IM MÉDICO #66.2 ESPECIAL ITS

35 una obstrucción de las trompas en las mujeres o los conductos deferentes en los hombres, dando lugar a una esterilidad de tipo mecánico”, indica la doctora Moffa, que recoge que aproximadamente un 90% de los casos de infertilidad de tipo mecánico tienen que ver con infecciones por clamidia, en la mayoría de casos, asintomáticas. Clamidia, gonorrea y virus del papiloma humano Las ETS con más incidencia en la fertilidad son clamidia, gonorrea y virus del papiloma humano. La doctora Ana Pérez-Alzueta explica que la clamidia y gonorrea en mujeres pueden causar inflamación en las trompas de Falopio: “Es un proceso conocido como enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), cuya inflamación puede provocar cicatrices en las trompas, lo que puede obstruir o dañar la estructura de las mismas. Como resultado, el óvulo puede tener dificultades para llegar al útero, y los espermatozoides pueden tener dificultades para alcanzar y fertilizar el óvulo, lo que dificulta la concepción”. Estas mismas enfermedades en hombres pueden causar inflamación en los conductos deferentes, “que son los conductos a través de los cuales pasan los espermatozoides desde los testículos hasta la uretra”. Esta inflamación, explica la facultativa, puede “afectar a la producción, calidad y movilidad de los espermatozoides, lo que reduce la fertilidad masculina”. En cuanto al virus del papiloma humano (VPH), se trata de un virus común que puede causar verrugas genitales y, en casos más graves, lesiones precancerosas en el cuello uterino en las mujeres. El tratamiento para estas lesiones, que puede incluir la extirpación quirúrgica o la destrucción de las mismas, puede -indica la doctora Pérez-Alzueta-“afectar la estructura y la función del cuello uterino, lo que puede dificultar el embarazo”. “Las cirugías más radicales pueden provocar un acortamiento más pronunciado del cuello uterino, lo que conlleva a mayor riesgo de partos pretérminos”, añade. ¿Por qué han aumentado los casos? En los últimos años, ha habido un aumento“preocupante”en la incidencia de enfermedades de transmisión sexual, lo que ha contribuido “a un mayor número de casos de infertilidad relacionada con estas infecciones”. La ginecóloga Ana Pérez-Alzueta cita entre los factores que pueden haber contribuido a este incremento los cambios en el comportamiento sexual:“El aumento de las parejas sexuales y la disminución del uso de preservativos”. Así como la “resistencia a los antibióticos”: “Algunas ETS, como la gonorrea, están mostrando una creciente resistencia a los antibióticos, lo que dificulta su tratamiento y aumenta el riesgo de complicaciones a largo plazo, como la infertilidad”. Como contrapunto, también existe una mayor conciencia, y mejor y más pronta detección: “Es posible que exista una mayor conciencia sobre la importancia de la detección y una mayor accesibilidad a los servicios de salud, lo cual ha permitido un mayor diagnóstico de este tipo de enfermedades”. En estos hechos desempeña un papel esencial la microbiota, también conocida como flora microbiana: “Se refiere a la comunidad de microorganismos que habitan en diversas partes del cuerpo, incluidos los órganos reproductivos, y que desempeña un papel fundamental en la salud reproductiva al proteger contra infecciones, regular el ambiente local y modular la respuesta inmunológica”, explica la ginecóloga. El papel de las clínicas de fertilidad Las clínicas de fertilidad juegan un papel importante en el manejo de parejas serodiscordantes; es decir, cuando uno de los miembros de la pareja es portador de una infección de transmisión sexual. “Ofrecemos un asesoramiento sobre los riesgos asociados con la transmisión de la infección durante el proceso de concepción”, explica la especialista en reproducción asistida de la clínica de fertilidad Fertilab Barcelona. Este asesoramiento incluye información detallada sobre las medidas preventivas disponibles: “Ofrecemos pruebas de detección y asesoramos sobre el mejor tratamiento para minimizar el riesgo de transmisión de la infección, y ayudar a la pareja a concebir de manera segura”. Pero también de ahí la importancia de “establecer programas preventivos” en todos los sectores, con especial hincapié en poblaciones de riesgo para enfermedades de transmisión sexual, ya que es “fundamental” para poder “abordar eficazmente este problema de “LA CLAMIDIA, LA GONORREA Y EL VIRUS DEL PAPILOMA HUMANO (VPH) PUEDEN EJERCER UN IMPACTO CONSIDERABLE EN LA FERTILIDAD” Salud pública” y, en ocasiones, se detecta “una falta de educación sexual adecuada que llegue a la población de riesgo”. Del mismo modo, la educación sexual se convierte en determinante. La ginecóloga incide en que, para reducir estas cifras, es necesario “promover la educación sexual, el uso de métodos de barrera como el preservativo, la detección temprana y el tratamiento adecuado de las infecciones”. Especialmente si tenemos en cuenta que la población más afectada suelen ser los jóvenes y aquellas personas que tienen múltiples parejas sexuales sin protección. Por el contrario no ayuda que siga habiendo un estigma asociado a las ETS: “El estigma puede dificultar que las personas busquen atención médica y se sometan a pruebas de detección, lo que puede llevar a una propagación no detectada de las infecciones y a complicaciones de salud más graves”. El factor económico también es influyente. Por un lado, a pesar de la disponibilidad de métodos de prevención, como el uso de preservativos; la profilaxis preexposición (PrEP) para el VIH, y la vacunación contra el VPH, muchas personas pueden“ser complacientes en su uso o pueden tener acceso limitado a ellos debido a barreras económicas o logísticas”. A ello se le suma la falta de acceso a “servicios de salud asequibles y culturalmente sensibles”, lo que puede dificultar que las personas obtengan pruebas de detección, tratamiento y asesoramiento sobre ETS. “Esto es especialmente problemático para poblaciones marginadas o con recursos limitados”, matiza la doctora. En definitiva, las ETS tienen una consecuencia directa para la fertilidad. La evolución de los casos va en aumento, pero“la protección del contagio, la precoz detección y la rápida actuación”cuando se detectan casos se han convertido en “los pilares fundamentales” para la reducción de este tipo de enfermedades. +

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