IM MÉDICO #44

im MÉDICO | 44 [ ANUARIO 2020 ] 83 La vulnerabilidad de los residentes de los centros sociosanitarios se evidenciaba con toda su crudeza en las dos ondas epidémicas anteriores Eneste informeno sepasanpor alto, en todo caso, las dificultades y los diferentes enfoques que han existido para la medición del impacto del Covid-19 en esta población y cómo las diferencias entre países en la implementación de sistemas de vigilancia o disponibilidad de pruebas y políticas nacionales, complican las comparaciones internacionales, “pero aun así es importante la información nacional de cada país para alertar a los responsables políticos sobre la magnitud del impacto de Covid-19 en los centros sociosanitarios con el fin de asignar los recursos necesarios (inclu- yendopruebas, equipos de protecciónpersonal, personal sanitario) en la lucha contra esta pandemia”. Pérdida de residentes En otro proyecto de investigación del Consejo Superior de Inves- tigaciones Científicas (CSIC), sobre el nivel de ocupación en resi- dencias de personas mayores tras la primera ola de la pandemia, secalculaqueentoncesEspaña tenía384.251plazasenresidencias de personas mayores, con una media de 312.894 residentes en septiembre de 2020. “Entre 2019 y 2020 ha habido aumento de plazas residenciales, pero ha descendido el nivel de ocupación que se sitúa en el 81,4%. Se han perdido21.026residentes,un6,3%” , se recogeenesta investigación, en la que se explica que la razón fundamental de este descenso es el elevado número de defunciones por la pandemia de Covid-19 en su primera ola, entre marzo y mayo de 2020, que continúa en menor escalaen losmeses siguientes. Unaprimeraola, añaden los autoresde la investigación,queademás “destapóundesconocimien- to generalizado sobre la vida en las residencias y la escasa y dispersa información existente sobre esta población institucionalizada. Algo muycercanoaundescuidogeneral, social, políticoysanitario, queha dañadoinnecesariamente laimagenyelbuenhacerde lamayoríade estas instituciones y del personal que en ellas trabaja”. Las residencias depersonasmayores, por esta vulnerabilidadante la pandemia, han sido uno de los focos principales de esta crisis que sigue poniendo a prueba al sistema sanitario y sociosanitario. Según un informe sobre el impacto de la primera ola del corona- virus en los centros residenciales españoles de servicios sociales, elaborado por los grupos de trabajo Covid-19 dependientes de la Secretaría de Estado de Derechos Sociales del , faltarían datos “suficientemente robustos yhomogéneos entre territorios”, pero sí se puede calcular que entre el 47% y el 50%de los fallecimientos de esa primera onda se produjeron en residencias. Lecciones aprendidas Porcentajes muy similares a los de otros países como Irlanda del Norte (52%), Francia (49%) o Suecia (47%) e incluso por debajo de Bélgica (64%), Irlanda (63%) o Canadá (85%). Ese informe también calcula que, hasta el 23 de junio, en torno a un 6% de los residentes que había entonces en los centros sociosanitarios de España falleció a consecuencia de la enfermedad.“ Undato -se indica en el informe- que muestra una alta afectación respecto a otros países de laOrganización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), superando este caso a países como Escocia (5,5%), Reino Unido (5,2%), Bélgica (5%), Estados Unidos (4,2%) o (Francia (2,5%)”. M ás del 46% de las muertes notificadas oficialmente por el Ministerio de Sanidad de personas con coronavirus en España se ha producido entre mayores que vivían en residencias sociosanitarias, en las que se calculan más de 26.000 fallecimientos con Covid-19 o síntomas similares desde el inicio de la pandemia de coronavirus. Otro dato, aproximado, que permite ponderar el elevado impacto del Covid-19 en los centros sociosanitarios, en su mayoría geriátricos, de España es que entre el 6%y el 8%de sus residentes fallecían desde el inicio de esta epidemia que, en la actual tercera ola, tieneprecisamente como prioridad inmunizar a través del proceso de vacunación a quienes viven y trabajan en estas residencias. La vulnerabilidad de los residentes de los centros sociosanitarios se evidenciaba con toda su crudeza en las dos ondas epidémi- cas anteriores. En el informe que, sobre el impacto de Covid-19 en los centros sociosanitarios, realizaba la investigadora Pilar Gallego Berciano , responsable de la vigilancia de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria (IRAS) del Centro Nacional de Epidemiología , se explica que existe una creciente evidencia internacional de que las personas que viven en centros sociosa- nitarios son “particularmente vulnerables a las infecciones graves por SARS-CoV-2y estánexperimentandoaltas tasasdemortalidad”. Extrema vulnerabilidad Así, a factores de riesgodegravedad como la edad avanzada y las comorbilidades quepresentan los residentes se suma también el estrecho contactoque semantiene con el personal que les atien- de. Otros factores que contribuyen a la “extrema vulnerabilidad” de estos centros son, según este informe, los menores recursos diagnósticos con los que cuentan, la alta carga de trabajo, la falta de preparación del personal en cuanto amedidas de prevención y control de la infección, la movilidad de los trabajadores de una residencia a otra y el número de bajas en los trabajadores por enfermedad que ha ido ocasionando esta pandemia, “lo que implica una mayor carga de trabajo a los presentes con el consi- guiente riesgo”. El informe, en el que se repasa el impacto que los brotes de Co- vid-19han tenidoen centros sociosanitarios de Europa y deotros países, refleja también que la proporción de fallecimientos de casos Covid-19 en estos equipamientos, residencias de personas mayores en sumayoría, ha sido superior al 50%enalgunos países de la Unión Europea, “lo que subraya el grave impacto en esta po- blaciónamenudo frágil”. Enmuchas comunidades autónomas, en las primeras olas de la pandemia, los fallecidos en estos centros también superaron el 50% del total.

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