IM MÉDICO #18

im MÉDICO | 18 43 E l 10%, 120 niños, de los 1.200 pacientes nuevos al año de oncología pediátrica es tratado por el Servicio de Onco- hematología del Hospital Infantil Niño Jesús de Madrid. Allí realizan unos 30-40 trasplantes anuales. Allí llevan a cabomuchos proyectos de investigación. Luis Madero , jefe del Servicio , destaca que el suyo es uno de los servicios más grandes de Europa en este campo. Cuentaconel conocimientoycon laexperiencia, conrecur- sos y con el apoyo de fundaciones como, entre otras, la Fundación Aladina o la Fundación Infantil Ronald McDonald. Esta última, por ejemplo, construyóunhogarparaque losniñosdeoncologíavivan ahí cuando están en tratamientos quimioterápicos en hospital de día. También para las familias de los niños con cáncer. Dispone de una unidad de trasplantes, de otra de oncología, de otra de hema- tología, de otra de investigación y de otra de ensayos clínicos. Hay en total 14médicos, a los que hay que sumar residentes, becarios, biólogos y psicólogos. “Eltratamientodeestosniñosconllevaunacargadiferencialconotras patologías”, afirmaMadero. Comenta que obliga a un compromiso quegeneralmenteesgratificante. “Muchosdeestosniñosnosquitan díasdenuestravida,porqueloqueocurreesmuyduro.Pormuchoque uno tenga experiencia, incide en tu vida personal” , expresa. Hay un 80%deéxitoyun20%de fracaso. “Aquíelfracasonoescomocuando te operan y ves peor. El enfermo semuere. Yque semueraun enfermo de cuatro o 18 años es tremendo”, manifiesta. A su juicio, hay que ponerel focoen losniñosmayores, en laoncologíadel adolescente. “Hay un período de edad, entre los 14 y los 30 años, aunque nuestra incumbenciallegahastalos18-20años,queestosniñosnopuedenser tratadoscomocriaturasdecincoaños,perotampococomoseñoresde 60 años. Y sucedenmuchos dramas en estapoblacióndesde el punto de vista de los resultados. Los resultados son menos buenos que en niñosmás pequeños”, advierte. ¿Tenemosmáscaminopor recorrer en laoncologíadel adolescente que en la infantil? Responde afirmativamente. “ Porque los factores de riesgoque tienen losadolescentes sonpeoresque losque tienen los niños y los adultos. Porque no hay un personal específico dedicado a ellos. Y las enfermedades de los 18 años no son iguales. Un cáncer de pulmón no lo suele tener un chico de 15 o 16 años. Los de 16 tienen unas enfermedades muy próximas a los niños y muy próximas a los adultos. El médico de niños está muy acostumbrado a tratar a niños de cuatro y cinco años ymuy poco acostumbrado a tratar a niños de 18 años. Lo mismo le ocurre al oncólogo médico”, sostiene. Cuando dice “acostumbrado” se refiere a tener conocimientos, sustancia, cuerpo doctrinal, para cáncer de mama, cáncer de estómago o neuroblastoma. En los adolescentes, los casos de tumores germinales son muy frecuentes. “El cáncer testicular es, quizá, elmás tratable pormédicos de niños y de adultos, desde el punto de vista del conocimiento. Hay leucemias que padecen los chavales adolescentes, linfomas, que son más específicas de los niños que de los adultos. En ese sentido, la leu- cemia linfoblástica o el linfoma de Burkitt se tratan con protocolos de niños”, informa. El cáncermás frecuente en los niños es la leucemia. El segundomás frecuente son los tumores cerebrales. Después los linfomas. En el adolescente, el más frecuente son los tumores ger- minales y después los linfomas. Madero aclara que él no reivindica que losadolescentes seantratadospormédicospediatras, sinoque seantratadospormédicosquesedediquenespecíficamenteaellos. Esdecir,quelacomunicaciónentreoncólogosmédicosyoncólogos pediatras conlleve el diagnóstico, pero también las condiciones de vida de los niños. En general, se da una estrategia de humanización. Desde hace tiempo, se procura buscar salas específicas a los niños enfermos, acercarles el colegio, con aulas hospitalarias para oncología. “La humanizaciónes imprescindible. Los niños conocenel diagnósticode suenfermedad.Loquenotieneneslaprevisióndesaberquesepueden morir.Losniñossabenquetienencáncer,peronosabenlarealidadfinal de qué les puede ocurrir si el cáncer progresa”, subraya. El Servicio de Onco-hematologíadelHospitalInfantilNiñoJesúsdeMadridcuenta conpsicólogospara lospacientesypara lospadresde lospacientes. No estamos en la élite europea Respecto a la situación de la onco-hematología infantil espa- ñola, Madero considera que no es mala, aunque matiza que tampoco es buena. “Nuestro país va defendiendo que tenemos los mejores recursos, la mejor Sanidad. Es cierto, pero no es cierto”, avisa. Argumentaque, en términos de supervivencia, España, por diferentes motivos, se ha ido separando de las mejores cifras de supervivenciade Europa. Estamos en lamedia europea. “Pero, eso no significa estar entre los mejor”, sentencia. Aquí, ocho de cada diez niños se curan. “No son malos resultados, pero hay países en Europaque tienen resultados, según registros, en leucemias y tumo- res sólidos, un pocomejor que nosotros. Decir que curas un 85% en vezdeun80%esmás aceptable”. “Anuestropaís, por formación, por número de población, por categoría, le corresponde estar en la élite El tumor está muy genéticamente prestablecido y los factores ambientales afectan muy poco En el cáncer del adulto, los agentes carcino-ambien- tales son muy determinantes. Se puede poseer una determinación genética a tener cáncer de pulmón, que viene genéticamente prestablecida, pero hay factores ambientales que son los que terminan des- encadenando. Se produce una mutación en un gen que hace que se tenga cáncer de pulmón, de piel, me- lanoma por el sol. “En cambio, en los niños, el tumor está muy genéticamente prestablecido y los factores ambientales afectan muy poco” , aclara Luis Madero. Se sufre cáncer por tener una alteración en los ge- nes. No es por consecuencia de la alimentación, de la exposición solar o de fumar. Es porque los niños tienen una alteración genética, no congénita, que es lo que empieza a desencadenar la enfermedad. “El médico de niños está muy acos- tumbrado a tratar a los de cuatro y cinco años y muy poco a los de 18”

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