IM MÉDICO #41

im MÉDICO | 41 31 “Va a ser importante adecuar los recursos, tanto en horas de sala disponibles como en recursos humanos, para atender esta demanda. De forma paralela, dado que las consultas externas también se redujeron durante la pandemia, es posible que la demanda de procedimientos de cardiología intervencionista se incremente en las próximas semanas o meses, a medida que se valoren los pacientes que estaban pendientes de estudio durante la pandemia” , señala. Otro reto, apunta, será conseguir hacer conscientes a los pa- cientes de que los hospitales tienen medidas para evitar que puedan contagiarse por el virus SARS-CoV-2, “para así evitar que rechacen ser tratados de sus patologías cardiovasculares por miedo a la infección” . En este sentido, una de las enseñanzas que, en su opinión, deja esta crisis sanitaria es que la cardiología intervencionista está al servicio de las necesidades del hospital: “La pandemia por Covid-19 ha puesto demanifiesto que, ante una situación de crisis como la que se ha vivido, todos los recursosma- teriales y humanos del hospital deben estar a su disposición, y esto también es aplicable a la cardiología intervencionista” . Medidas de prevención Tambiénhapuestodemanifiesto la importanciadeque el perso- nal que trabaja en las unidades de cardiología intervencionista “conozcamos las medidas de prevención de infecciones y estemos entrenados en la utilización de equipos de protección individual” . Asimismo, explica que, por otra parte, con la reducción de casos de infarto que han acudido a los hospitales, “hemos aprendido que estos pacientes son vulnerables psicológicamente, sus deci- siones están condicionadas en gran parte por miedo, y debemos transmitir a la sociedad de forma permanente la importancia que tiene que un paciente que presenta dolor en el pecho siempre consulte al médico” . También deja claro que “la edad de forma aislada no es un criterio para denegar tratamientos avanzados, y esto es aplicable también a la cardiología intervencionista” . En esta nueva normalidad, en la que, como bien dice, el virus SARS-CoV-2 sólo estará vencido cuando exista una vacuna o un tratamiento claramente eficaz, “las perspectivas en cuanto a la actividad de la cardiología intervencionista hasta que llegue ese momento sonmuy favorables”. Moreno indica que debe tenerse en cuenta que los procedimientos que se hacen en las salas de cardiología intervencionista permiten tratar enfermedades cardiovasculares graves, “que cada vez sonmás frecuentes y el tra- tamiento cada vez es más eficaz”. Por todo ello y una vez pasada la fase aguda de la pandemia, confía en que la frecuencia con la que se realizan estas técnicas continúe en aumento “como ha venido ocurriendo a lo largo de los últimos años”. Mientras tanto, indica, “en las unidades de cardiología interven- cionista deberán mantenerse las medidas de prevención de la infección recomendadas, que incluyen la utilización de equipos de protección individual en cuidado de los pacientes con la infección o que tengan la posibilidad de tenerlo” . En este sentido, indica que desde la European Association of Percutaneous Cardiovas- cular Interventions (EAPCI), a la que pertenece la asociación que preside, “estamos elaborandoundocumentoque concretadichas medidas y que será publicado próximamente”. Por otro lado, considera que “es importante insistir en que los pacientes con patologías cardiovasculares deben continuar el tratamiento de dichas patologías aunque adquieran el Covid-19”. De hecho, durante el confinamiento y posterior desescalada, se registró un preocupante descenso de pacientes atendidos por infarto agudo de miocardio. “Cuando existen epidemias de infecciones respiratorias, como la gripe, el número de pacientes con infarto habitualmente aumenta. Por ello la reducción de pacientes con infarto durante la pandemia Covid-19 es algo que ha sorprendido a la comunidad científica” , indica el presidente de ACI-SEC. Aunque apunta que se piensa que los factores han sido varios, considera que probablemente el más importante ha sido “el miedo a infectarse que han tenido los pacientes con dolor en el pecho a solicitar atención sanitaria”. Moreno explica que algunos hechos apoyan esta hipótesis, “ como el hecho de que la reducción de pacientes con infarto tuvo lugar sobre todo tras la declaración del estado de alarma, o que la reducción de pacientes con infarto no ha tenido relación con la incidencia de la infección en las diferentes comunidades autónomas, o que durante la pandemia se hayan incrementado de forma sustancial el número de pacientes fallecidos por muerte súbita, como ha ocurrido en Italia” . Retos En esta nueva normalidad, esta situación ya se está corrigiendo y, según señala Moreno, el número de pacientes con infarto que están acudiendo ahora a los hospitales es el esperado. “ En caso de que ocurrieran situaciones parecidas en el futuro, la forma que podemos tener para intentar evitar o reducir esta tendencia de los pacientes con dolor en el pecho a no consultar es convencer a la población general de que un dolor en el pecho es un síntoma que siempre debe ser un motivo de consulta, porque en casode ser un infarto se precisa tratamientourgente” , asegura. Por otra parte, añade, “todos los centros sanitarios están aplican- domedidas preventivas para evitar que los pacientes puedan ser contaminados por el virus y, por tanto, también debemos trans- mitir a los pacientes tranquilidad en este sentido”. Esa situación, en todo caso, ha provocado que en la mayor parte de los los hospitales españoles haya pacientes en lista de espera para procedimientos que se encontraban pendientes de realizar cuando comenzó la pandemia. Y, según Moreno, está siendo un reto poder atender a todos estos pacientes lo antes posible. “La pandemia ha puesto de manifiesto que, ante una situación de crisis como la que se ha vivido, todos los recursos materiales y humanos del hospital deben estar a su disposición”

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