Un nuevo estudio que utiliza escáneres cerebrales prenatales ha revelado diferencias significativas en las estructuras cerebrales en torno a las 25 semanas de gestación entre los niños que posteriormente fueron diagnosticados con TEA y los que no. El estudio se suma a la creciente evidencia de que el autismo comienza ...
Un nuevo estudio que utiliza escáneres cerebrales prenatales ha revelado diferencias significativas en las estructuras cerebrales en torno a las 25 semanas de gestación entre los niños que posteriormente fueron diagnosticados con TEA y los que no. El estudio se suma a la creciente evidencia de que el autismo comienza en el desarrollo temprano y sugiere posibles oportunidades para identificar el trastorno a una edad más temprana.
"Una detección más temprana significa un mejor tratamiento", afirma el doctor Alpen Ortug, investigador postdoctoral del Centro Athinoula A. Martinos de Imagen Biomédica del Hospital General de Massachusetts, en la Facultad de Medicina de Harvard (Estados Unidos), primer autor del estudio--. Nuestros resultados sugieren que un mayor volumen del lóbulo insular puede ser un fuerte biomarcador de RMN prenatal que podría predecir la aparición del TEA más adelante en la vida".
Ortug ha presentado esta investigación en la reunión anual de la Asociación Americana de Anatomía durante el encuentro de Biología Experimental (EB) 2022, que se celebra en Filadelfia.
El TEA es un complejo trastorno del neurodesarrollo que puede causar problemas de comunicación, procesamiento cognitivo, conciencia emocional y percepción. Se desconocen las causas del TEA, pero se cree que influyen tanto factores genéticos como ambientales.
Aunque se ha demostrado que un tratamiento temprano mejora las capacidades lingüísticas y cognitivas, las herramientas de diagnóstico actuales sólo pueden identificar el trastorno en torno a los 18 meses de edad.
Para averiguar si los escáneres cerebrales tomados antes del nacimiento podrían ayudar a identificar los signos del TEA antes, los investigadores analizaron retrospectivamente 39 escáneres cerebrales fetales por resonancia magnética tomados en el Hospital Infantil de Boston. Nueve de los niños fueron diagnosticados posteriormente con TEA, 20 eran neurotípicos y 10 no tenían TEA pero tenían otras condiciones de salud que también se observaron en los niños con TEA. Los escáneres cerebrales se tomaron con una media de 25 semanas de gestación.
Tras el preprocesamiento, los investigadores utilizaron un método de etiquetado anatómico automatizado basado en el atlas para segmentar los escaneos cerebrales y luego compararon las regiones cerebrales segmentadas entre los diferentes grupos.
Las mayores diferencias se encontraron en el lóbulo insular del cerebro, que tenía un volumen significativamente mayor en el grupo de TEA en comparación con los otros tres grupos de control. La ínsula es una región profunda del cerebro que se cree que tiene un papel en la conciencia perceptiva, el comportamiento social y la toma de decisiones, entre otras funciones.
Los resultados coinciden con otros estudios recientes que han informado de cambios en la corteza insular en adultos con autismo y sugieren que estas diferencias pueden comenzar en el útero. Los investigadores también descubrieron que los escaneos de los niños con TEA mostraban una amígdala y una comisura del hipocampo significativamente más grandes en comparación con los niños que tenían otras condiciones de salud pero no TEA.
"Dado que muchos factores genéticos y ambientales podrían afectar a la aparición del TEA a partir de las etapas fetales, es ideal identificar la firma más temprana de las anomalías cerebrales en los posibles pacientes con autismo --señala Ortug--. Hasta donde sabemos, éste es el primer intento de segmentar de forma semiautomática las regiones cerebrales en la etapa prenatal en pacientes a los que se les diagnostica autismo posteriormente y comparar diferentes grupos de controles".