IM MÉDICO #52

im MÉDICO | 52 83 En diciembre de 2019 se reportaron en China los primeros casos de infección por un nuevo tipo de coronavirus, el SARS-CoV-2, agente etiológico de la enfermedad denominada Covid-19. En poco más de dos meses, la infección llegó a España, alcanzando en poco tiempo un impacto global y ocasionando millones de afectados, con un tremendo impacto en la sociedad. La interacción del virus con el sistema cardiovascular es estrecha y algunos factores de riesgo vascular como la hipertensión arterial han demostrado asociarse a una evoluciónmás grave en los pacientes con Covid-19. Además, la Covid-19 presentamayor severidad en aquellos pacientes con cardiopatías, tales como la enfermedad coronaria o la insuficiencia cardiaca. Sehandescritomúltiples efectos perjudiciales que laenfermedad produce, durante la fase aguda, en el organismo a nivel cardiovascular. Esta interacciónha sido reportada tanto a nivel cardiaco como en el endotelio vascular. Reflejo de ello son las frecuentes y variadas manifestaciones cardiovasculares en el contexto de la fase aguda de la enfermedad: infarto agudo de miocardio, tromboembolismo pulmonar, miopericarditis...Sin embargo, debido a la corta evolucion de la pandemia, no disponemos de estudios que ahonden en los efectos de la Covid-19 en el sistema cardiovascular a largo plazo. Con estos precedentes se llevó a cabo este estudio, en el cual pretendimos analizar la incidencia de eventos cardiovasculares mayores que presentan los pacientes durante el primer año tras padecer el Covid-19. Para ello se diseñó un estudio observacional prospectivo, en el que se incluyeron todos los pacientes que habían sido hospitalizados en nuestro centro por Covid-19 durante los meses de marzo y abril de 2020 (la conocida como‘’primera ola’’). En total, 673 pacientes fueron incluidos en el análisis. Como variable de análisis principal, incluimos el combinado de eventos cardiovasculares mayores. Se reconocieron como tales el síndrome coronario agudo, el accidente cerebrovascular, la enfermedad tromboembólica venosa, la hospitalización por insuficiencia cardiaca o la mortalidad por causa cardiovascular. Resultados Tras finalizar el seguimiento, que fue de 352,2 ± 70,4 días de media, 40 pacientes (el 5,9% de todos los casos) presentaron algún evento cardiovascular mayor. De forma pormenorizada, la hospitalización por insuficiencia cardiaca fue el evento más frecuente, que se dio en el 3,3% de los pacientes. La incidencia de los demás eventos analizados resultó también significativa: el 1,2% presentó enfermedad tromboembólica venosa, el 0,9% un accidente cerebrovascular y el 0,7% un síndrome coronario agudo. Un 0,7 falleció por motivos cardiovasculares durante el seguimiento. Además de la incidencia cruda, se analizó el tiempo hasta la aparición de los eventos cardiovasculares. De forma general, la mediana de tiempo hasta el primer evento fue de 74 días. De forma llamativa, se apreció que un tercio de los mismos se habían producido en el primer mes tras la hospitalización. Esto resultó especialmente remarcable en el caso de los eventos tromboembólicos a nivel venosos: el 75% de los mismos tuvieron lugar en el primer mes, con un tiempo mediano hasta el evento de sólo 18 días. A pesar de que el diseño del estudio, de carácter observacional y sin grupo control, no permite extraer conclusiones robustas, nos permite formular hipótesis interesantes sobre el posible impacto clínico que puede tener este virus en el sistema cardiovascular. Si tomamos como referencia la población general, apreciamos una incidencia notable de eventos cardiovasculares, no justificados por la prevalencia de factores de riesgo cardiovascular y la edad de los pacientes, que no resultó llamativamente elevada. Son necesarios, por tanto, nuevos trabajos que profundicen en esta asociación entre el SARS-CoV-2 con el sistema cardiovascular en el medio y largo plazo. Parece plausible que los efectos demostrados en las fases tempranas de la infección asocien efectos deletéreos significativos en unmayor lapso de tiempo. De forma análoga, podemos encontrar el caso de la gripe (originada por el virus influenza), cuya interacción con el sistema cardiovascular es notoria y bien documentada. Diversos estudios atestiguan el papel modificador de la enfermedad coronaria que este virus acarrea, demostrando el impacto negativo sobre el proceso de aterosclerosis. Con estabase, nos resulta factibleadelantar queel casodel SARS-CoV-2 presentaráunas consecuencias al menos similares. Autor: Dr. Martín Negreira Caamaño, del Comité de Residentes de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) Referencia: Negreira-Caamaño M, Martínez-Del Río J, Águila-Gordo D, MateoGómez C, Soto-Pérez M, Piqueras-Flores J. Eventos cardiovasculares tras la hospitalización por COVID-19: seguimiento a largo plazo. Rev Esp Cardiol. 2022;75(1):100-102. doi:10.1016/j.recesp.2021.07.009 Son necesarios nuevos trabajos que profundicen en esta asociación entre el SARS-CoV-2 con el sistema cardiovascular en el medio y largo plazo

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