Se observa, sobre todo, en axilas, manos, pies y región púbica. La padece alrededor de un 3% de la población mundial. Es de tendencia hereditaria, puesto que en el 40% de los casos suele haber algún familiar que también la padece. Hablamos de la hiperhidrosis, una enfermedad que provoca sudoración ...
Se observa, sobre todo, en axilas, manos, pies y región púbica. La padece alrededor de un 3% de la población mundial. Es de tendencia hereditaria, puesto que en el 40% de los casos suele haber algún familiar que también la padece. Hablamos de la hiperhidrosis, una enfermedad que provoca sudoración excesiva, condicionando la calidad de vida del paciente.
Tal y como se desprende del estudio "El impacto de la hiperhidrosis en el día a día del paciente y su calidad de vida: una investigación cualitativa" (The impact of hyperhidrosis on patients´ daily life and quality of life: a qualitative investigation), tres cuartas partes de los afectados se siente condicionado por la enfermedad en su estilo de vida, pero también en su vida social y, más problemático aun, en su estado mental. "Una persona que sufre hiperhidrosis conlleva, en la mayoría de casos, una inseguridad personal y una baja autoestima. A la larga, puede acarrear también problemas de índole psicológica más grave", señala Marta Alegre, directora médica de Clínica Liberty, centro especializado en problemas de sudoración que cuenta con sede en Barcelona desde octubre de 2015.
"La idea original de la clínica se exporta desde Israel, donde hay un grupo de expertos en hiperhidrosis, que usan los tratamientos más pioneros", explica Alegre, quien asevera que el centro trata todas las hiperhidrosis, desde la generalizada a la localizada, aunque "generalmente más en axilas, manos y pies".
Concienciar a médicos y pacientes
Ante todo, la directora médica de Clínica Liberty recalca que lo importante es concienciar sobre la enfermedad, tanto a pacientes como a médicos de Atención Primaria: "Por una parte, hay muchos pacientes que lo ocultan, no cuentan que sudan mucho. Creen que no hay solución y deciden callárselo. Por otra parte, –añade Marta Alegre–, el médico de cabecera tiene que darle la importancia que realmente se merece; que entienda que son los primeros en recibir a un paciente que, probablemente, no sepa qué es la hiperhidrosis. Y que sepan que hay soluciones y tratamientos para el trastorno".
En los últimos años, se han producido grandes avances en cuanto al tratamiento de la hiperhidrosis, pudiéndose realizar soluciones temporales y permanentes: "Todas y cada una de ellas cuentan con evidencia científica publicada de que los tratamientos que realizamos son efectivos y seguros", comenta la doctora Alegre.
A los pacientes que acuden a Clínica Liberty, lo primero que se les realiza es un cuestionario: "Cuantificar la cantidad de sudor es imposible, por lo que valoramos la hiperhidrosis a partir de un cuestionario. Se tiene en cuenta, sobre todo, el impacto que la sudoración excesiva tiene en su calidad de vida". También se diferencia si el paciente sufre hiperhidrosis primaria –sin causa evidente– o secundaria –debida a algún motivo, que hay que indagar y tratar–. Además, se estudian los tratamientos anteriores y, en función de la localización, se realiza un tratamiento u otro.
Tratamientos temporales
"Para abordar el tratamiento, hay que saber por qué se sufre hiperhidrosis", comenta Marta Alegre, quien explica que "una vez los antiperspirantes han fallado, hay que abordar el problema a nivel de glándulas o de nervios".
Hasta el momento, para terminar temporalmente con la hiperhidrosis, se usaba la toxina botulínica o el bótox, que inactiva las glándulas sudoríparas durante un tiempo, "que puede ser de tres a seis meses, en función del paciente". Una vez pasado el efecto, el paciente suda igual y, con el tiempo, "algunos pacientes pueden llegar a crear anticuerpos contra el bótox, provocando un efecto menor y requiriendo inyecciones cada vez más potentes".
Los pacientes que querían un tratamiento más defi nitivo o que no respondían al tratamiento de bótox, "se sometían a una cirugía que destruía un ganglio simpático del cual emergen todas las raíces nerviosas que enervan toda la zona de axilas y manos. Al destruir los nervios, también se deja de sudar", asevera Marta Alegre, quien señala que "tras la simpatectomía –que es como se denomina esta técnica– aparece la hipersudoración compensatoria, ya que la simpatectomía conlleva anular una área de sudoración muy extensa del cuerpo, por lo que se buscan otras vías de escape para sudar".
Hiperhidrosis axilar y miraDry
Sin ninguna duda, el tratamiento de la hiperhidrosis axilar es la que ha vivido una mayor innovación en los últimos años. "Disponemos de miraDry, un tratamiento que realmente puede eliminar las glándulas sudoríparas", informa la doctora Alegre, que añade "que deja intacto todo lo que es el sistema nervioso, eliminando únicamente las glándulas localizadas en las axilas". De esta manera, se evita la hipersudoración compensatoria que sí que se produce con la simpatecnomía.
miraDry está aprobado por la FDA. Es una técnica basada en microondas mediante la cual se realiza un calentamiento selectivo de la interfaz entre la piel y la grasa subyacente donde residen las glándulas sudoríparas. "Además de no implicar ninguna operación quirúrgica y ser totalmente indoloro, consigue reducir entre un 80 y un 90% la sudoración excesiva en las axilas", indica Marta Alegre, quien comenta que "se ha comprobado, a través de biopsias a los pacientes antes y después del tratamiento, que no solo se inactivan las glándulas, sino que desaparecen y que no se vuelven a regenerar".
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