Un estudio realizado en diversos centros europeos ha identificado dos conjuntos de biomarcadores plasmáticos que discriminan las infecciones necrotizantes causadas por un sólo tipo de bacteria de las causadas por múltiples microorganismos. El diagnóstico diferencial entre ambos casos se sigue en función de los niveles de IL-2, IL-10, IL-22, CXCL10, Fas-L y MMP-9, según afirma Anna Norrby-Teglund, Profesora del Departamento de Medicina del Instituto Karolinska y directora del estudio. Con excepción de tres biomarcadores que presentaron niveles similares en ambos tipos de infección, cada tipo se asoció a un conjunto de mediadores solubles predictivos de shock séptico. La trombomodulina resultó ser el único biomarcador individual con valor diagnóstico altamente fiable.

Norrby-Teglund asegura que aunque las infecciones necrotizantes son infrecuentes, se asocian a un elevado riesgo de mortalidad y de discapacidad subsiguiente a la pérdida de masa tisular o a la amputación. Dada su rápida progresión el diagnóstico temprano es esencial en la mejora de la prognosis. Sin embargo, éste se ve dificultado por la vaguedad y heterogeneidad de los síntomas, así como por la ausencia de herramientas diagnósticas eficaces. Los 36 biomarcadores del actual estudio han sido validados en un estudio prospectivo multicéntrico, en pacientes con diversos fenotipos clínicos, etiologías y localización de las infecciones.