de las bacterias responsables de la menopausia precoz se puede tratar con antibióticos. Sin embargo, si los excesos alimentarios continuaran, la microbiota intestinal volvería de nuevo a su patrón desequilibrado, y una ingesta de antibióticos prolongada podría causar problemas de salud en las mujeres afectadas. Afortunadamente, existe otro tratamiento, más sencillo y ya disponible para las mujeres. Se trata de una medicación oral con melatonina que rompe el enlace entre la microbiota intestinal y los daños en los ovarios.
Un trabajo reciente, coordinado por un científico y médico granadino Jan Tesarik y publicado en la revista científica International Journal of Molecular Sciences, destaca los efectos antiinflamatorios e inmunomoduladores de la hormona melatonina en los humanos. Según el doctor Tesarik, la melatonina puede romper la cadena causa-efecto implicada en ese mecanismo donde la inflamación generalizada acaba afectando a los ovarios. Los directores de la clínica MARGen de Granada, el doctor Jan Tesarik y la doctora Raquel Mendoza Tesarik, añaden que "ya que la melatonina carece de efectos secundarios importantes, incluso en dosis altas, y tiene un modo de aplicación sencillo (vía oral), su utilización preventiva, en mujeres con una predisposición familiar para sufrir una menopausia precoz, así que curativa, para frenar una premenopausia precoz incipiente, debe ser tomada seriamente en cuenta."
Menopausia precoz
La menopausia ocurre normalmente en mujeres de 45-50 años de edad. Sin embargo, 1 de cada 100 mujeres de menos de 40 años de edad sufre una menopausia precoz, también llamada fallo ovárico prematuro. Una menopausia, tanto fisiológica como prematura, es precedida por un período llamado premenopausia.
Durante ese período aparecen algunos síntomas de la menopausia, tales como sofocos y problemas para dormir, cambio del estado de ánimo, problemas vaginales y en la vejiga, disminución de la fertilidad, cambios en la función sexual, pérdida de densidad ósea y cambios en los niveles de colesterol. Sin embargo, a diferencia de la menopausia, los períodos menstruales persisten durante la premenopausia, aunque se vuelven irregulares y menos frecuentes.
Las causas de la menopausia precoz pueden ser múltiples y aún no están completamente conocidos. Sin embargo, no cabe duda de que la obesidad provocada por un exceso de grasa en alimentación juega un papel muy importante, aunque otros factores, tales como una predisposición genética, trastornos inmunitarios, trastornos metabólicos, infecciones víricas, quimioterapia o radioterapia como tratamiento para el cáncer, o toxinas incluyendo el tabaco, pueden acelerar el inicio de la menopausia.