IM MÉDICO #42

im MÉDICO | 42 25 Q uien avisa no es traidor. Y muchos eran los profesionales que llevaban años asegurando que nuestro Sistema Sani- tario pendía de un hilo. Los sucesivos recortes sanitarios, originados con la crisis del 2008, han dejado en paños menores a un sistema que ha tenido que afrontar una pandemiamundial. Una pandemia mundial que los epidemiólogos hacía años que esperaban y que, finalmente, llegó, como todo en esta vida. Al Sistema Sanitario español le pilló con años de recortes a sus espaldas; con unos profesionales cansados, ahogados por la burocracia y con puestos de trabajo precarios; con una falta de coordinación sociosanitaria entre los diferentes agentes del sistema; con falta de planificación y poca (por no decir casi nula) apuesta por las nuevas tecnologías. Llegó el Covid-19, y puso contra las cuerdas un Sistema Sanitario que ya en 1991, tal y como señaló el Informe Abril, denotaba“ un ciertoagotamiento” . Ahora que llevamos siete meses con el Covid-19 en nuestras vidas, y que estamos inmersos de lleno en la segunda ola, quizá ha llegado la hora de analizar qué ha supuesto, y qué supondrá, para el Sistema Sanitario la pandemia del coronavirus. Flexibilidad Hospitales saturados, profesionales realizando jornadas marato- nianas, falta de EPIs y de pruebas diagnósticas. Esto fue el pan de cada día durante los meses de trabajo intenso y continuo en los hospitales del país, unos centros que han sido uno de los grandes damnificados de la pandemia. Muchos han tenido que aumentar, a la fuerza, sucapacidadparapoderhacer frenteal incesantegoteo depacientes que llegaban a los centros. Los hospitales han tenido que ampliar camas y UCIs, además de contratar a más personal y, también, reestructurar a los profesionales que ya trabajaban allí. Muchos especialistas han tenido que dejar de lado su labor diaria paracentrarseentratar apacientes conpatologíaCovid-19. Eneste momento fuecuandovimosunode lospuntos fuertesdel sistema durante la pandemia: la flexibilización. Aparte de movimiento de sanitariosentreespecialidades, hospitalese inclusoCCAA, también hemosvisto lapuestaenmarchadehospitalesdecampañaenmuy poco tiempo. Un ejemplo es el de IFEMA, el cual contaba conmás de 1.300 camas enmás de 85.000 metros cuadrados. La flexibilidad del sistema también se ha visto en grandes ciu- dades como Barcelona o Madrid. En ellas, casi se triplicaron las camas de Cuidados Intensivos. Según el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, la capacidad de camas UCI alcanzó las 7.930, entre hospitales privados y públicos, cuando antes de la pandemia era de algo más de 4.400. Con todo, en el informe LaSanidad, sector aúnmás estratégicopor lapandemia , llevado a cabopor el Círculode Empresarios, ponen sobre la mesa la posibilidad de apostar por esta flexibilidad, de contratación de más personal o de incremento de la capacidad, en momentos puntuales, como puede ser para la reducción de las listas de espera oenmomentos de saturaciónde las urgencias hospitalarias. Tecnología A la par, se pararon cirugías y tratamientos no urgentes. Todos los esfuerzos sehanenfocadoprincipalmente, durante losmesesmás duros de la pandemia, en tratar a los pacientes de coronavirus. Sin embargo, la vida sigue y sigue habiendo otras enfermedades. Lapoblaciónsigue teniendoenfermedades crónicasque se tienen que controlar, continúan apareciendo cánceres y los infartos no se paran. Hemos visto como, tras años hablando de ello, la video- consulta seha incorporadoanuestroSistema Sanitarioparahacer frente a esta compleja situación. Y no solo eso, el Big Data también ha sido clave durante estos meses. El objetivo era recolectar información a nivel mundial de los pacientes paraentender unaenfermedadde laqueno se sabía nadaal principio.Yesqueel BigData, esdecir, el análisisdegrandes cantidades de datos poblacionales, permite nuevas maneras de gestión de la asistencia sanitaria. Por ejemplo, se pueden detectar pacientes susceptibles de cribaje o desarrollar estudios clínicos retrospectivos, incluyendo la investigación en resultados en salud a corto, medio y largo plazo, tal y como explican en el informe El Hospital del Futuro , elaborado por la SEMI e IMAS. Por debajo de la media Durante años hemos escuchado la cancioncita de que el Sistema Sanitario español se encuentra en - tre los mejores del mundo. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Si nos comparamos con nuestros vecinos europeos, no salimos tan bien parados. En España, por ejemplo, contamos con 5,9 enfermeros por cada 1.000 habitantes, según la OCDE. Una ci - fra que queda por debajo de la media europea y ex - tremadamente lejos de nuestro país vecino Francia (10,8), u otros como Alemania (13,2) o Noruega (18). Estamos por debajo de la media también en camas hospitalarias. Así, en nuestro país, y siguiendo con las últimas cifras de la OCDE, tenemos 300 camas por cada 100.000 habitantes. Este número sube has - ta los 800 en Alemania, o los 730 en Austria. De he - cho, somos el quinto país de la zona euro con menor número de camas. En cuanto a facultativos, la cosa cambia. En nuestro país tenemos 4 médicos por cada 1.000 habitantes según la OCDE. Lo que nos coloca como el décimo país con más médicos. Entre el 2014 y el 2018, la media anual de crecimien - to del gasto sanitario público ha aumentado un 3,5% mientras que el incremento del PIB ha sido de un 3,9% de promedio anual. Así, en términos absolutos, el gasto sanitario público en el año 2018 en España supuso 71.145 millones de euros, lo que equivale al 5,9% del PIB. Si algo hemos visto durante estos meses, es la voluntad, tanto política como social, de lograr un gran pacto social

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