IM MÉDICO #62

26 HEMATOLOGÍA dos de los máximos premios que puede recibir un hematólogo dedicado a esta enfermedad: el Robert A. Kyle, concedido este junio por la Fundación Internacional del Mieloma, y el Bart Barlogie Clinical Investigator Award, que le otorgó el año pasado la Sociedad Internacional del Mieloma. “En este sentido, yo recibí el premio, pero un poco corresponde a todos los investigadores del grupo español de mieloma que participan y que colaboran en el diseño, reclutamiento y generación de resultados, así como en su publicación”, comenta al respecto. No obstante, algunas de las líneas iniciadas por ella hace casi 20 años siguen en activo. La investigadora adelanta que tienen en marcha un estudio de medio millar de pacientes con MM de nuevo diagnóstico, mayores de 65 años pero en buen estado de salud en general (fit), cuyo estado se ha evaluado con una escala geriátrica desarrollada por el grupo español de hematogeriatría (demostrando, de nuevo, la unión entre diferentes grupos cooperativos). Estos pacientes han sido tratados con nuevas opciones terapéuticas, como inhibidores de proteasoma, inmunomoduladores o anticuerpos monoclonales anti-CD38, lo que espera permita establecer una comparación entre “tres potenciales estándares”. Esta comparativa se extenderá a lo largo de este verano. Además, se evaluará la respuesta al tratamiento por parte de los pacientes con el uso de “técnicas de citometrías de flujo de alta sensibilidad”. La duración del tratamiento dependerá de la calidad de la respuesta, es decir, la “enfermedad mínima residual”, apunta Mateos. En paralelo continúa el trabajo en MM asintomático y, sin especificar cuándo, señala que “en breve” se comenzará un ensayo clínico piloto con terapia CAR-T para 20 pacientes identificados con esta enfermedad y con perfil de alto riesgo de progresar a MM. Son solo dos de los “otros muchos proyectos en cartera que obviamente serán desarrollados a lo largo de los próximos años”. El horizonte del MM, algo por lo que se le ha preguntado reiteradas veces, tiene probabilidad de acabar siendo el de una enfermedad “curable”, pero como dice acto seguido: “El problema es que no todos los pacientes con mieloma de nuevo diagnóstico van a ser curables. Es por eso por lo que tenemos que ir hacia unas estrategias de tratamiento adaptadas al riesgo y a la respuesta”. Este es uno de los motivos por el que tiene tanta importancia un reclutamiento adecuado bajo unos criterios de selección muy cuidados. Y avanza que ya se están probando estrategias de tratamiento planteadas “con intención curativa”, si bien harán falta “años de seguimiento” para poder decir que estos pacientes están curados. Y diagnosticar la cura es, concreta, hablar de una persona con MM “cuya expectativa de vida fuera comparable a la de una persona normal que no tenga MM de su misma edad y sexo, y además en añadido, libre de tratamiento”. “Hay una gran cantidad de proyectos en marcha. Por lo tanto, yo soy optimista y seremos capaces de curar a pacientes con mieloma”, anuncia. Un encuentro “con mayúsculas” A falta de pocos meses para la celebración a finales de octubre del Congreso Nacional de Hematología 2023 (que será el LXV Congreso Nacional de la SEHH), cuya sede será Sevilla, Mateos lo sitúa como “el punto de encuentro en mayúsculas” de todos los hematólogos españoles. Un espacio en el que, durante tres días, se volverá a demostrar “el alto nivel y la alta calidad de la investigación científica que se desarrolla en España”. Y no solo la que se realiza en la Península. De manera simultánea transcurrirá el III Congreso Iberoamericano. Un marco perfecto para “estrechar lazos entre España y las diferentes sociedades científicas latinoamericanas, crear protocolos comunes de trabajo, proyectos de colaboración, poderles ayudar a que la innovación llegue lo antes posible también a esos países”, son algunos de los objetivos que tiene la SEHH para este congreso. De hecho, la sociedad científica ya ha creado la figura del socio latinoamericano para que cualquier hematólogo de cualquier sociedad pueda ser, también, miembro de la española, “consiguiendo todas las ventajas y beneficios que ello supone”, finaliza. + desafíos que hay por delante, como una de las reclamaciones que lleva “varios años” pidiendo la SEHH: el quinto año de la especialidad. “El fruto y el origen está en mejorar y garantizar una formación de calidad para nuestros residentes en Hematología”, responde Mateos. A su vez, desde la sociedad científica se recuerda que sigue existiendo cierta desigualdad en el número de hematólogos a los que tienen acceso los pacientes en algunas comunidades autónomas (CCAA). Según un informe de enero de 2022 elaborado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la media de hematólogos en España es de 4,3 por cada 100.000 habitantes. “Pero no es absolutamente uniforme a lo largo de todas las CCAA”, esgrime Mateos, que compara los dos extremos: mientras en Cantabria se eleva hasta los 6,2 por cada 100.000 habitantes, en Andalucía es casi la mitad, 3,4. Por eso pide que se haga un esfuerzo “para intentar sacar más plazas de hematólogos” que permita mantener un equilibrio en todo el país, y que dicha carencia no acabe repercutiendo “en una mejor calidad o cantidad de la asistencia a pacientes con necesidades hematológicas”. Momento dulce No es ningún secreto que el área de conocimiento de Mateos es MM. Su tesis doctoral se centró en mieloma. Lleva más de dos décadas dedicada a la investigación clínica de esta patología cuando inició diversas líneas de investigación (algunas que han servido para cambiar los estándares de tratamiento). Todo ese trabajo se ha visto reconocido en apenas un año. Fue galardonada con “SOY OPTIMISTA Y SEREMOS CAPACES DE CURAR A PACIENTES CON MIELOMA MÚLTIPLE”

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