IM MEDICO #65 ANUARIO 2023

103 pero está claro que la mascarilla evita contagios. Y que hay determinados lugares en los que hay que usar la mascarilla para evitar contagios. Probablemente será de las cosas que tengamos que seguir utilizando. La mascarilla, la distancia social, la ventilación de los lugares… Son medidas de sentido común que no deberíamos tener problemas de integrarlos”, manifiesta. Así pues, por lo que se refiere a los pacientes de covid persistente, de las muchas asignaturas que quedan pendientes todavía, la más urgente de todas, “porque sino, no sabemos de lo que estamos hablando, es diagnosticar y registrar a todos los afectados”, recalca Rodríguez Ledo. Y después, vuelve a insistir en la necesidad de “proporcionarles un flujo asistencial que pueda dar respuesta a sus necesidades de forma acorde con las evidencias disponibles”. La labor multidisciplinar de REiCOP En ello sigue trabajando REiCOP, cuya labor se puede descifrar en distintos órdenes. Por un lado, explica la presidenta, “hemos trabajado por el reconocimiento de estos pacientes. Esto viene dado por llevar a cabo un correcto diagnóstico, el consiguiente registro, y diseñar un adecuado flujo asistencial que dé respuesta a sus necesidades”. Por otra parte, en cuanto a la formación, “hemos hecho distintas actividades, coincidiendo además con distintas acciones de las sociedades científicas, de los colectivos de pacientes, y de las entidades que forman parte de la red”. “También estamos ultimando el desarrollo de un curso de experto en formación en covid persistente, que será online y que empezará en marzo”, agrega Rodríguez Ledo. Respecto a la investigación, “seguimos con el análisis de algunos factores genéticos, de genoma y de exoma, vinculados al desarrollo de covid persistentes. Seguimos, asimismo, con proyectos para identificar factores clínicos vinculados al covid persistente, así como con el desarrollo de estudios relacionados con las alteraciones que el desarrollo de estos síntomas provoca sobre la vida de los afectados, y otro sobre su situación laboral y calidad de vida”. Aparte, avanza, otro estudio está relacionado con el registro clínico de los pacientes. “Este en concreto presenta muchas dificultades, porque un registro clínico debe ir vinculado a un diagnóstico previo y a un registro asistencial, el cual no se está haciendo”. El desarrollo de una escala de valoración de progresión de la enfermedad en estos pacientes es otra de las líneas de trabajo de la Red. “Este da lugar a una tesis de identificación de biomarcadores y factores de inflamación asociados”, avanza la presidenta de la SEMG. De igual manera, tienen en el horizonte dos proyectos relacionados con el desarrollo de unas apps destinadas a la gestión por parte del paciente, y al seguimiento de su control de síntomas, amén de la herramienta que lanzaron para mejorar la gestión de las personas afectadas. Precisamente sobre el seguimiento a los pacientes y cómo han evolucionado sus síntomas años después de la infección, “la sensación, y digo sensación porque al no haber registros es muy difícil afirmarlo, es que los afectados de las últimas olas no solamente son menos numerosos (inferior al 10% que mencionábamos siempre), sino que sus síntomas parecen menos y de intensidad más baja”, aclara la facultativa. Eso sí, tomando esa información con cierta relatividad, “puesto que una molestia o un dolor que se produce todos los días de la vida, da igual la intensidad que tenga, es un síntoma muy importante”, indica Pilar Rodríguez Ledo. Entonces, sin quitarles valor a estos síntomas, sí que parece que interfieren menos en la vida diaria. “Cabe recordar que la afectación de quienes se infectaron en las primeras olas y desarrollaron covid persistente fue muy importante. Y, de hecho, en algunos casos conllevó incapacidad laboral o incapacidad permanente”, expone la presidenta de la Red Española de Investigación en Covid persistente. Por todo ello, “ahora más que nunca, es necesario actuar con equidad con estos pacientes y no dejarlos abandonados, remacha, insistiendo en que “son los grandes abandonados de la pandemia, debemos ser conscientes de ello”. Y eso, concluye, “en un sistema accesible y equitativo como decimos siempre que es el nuestro, no debería ocurrir”. “TODAVÍA EXISTE MUCHO INFRADIAGNÓSTICO PORQUE SEGUIMOS SIN QUE HAYA UN REGISTRO DE LOS AFECTADOS”

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