IM MÉDICO #45

im MÉDICO | 45 20 ECONOMÍA DE LA SALUD la mayor parte de ellos corresponden a las mujeres participantes. Al comparar la situación profesional entre fases del estudio, el porcentajede los encuestadosque trabajabana jornadacompleta (45,1% vs 21,7%) o eran autónomos (4,6% vs 2,9%) fue el doble durante la segunda. Además, seobservan situaciones similares en el porcentajedemujeres que recibenunapensiónde incapacidad laboral debido a su enfermedad crónica o que se encuentran en desempleo sin recibir una prestación, donde el sexo femenino se encuentra claramente perjudicado en este sentido. Observamos claras diferencias por cuestiones de género en el ámbito laboral y económico. Tras la finalización del primer estado de alarma, el 67,6% de los pacientes continuaroncon lasmismas condiciones laborales. Entre las personas que sufrieronmodificaciones, destacan que al 10,2% la empresa le redujo la jornada mediante un ERTE/ERE y que el 8,7% estuvo de baja por Covid-19. Dos de cada tres participantes que han podido continuar con las mismas condiciones laborales eran hombres (68,1%), mientras que el mayor porcentaje de las mujeres se observa en la reducción de jornadamediante ERTE, en los despidos y en las bajas laborales. Entre los participantes que siguieron activos laboralmente tras la finalización del primer estado de alarma (67,6%), el 52,9% se vio obligado a seguir acudiendo a su puesto de trabajo pese a ser población de riesgo. De estos, tres de cada cuatro pacientes eran hombres (77,8%). Laopcióndel teletrabajohadisminuidodurante la segunda ola (63,6%vs 18,9%), teniendo que asistir uno de cada dos participantes a su puesto laboral a pesar de ser población de riesgo (14,2%vs52,9%). Si seobservapor sexo, lasmujeres tuvieron que estar más expuestas durante la primera ola, tanto a la hora de trabajar demanera presencial (75%vs 22,2%), como combinando ambas situaciones (92,2% vs 45,8%). Por otro lado, tras la finalización del primer estado de alarma, el 85,4% de la muestra no solicito ninguna ayuda social a los ser- vicios sociales públicos debido a la crisis por Covd-19, mientras que el 8,2% contesto que pronto tendría que hacerlo. Solo el 6,3% decidió solicitarlas. Durante esta fase del estudio, cinco de cada seis participantes que realizaron la solicitud, fueron mujeres (90,9%). Al comparar ambas fases, durante la segunda un 5%más departicipantes solicitaronalgún tipode ayuda social,mientras el porcentaje de participantes que contestó que pronto tendría que realizar la solicitud, es aproximadamente 7 puntos porcentuales superior con respecto a la primera. Impacto social y emocional Cuando se les preguntó a los participantes cómo percibían su re- lación social una vez finalizado el confinamiento, el 13,2%reporto una mejor relación con los familiares directos. En cambio, uno de cada tres participantes tenía una peor relación con los amigos (31,3%) y uno de cada cuatro pacientes con los compañeros de trabajo (27,2%) y los vecinos (24,2%). Cuando se compara el impacto emocional que presenta el pa- ciente durante y después del primer estado de alarma, se puede observar que después del primer estado de alarma se produce un empeoramientoen relacióncon losdoloresdecabeza (2puntos) o la preocupación por el estado de salud (casi 4 puntos). En cambio, seobservaunamejora enatributos como ladificultadparadormir (12puntos), la irritabilidad (7,5puntos), oel sentimientode tristeza/ infelicidad (6 puntos). Se observa tambiénque el impacto emocional es tres veces supe- rior en las mujeres que en los hombres en las categorías “Más de la mitad de los días”y“Todos o casi todos los días”de las distintas variables y en ambas fases de estudio. Cuando se lepregunta al paciente cómo se sientede cara al futuro tras todo loocurridopor lapandemiadeCovid-19, el 44%se siente pesimista, indicando un porcentaje de respuesta en las catego- rías “Muy pesimista” y “Con cierto pesimismo” de 19,4% y 24,6% respectivamente. En cambio, el 22,8% se siente neutral de cara al futuro, reportandoque a veces se siente pesimista uoptimista. Al comparar por sexo, las mujeres son más pesimistas de cara al futuro (76,4% y 57,7%). Por otro lado, la percepción de soledad por parte de los pacientes fue superior una vez finalizado el primer estadode alarma en13 puntos porcentuales. Además, cabe resaltar que las mujeres son las que reportan mayor frecuencia de percepción de soledad. Para finalizar, la muestra sin- tió una menor necesidad de obtener acompañamiento psicológico tras la finalización del primer estado de alarma por Covd-19 (30,7%vs40,6%), siendo el porcentaje demuje- res (62,5%vs75,9%) bastante superior al de los hombres (37,5%vs24,1%) en ambas fases estudiadas. OBTENCIÓN DEL TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DURANTE Y DESPUÉS DEL PRIMER ESTADO DE ALARMA 1º estado de alarma Actualidad En la farmacia de mi barrio 76,8% 73,7% En la farmacia del hospital 13,8% 14,8% Me lo entregan en mi domicilio voluntarios o una organización de pacientes 3,9% 6,9% La farmacia de mi barrio me lo entrega a domicilio 0,6% 4,3% La farmacia del hospital me lo entrega a domicilio 5% 0,3% Fuente: Estudio del Impacto de Covid-19 en las personas con enfermedad crónica. Informe de resultados de la 2ª fase. Plataforma de Organizaciones de Pacientes.

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