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Reducir el uso de ventilación mecánica puede mejorar el estado de pacientes infantiles en estado crítico

La ventilación mecánica es una terapia que salva vidas pero puede implicar un riesgo relacionado causado por el tubo de respiración en la boca y la garganta de los pacientes pediátricos.

Un ensayo clínico dirigido por la Queen´s University de Belfast, Reino Unido, ha demostrado cómo un nuevo enfoque para reducir el uso de ventilación mecánica puede mejorar los resultados de pacientes infantiles en estado crítico. La ventilación mecánica es una terapia que salva vidas pero puede implicar un riesgo relacionado ...

Un ensayo clínico dirigido por la Queen´s University de Belfast, Reino Unido, ha demostrado cómo un nuevo enfoque para reducir el uso de ventilación mecánica puede mejorar los resultados de pacientes infantiles en estado crítico. La ventilación mecánica es una terapia que salva vidas pero puede implicar un riesgo relacionado causado por el tubo de respiración en la boca y la garganta, los sedantes necesarios para reducir la ansiedad y permanecer confinado en la cama.

El ensayo Sedation AND Weaning In CHildren (SANDWICH), cuyos resultados han sido publicados en el ´Journal of American Medical Association´ es el mayor ensayo del mundo, hasta el momento, para el que se han reclutado a bebés y niños en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) pediátricas. El estudio involucró más de 10,000 ingresos a 18 UCI, lo que representa dos tercios de las UCI pediátricas del Reino Unido.

"Para minimizar los riesgos asociados con la ventilación mecánica, cuanto antes se desconecte del ventilador a los niños, mejor será su resultados", subrayó el líder del ensayo clínico, Bronagh Blackwood, profesor de cuidados intensivos del Instituto Wellcome-Wolfson de Medicina Experimental de la Queen´s University de Belfast.

En comparación con la atención estándar actual, el estudio informó que en los niños que se esperaba que estuvieran conectados a un ventilador durante más de 24 horas, la intervención redujo el tiempo en el ventilador mecánico en un promedio de seis horas. Además, en todos los niños, independientemente de si se esperaba que estuvieran conectados a un ventilador durante más o menos de 24 horas, la intervención redujo el tiempo de ventilación en un promedio de siete horas. En general, las posibilidades de que a los niños se les retire el tubo respiratorio con éxito fueron mayores.

El profesor Mark Peters, consultor en cuidados intensivos en GOSH y profesor de cuidados intensivos pediátricos en UCL Great Ormond Street Institute of Child Health, aseguró que "este ensayo redefine lo que es factible en la investigación de cuidados intensivos para niños".

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