Un ensayo clínico aleatorio de fase II ha descubierto que el período óptimo para la rehabilitación intensiva del uso del brazo y la mano después de un accidente cerebrovascular debe comenzar entre 60 y 90 días después del evento. El estudio, publicado en la revista ´PNAS´, ha sido realizado por investigadores ...
Un ensayo clínico aleatorio de fase II ha descubierto que el período óptimo para la rehabilitación intensiva del uso del brazo y la mano después de un accidente cerebrovascular debe comenzar entre 60 y 90 días después del evento.
El estudio, publicado en la revista ´PNAS´, ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Georgetown y la Red Nacional de Rehabilitación (NRH) de MedStar, en Estados Unidos.
La misma rehabilitación intensiva a menos de 30 días después de un accidente cerebrovascular proporcionó algún beneficio, pero la rehabilitación a los seis meses o más después de un accidente cerebrovascular no mostró ningún beneficio significativo en comparación con los que recibieron la atención estándar.
Casi dos tercios de las personas que sufren un ictus no recuperan la función completa de las manos y los brazos, un impedimento que puede limitar gravemente las actividades cotidianas.
"Nuestro hallazgo demuestra la existencia de un periodo crítico o momento óptimo en el que los adultos responden mejor a la rehabilitación después de un ictus", afirma el autor principal, el doctor Alexander Dromerick, profesor de Medicina de Rehabilitación y Neurología y presidente de Medicina de Rehabilitación del Centro Médico de la Universidad de Georgetown y vicepresidente de investigación de MedStar NRH.
"Los ensayos clínicos anteriores han encontrado pocas o muy pequeñas mejoras en la función motora después de un accidente cerebrovascular, por lo que nuestra investigación podría ser un avance importante en la búsqueda de formas en que podemos hacer mejoras sustanciales en la recuperación del brazo y la mano", añade.
Para su ensayo, los médicos inscribieron a 72 participantes en un accidente cerebrovascular, principalmente de la zona de Washington, D.C., en las tres semanas siguientes al mismo. Los participantes fueron asignados al azar para recibir 20 horas adicionales de terapia de habilidades motoras centrada en la actividad, comenzando en diferentes momentos después del accidente cerebrovascular, además de sus terapias prescritas regularmente.
La terapia adicional comenzó a los 30 días de la apoplejía, entre 60 y 90 días después de la apoplejía, o a los seis meses o más después del ictus. Los resultados se compararon con los de un grupo de control que sólo recibió las terapias de rehabilitación prescritas, pero sin entrenamiento adicional de rehabilitación motora.
"Nuestros resultados sugieren que debería proporcionarse una rehabilitación motora más intensiva a los pacientes con ictus entre 60 y 90 días después del inicio del ictus", señala Elissa Newport, directora del Centro de Plasticidad y Recuperación Cerebral del Centro Médico de la Universidad de Georgetown y autora correspondiente de este artículo.
En este sentido, señala que "es bien sabido que un cerebro joven en desarrollo muestra una gran plasticidad, en comparación con otros momentos de la vida. Nuestros resultados muestran que puede haber un periodo similar de mayor plasticidad para los pacientes con ictus en un momento específico después de su ictus".
La mejora en la función de la mano y el brazo hallada en este estudio no sólo fue estadísticamente significativa, sino que fue lo suficientemente grande como para ser percibida como funcionalmente significativa por los propios pacientes.
"Nuestro enfoque demuestra que los pacientes pueden tolerar un entrenamiento motor mucho más intenso que el que se proporciona tradicionalmente si son libres de elegir las actividades utilizadas en su entrenamiento --apunta la doctora Dorothy F. Edwards, profesora de Kinesiología y Medicina de la Universidad de Wisconsin-Madison y miembro del Centro de Plasticidad y Recuperación Cerebral--. Sabiendo que puede haber un periodo crítico para la recuperación, hay muchas técnicas que uno podría imaginar para entender y mejorar la recuperación durante este periodo".
Los investigadores esperan que este estudio establezca una ventana temporal en la que la investigación futura pueda combinar la terapia con la estimulación cerebral o los medicamentos destinados a ayudar a las zonas sanas restantes del cerebro a recuperar las funciones deterioradas o a hacerse cargo de las funciones perdidas por el daño infligido por un ictus.
Los investigadores también tienen previsto diseñar un ensayo clínico de mayor envergadura para confirmar los hallazgos actuales y determinar la dosis óptima de la terapia, logrando así los mejores efectos durante esta ventana temporal.