IM MÉDICO #62

89 cómo debe ser la primera aproximación al paciente en urgencias o en las consultas externas, los avances en los procesos diagnósticos, así como el uso racional de los recursos”. Se revisan “desde la evidencia y la experiencia, los tratamientos tanto médicos como quirúrgicos, así como el seguimiento de los pacientes después de los mismos”. Además, señala que “no olvidamos el gran valor que tiene la colaboración entre especialidades, por lo que contamos con la colaboración de ponentes de otras disciplinas con los que trabajamos habitualmente, y a los que hemos querido incluir para enriquecernos mutuamente compartiendo conocimientos”. Cada comisión de la especialidad aportará las últimas novedades en su campo, como son los procedimientos laríngeos en consulta, los refinamientos quirúrgicos para el tratamiento de la apnea del sueño, la incorporación de los nuevos medicamentos biológicos para la poliposis, avances en el manejo de los tumores de cabeza y cuello, el diagnóstico genético de la hipoacusia infantil, sin olvidar la importancia de la investigación y el desarrollo científico en nuestra especialidad, entre otros. El lema ‘Marcando la diferencia en la cirugía de cabeza y cuello’ hace alusión a la “excelencia en el desarrollo de nuestra especialidad”. “El propósito de nuestra sociedad es compartir la evidencia científica más actual, aplicada al medio concreto en el que desarrollamos nuestro trabajo”, recalca. Sólo entre conferencias y mesas redondas, habrá unos 150 ponentes nacionales y extranjeros. Pero el Congreso Nacional es mucho más, subraya la doctora, “porque contamos con más de 50 cursos de instrucción, 200 comunicaciones orales, 50 comunicaciones tipo video y más de 500 pósteres, que se expondrán durante el congreso”. “Nos parece fundamental que el mayor número posible de socios pueda tener un espacio en el congreso y poner su granito de arena para hacerlo excepcional”, expone. Asimismo, contarán con la asistencia de otros quince ponentes internacionales de gran prestigio. Además de los vecinos portugueses, con quienes estrecharán lazos mediante el XIX Congreso Hispano-Luso. ¿Ha cambiado la ORL tras la pandemia? Reflexionando sobre el escenario de la ORL y cómo ha cambiado a raíz de la pandemia, Manuel Bernal-Sprekelsen considera que “ha supuesto todo un reto para nuestra especialidad encargada de las traqueotomías de las UCI”. “En los hospitales con servicio de ORL se han llegado a realizar en algunos momentos hasta 12-14 traqueotomías en una semana, cuando lo normal son 1-2 por término medio”, rememora. “Los ORL han estado, literalmente, en plena batalla. Ello ha supuesto una sobrecarga mental importante. Como consecuencia de las cancelaciones de miles de consultas y de cirugía programada se ha visto resentida la formación de los residentes. Desde los respectivos Ministerios / Consejerías de Sanidad este hecho no se ha tenido en cuenta”, lamenta. A día de hoy, opina que el periodo de formación en ORL se ha quedado patentemente corto. “La especialidad ha evolucionado y, por expresarlo de manera resumida, a todos los abordajes externos se le han ido añadiendo los endoscópicos y mínimamente invasivos sin que se dejen de necesitar los abiertos”. Es imposible, a su modo de ver, formar especialistas en el periodo estipulado de cuatro años. Por esto, a través de la SEORL y de la Comisión Nacional de Especialidades, la ORL (y Cirugía de Cabeza y Cuello) ha solicitado al Ministerio (concretamente a la Dirección General de Ordenación Profesional- DGOP) que la formación se extienda a un periodo de cinco años. “En la mayoría de los países europeos se ha reconocido esta necesidad, ampliándose la formación a cinco años. En la CE solo quedamos Rumanía y España con cuatro”. La consecuencia de la falta de formación conlleva, por ejemplo, “que un especialista recién formado que se vaya a un hospital periférico / comarcal, no quiera, ni pueda asumir determinados tipos de intervenciones quirúrgicas y las acabe derivando a su hospital de referencia, donde las listas de espera van creciendo”. Otra asignatura pendiente que urge abordar bajo su punto de vista es que en España, según los datos oficiales del Ministerio de Sanidad, durante un periodo de cuatro años del 2017 al 2020, los ORL ha realizado el 53% de todas las intervenciones de cabeza y cuello. “Esos datos excluyen las intervenciones típicas de nariz y oído y solo engloban las intervenciones mayores”. Por ello se ha solicitado, también a la DGOP, que estudie cambiar el nombre de la especialidad, para pasar a llamarse ORL y Cirugía de Cabeza y Cuello. “En los países escandinavos y en otros cinco países europeos eso ya es así. Según las normas europeas, cuando un 25% de los países comunitarios hayan realizado ese cambio, entonces en el resto de países se puede pasar automáticamente a esa denominación”. España es, tras Corea del Sur, el segundo país en número de estudiantes de Medicina. “¿Cómo es que faltan médicos por todas partes?” Para ello, indica, hay que irse a la tabla que muestra el número de licenciados que hubieran solicitado el certificado de idoneidad para marcharse al extranjero. “Son más de 35.000 en los últimos 15 años. No nos hacen falta más médicos, sino que se precisa retenerlos”. En su opinión, “las razones por las que tantos optan irse son obvias: contratos indefinidos de entrada, buen trato por parte de la administración, ayudas en el aprendizaje del idioma local y una remuneración adecuada”. Su caso sirve de ejemplo. “Cuando yo regresé a España en 1992, mi sueldo como jefe de servicio era el mismo que el que tenia de residente de 5º año. Esa diferencia sigue siendo la misma. Un R1 cobra en España aproximadamente 1.200 euros netos. En Alemania, por poner un ejemplo, cobran el triple. Y si miramos a otros países las diferencias también son abrumadoras”. En definitiva, para él, “no hay que aumentar el número de plazas en las Facultades de Medicina, sino hacer atractivo el regreso para los que se han ido”. Por otro lado, apunta que en la sanidad privada, “refugio de muchos especialistas que se han quedado fuera de la pública por falta de convocatorias o por rechazar ofertas insultantes de contratos de sustitución por días o por semanas con promesas incumplidas de contratación por periodos largos o de convocatorias de plazas fijas, hay un grave problema con los baremos de las mutuas”. Los baremos, recalca el presidente de la SEORL-CCC, “llevan sin ajustarse al IPC desde hace más de 30 años, de manera que una primera visita se paga entre 12 y 20 euros (antes de impuestos y sin considerar la retención del 30-40% del Hospital que ofrece la consulta)”. Aparte, se queja de que “antiguamente se podían facturar determinados actos, como por ejemplo una nasofibroscopia, que ahora las aseguradoras ya incluyen en los honorarios de una primera visita”. Pese a la situación, hace hincapié en que las aseguradoras se niegan a reunirse en mesas de negociación para mejorar los baremos. “Ya les va bien poder anunciar que ellos por 50 euros al mes ofrecen un seguro médico”, pero este ese tema, concluye, “es candente y va a acabar en conflicto”. +

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